La tragedia que envolvió el asesinato de Carlos Manzo en Uruapan cimbró no sólo a Michoacán, sino a todo México y a los mexicanos en el mundo. En medio del dolor y el impacto, una voz inesperada lanzó un mensaje a nuestro país: la de la cantautora Ana Gabriel. Durante un concierto, la artista expresó su solidaridad con la familia del político y empresario asesinado el 1 de noviembre a tiros, frente a su familia y miles de personas. “Quiero ofrecer mi más sentido pésame al estado de Michoacán, pero sobre todo a Uruapan y sus habitantes, a su esposa, y decirles que México tiene que despertar. Somos más los buenos”, dijo, conmovida y firme.
Una voz que se escucha y fuerte
Ana Gabriel fue más allá de la música. Conocida y reconocida por su gran carrera artística y su sensibilidad social, tocó un tema vivo en el ánimo nacional. En un país acostumbrado al silencio, porque pocos se atreven a levantar la voz por miedo, que una figura pública pida abiertamente que “México despierte” fue verdaderamente sorpresivo.
Los tiempos del miedo
La propia cantante fue consciente del peligro que implica opinar sobre estos temas en México. “Sé que me pone en peligro, pero no me importa si con ello puedo levantar la voz por nuestros países”, afirmó ante el público presente. Lo más grave es que esas palabras revelan una conciencia de la vulnerabilidad que enfrenta quien se atreve a denunciar la violencia o la impunidad.
Críticas inmediatas e injustas
Algunos detractores, por supuesto, han intentado minimizar el gesto. Dicen que los escenarios no son espacios para la política. Nadie puede ser criticada o criticado ante una tragedia que generó indignación generalizada. Lo obvio está a la vista: Ana Gabriel no habló desde la política partidista, sino desde la empatía humana. Su voz se une a la de millones que anhelamos un país en paz.
Miedo y resistencia en Uruapan
Mientras tanto, la situación en Uruapan continúa siendo alarmante. La esposa de Carlos Manzo, según diversas versiones, habría sido también amenazada por un grupo criminal. Sin embargo, lejos de paralizarse, la población realizó una impresionante movilización. Miles de personas salieron a las calles para exigir justicia y seguridad.
Quieren paz y no se rinden
Los habitantes de Uruapan, que con Carlos Manzo se sentían protegidos, se niegan a rendirse. En sus rostros se mezclan el dolor y la determinación. Han comprendido que sólo juntos pueden enfrentar la violencia que podría arrebatarles nuevamente la paz. Es en ese contexto en el que la voz de Ana Gabriel se convierte en eco de un pueblo que ya no quiere callar.
Plan Michoacán: un paso urgente, pero no suficiente
Ante esta crisis, la presidenta anunció el Plan Michoacán, un programa urgente para atender la inseguridad. Sin embargo, el reto trasciende las fronteras del estado. México entero necesita un plan. Es momento de reconstruir el tejido social y la confianza ciudadana. Despertar —como bien recordó la cantante— no es sólo mirar el dolor, sino actuar para transformar la realidad.
