Toluca/Estado de México
Este lunes, trabajadores del sector restaurantero se manifestaron frente a Palacio de Gobierno en Toluca, donde realizaron un "cacerolazo" como un llamado de auxilio para permitirle su reapertura aún en semáforo rojo, pues insistieron "nos están extinguiendo, ya no podemos más".
Al leer un posicionamiento, mencionaron que desde que inició la pandemia, en el Estado de México han cerrado definitivamente 10 mil restaurantes, con una pérdida de al menos, 50 mil empleos directos y tan solo este último cierre de 3 semanas provocó un 10 por ciento adicional de recorte de personal.
"Queremos decirles que detrás de esos números hay familias, padres de familia que hoy sobreviven desesperados porque no saben cómo llevar el sustento a sus familiares. Seis de cada diez restaurantes son familiares y el 56 por ciento del personal es de mujeres y 44 por ciento hombres que son el sostén de su casa", precisaron.
Trabajadores de todas las áreas, como meseros y garroteros, hasta dueños de restaurantes, señalaron ser personas que viven al día y de su trabajo.
"No somos ricos, somos pequeños y medianos empresarios sin ahorros en el banco. Somos mexicanos desesperados, somos trabajadores a los que nos están condenando al desempleo, somos pequeños y medianos empresarios a los que nos están llevando a la quiebra", insistieron.
En este sentido, aseguraron que el cierre de negocios no solo afecta a los trabajadores directos, sino que, cada plato hay una amplia cadena productiva, como negocios locales, muchos de ellos provenientes del campo como verdulerías, panaderías, tortillerías, carnicerías y pollerías, quiénes igual que ellos están siendo afectados.
Tras tocar cacerolas y utensilios de cocina como cucharones, indicaron que estos meses de pandemia han sido "una muerte lenta y dolorosa", debido a que implica perder el patrimonio de miles de personas y por consiguiente la seguridad de un ingreso para millones de familias.
Insistieron que, al momento los restaurantes ya acabaron con sus ahorros que fueron utilizados para adecuarlos con medidas sanitarias y de protección para los colaboradores, proveedores y clientes, mismas que contribuyeron a que los restaurantes no sean fuente de contagio.
Señalaron que luego de los préstamos solicitados durante el primer cierre de negocios, ya no es posible endeudarse más e incluso, a muchos se les terminaron los seis meses de gracia y deben empezar a pagar.
"Tenemos el agua hasta el cuello porque debemos seguir pagando impuestos, licencias, servicios y, con las puertas cerradas es imposible, ya no sólo pagar las deudas, sino sobrevivir. Y a pesar de esta apremiante situación, no hemos recibido apoyo de nadie, ningún gobierno nos ha volteado a ver a pesar de que somos parte esencial de la economía", agregaron.
Finalmente, indicaron que está actividad se realizó de manera simultánea en Valle de Bravo y Ciudad de México y será replicada todos los días a las 13:00 horas, cuando saldrán de sus negocios a cacerolear para exigir que les permitan la reapertura.
