El servicio público en México es visto por muchos como una forma rápida de obtener poder y dinero. Aunque su nombre sugiera otra cosa, en la práctica parece más un negocio que una vocación.
En medio de tantas desgracias y carencias, vemos a quienes, con falsa humildad, “donan” dos meses de su sueldo, como si eso borrara años de indiferencia.
En el caso de Cuauhtémoc Blanco, no solo estaba cómodo, también tranquilo, haciendo su día con normalidad. Todos quisiéramos ese sueño: seguir con nuestra rutina y, aun así, cobrar.
No hace nada que otros no hayan hecho: en el Congreso, la siesta y el desinterés parecen parte del reglamento para muchos.
Burlas, memes, menciones en distintos medios, nuestro enojo y quizá hasta nuestra risa por lo cínico que se vio el exfutbolista.
Sin embargo, quien ríe al último son ellos: quienes pueden legislar desde la piscina, desde otro país, desde su cama... o simplemente no hacerlo.
Por eso no me pareció mala la idea de la senadora del PRI, Anabell Ávalos Zempoalteca, quien propuso una reforma al artículo 64 para castigar la falta de interés y responsabilidad legislativa. Es decir, no solo se sancionaría faltar, sino realizar actividades ajenas a su función.
Si esto procede, esas faltas les costarían a los dormilones y desinteresados un día de salario. ¿Y cuánto es eso? De acuerdo con una investigación de Animal Político, “los legisladores reciben al menos 153 mil pesos mensuales, tomando en cuenta su dieta y otros apoyos económicos para atención ciudadana y asistencia legislativa”.
Solo por “asistencia legislativa” corresponden $45,786.00 MXN, destinados a que cumplan con sus funciones.
Blanco es secretario de la Comisión de Deporte e integrante de las de Zonas Metropolitanas y de Presupuesto y Cuenta Pública. No ha trabajado solo: siempre vota en bloque, como si la opinión propia fuera un lujo innecesario. No ha promovido ninguna reforma o punto de acuerdo, salvo una iniciativa en la que pretendía castigar a las mujeres que denunciaran falsamente violaciones, pero no prosperó.
Entonces, ¿qué pasaría si la reforma de la senadora priista avanzara? Blanco y los demás legisladores dormilones perderían unos 5,000 pesos por día por no cumplir con sus funciones, que al parecer se limitan a votar lo que les digan que voten.
Su responsabilidad ya no es representar a la gente; hace mucho que eso se perdió. Son pocos los diputados y senadores comprometidos con ser la voz del pueblo, con esa aura romántica de la política verdadera. Hoy solo importan las alianzas para mantener la mayoría. Y como bien sabemos, Morena predomina en la Cámara, así que esa reforma —que va en contra de las prácticas de muchos de sus dormilones legisladores— probablemente no pasará.
¿Qué dijo Cuauhtémoc sobre las burlas por jugar pádel durante una sesión? “Que me multen”. Lo dijo tranquilo, porque sabe que cinco mil pesos no le afectan entre los otros 148 mil. Puede seguir jugando con su raqueta… y con nosotros, que seguimos pagando por cada punto que él no juega.

