Las lluvias de septiembre no solo anegaron calles, casas y avenidas en Nezahualcóyotl y La Paz; también desbordaron la paciencia de miles de familias que, ante la nula respuesta de las autoridades y luego de casi un mes de vivir bajo el agua y condiciones paupérrimas, decidieron bloquear vialidades. Ya está visto que esta medida sí funciona.
Esta semana, tras bloqueos vecinales y una creciente presión social, el gobierno del Estado de México emitió finalmente la declaratoria de emergencia para ambos municipios.
La medida, aunque necesaria, llega tarde. Las intensas lluvias del mes pasado los dejaron con redes de drenaje colapsadas, debido a una urbanización sin planeación que data de décadas de crecimiento descontrolado, con colonias enteras construidas sobre suelos que no deberían siquiera estar habitadas.
Según datos oficiales, más de 13 mil viviendas resultaron afectadas y cerca de 48 mil personas fueron damnificadas, el 86 % de ellas en Nezahualcóyotl. Las colonias Loma Bonita, Santa Martha, Evolución, Metropolitana y Benito Juárez, entre otras, fueron las más golpeadas. En La Paz, los daños se concentraron en Valle de los Reyes, Floresta y Tepozanes. Las imágenes de colchones flotando, niños con el agua a la cintura y adultos mayores atrapados en sus casas no son nuevas, pero siguen siendo igual de indignantes.
El bloqueo como último recurso
Ante la inacción, vecinos de ambas demarcaciones salieron a las calles. Bloquearon avenidas, exigieron atención, gritaron su hartazgo. No fue un acto de rebeldía, sino de supervivencia. Porque cuando el Estado no llega con bombas de achique, ni con albergues, ni con soluciones, la protesta se convierte en la única herramienta para ser vistos.
Y funcionó. La declaratoria de emergencia permitirá movilizar recursos del Fideicomiso para la Atención de Desastres Naturales y Siniestros Ambientales (FIDESAAEM), aunque aún no se han detallado los montos ni los mecanismos de distribución. Pero más allá del dinero, lo que urge es una política pública de prevención, no solo de reacción.
¿Emergencia o negligencia?
La pregunta que flota —como los muebles en las casas inundadas— es si esta emergencia pudo haberse evitado. La respuesta es incómoda: sí. Las lluvias fueron intensas, pero no inéditas. Lo que sí es reiterativo es el olvido institucional, la falta de mantenimiento a la infraestructura hidráulica, la corrupción en los permisos de construcción y la ausencia de planes de contingencia eficaces.
La declaratoria de emergencia no debe ser un punto final, sino un punto de partida. Porque si algo nos enseñan estas lluvias es que el agua no distingue entre partidos.
Feria del Alfeñique, éxito histórico
Más de dos millones de visitantes en una semana. Más de 650 millones de pesos en derrama económica. Cien por ciento de ocupación hotelera en zonas que llevaban años en desuso. ¿Qué significa todo esto? Que la Feria y Festival del Alfeñique 2025 no solo es una celebración cultural: es una demostración de lo que ocurre cuando la tradición se organiza, se cuida y se proyecta con visión.
Toluca ha logrado lo que muchos municipios sueñan: convertir una festividad local en un fenómeno nacional. El Alfeñique, con sus figuras de azúcar, sus altares, sus conciertos y sus calles vestidas de papel picado, ha dejado de ser un evento de nicho para convertirse en una experiencia colectiva que atrae turismo, activa la economía y refuerza la identidad.
Innegablemente, esta feria del Alfeñique ha sido la mejor en muchos años, logró colocar a la capital mexiquense como lo que es y su feria y festival se ha levantado como la mejor del Valle de Toluca; los ingresos para el sector económico de Toluca han sido muy buenos, pero el alcalde Ricardo Moreno aún nos dice cuánto le costó al ayuntamiento esta magna organización.
La derrama económica no es solo una cifra. Son empleos temporales, ventas para artesanos, ingresos para restaurantes, ocupación para hoteles, movimiento para el transporte público. Es el vendedor de calaveritas que agotó su mercancía antes del mediodía. Es la señora que por primera vez en años pudo rentar su cuarto a visitantes. Es el joven que encontró trabajo como guía o animador. Es la economía popular respirando.
Además, también se renovó el Mercado Juárez que volvió a brillar, y pese al miedo que muchos tenían de llegar a esa zona, hasta ahorita se ha reportado un saldo blanco.
Porque si algo ha demostrado esta primera semana del Alfeñique 2025 es que cuando la cultura se toma en serio, el país responde. Y Toluca brilla.
Pues hay que disfrutarlo mucho, porque en la Cámara de Diputados ya hay una propuesta de iniciativa que limitará a los ayuntamientos a invertir en espectáculos calificándolos como “despilfarro” cuando hay servicios públicos que no han sido cumplidos en su totalidad. De aprobarse la iniciativa de la diputada Ruth Salinas de Movimiento Ciudadano, tal no haya más festivales como este.
Nos leemos la próxima semana y los escucho

