Tal vez lo has escuchado: “Vivimos en una simulación.”
Una frase que suena a ciencia ficción, a película de culto o a charla esotérica con copal de fondo.
Pero lo que antes parecía delirio hoy encuentra eco en la ciencia moderna y en la sabiduría ancestral.
La física cuántica —esa parte de la ciencia que parece magia con bata blanca—
nos dice algo que cambia las reglas del juego:
Una partícula puede existir en múltiples estados al mismo tiempo… hasta que alguien la observa.
Sí. Hasta que algo —un detector, un fotón, una conciencia— le presta atención,
esa partícula está en un mar de posibilidades.
Y cuando la atención llega,
¡boom!
Se colapsa en una sola versión de la realidad.
Entonces… ¿y si la realidad no fuera algo fijo?
¿Y si la realidad se revelara solo cuando tú la miras?
Donde pones tu atención, creas tu universo
Lo que llamamos “realidad” no está ahí de forma sólida, permanente o definitiva.
Es una interpretación.
Una construcción perceptiva que depende de tu atención, de tu biología, de tu conciencia.
Y aquí es donde la neurociencia se cruza con la espiritualidad y te suelta esta bomba:
Tu cerebro no ve la realidad. La interpreta.
Tus sentidos filtran, codifican y, muchas veces... te engañan.
¿Sabías que el ojo humano solo percibe menos del 1% del espectro electromagnético?
Ese “1%” es todo lo que ves: colores, formas, luces y sombras.
Y cada persona lo interpreta diferente. ¿Entonces cuál realidad es la “real”?
La ilusión de lo sólido
La palabra “ilusión” viene del latín illusio, que significa “engaño”.
Y eso hacen tus sentidos: te hacen creer que lo que ves es todo lo que hay.
Pero detrás de la forma visible, hay otra dimensión:
Un campo invisible, un espacio cuántico donde todo existe como posibilidad,
esperando ser activado por tu conciencia.
Aquí entramos en terreno místico:
Muchas tradiciones antiguas hablaban del “maya”, del “sueño del mundo”, del “gran holograma”.
Hoy, los físicos cuánticos y los meditadores profundos se están dando la mano sin saberlo.
El peso de creer que esto es todo
Cuando tomas la realidad física como la única verdad,
le das demasiado peso a lo que ves.
Y ese peso se convierte en apego.
Y ese apego, en prisión.
Pero cuando recuerdas que la realidad es flexible, perceptual, influenciada por tu estado interno...
todo cambia.
Ya no eres víctima de las circunstancias.
Eres cocreador de realidades.
Dejas de sobrevivir. Empiezas a manifestar.
Dejas de controlar. Empiezas a confiar.
Dejas de repetir. Empiezas a elegir.
No es magia: es física poética aplicada
Tu conciencia es la interfaz con la que hablas con el campo.
Y tu atención es la orden que le das.
Entonces, la próxima vez que te preguntes
“¿por qué no estoy manifestando lo que deseo?”,
hazte esta otra pregunta:
¿Dónde estoy poniendo mi atención?
¿En lo que falta o en lo que ya vibra dentro de mí?
Porque, aunque la ciencia aún no diga que “tu conciencia colapsa partículas a voluntad”,
sí sabemos que tu atención modula tu percepción, y tu percepción define tu experiencia.
Y en el juego de la realidad, la experiencia es todo.
Yo soy Marcela
Terapeuta, canal y alquimista de realidades.
Fusiono neurociencia, espiritualidad y vibración para guiarte a reconectar con el campo cuántico de posibilidades.
Sesión Lux Áurea Signature · Método Completo
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