La incertidumbre por el retorno a las aulas el 30 de agosto ha derivado en el aumento de medidas preventivas por parte de los padres de familia, entre ellos, piden la aplicación de pruebas rápidas que descarten el contagio de Covid-19 entre los menores; sin embargo, previo al regreso a clases presenciales, en los kioscos gratuitos aumentó el porcentaje de niños que dan positivo al virus.
Tan sólo en Toluca, el viernes pasado durante la aplicación de pruebas en la plaza Fray Andrés de Castro, resultaron positivos entre el 20 y 30% de los asistentes, de los que casi el 86% fueron menores de 12 años, quienes, pese a que sus padres fueron notificados sobre el resultado de las pruebas, les permitieron seguir jugando en la plaza, sin mantener distancia con otras personas, y sin usar un cubrebocas.
"No sabemos dónde nos contagiamos", dijo una de las señoras que junto con su hermana, cuñado y tres niños dieron positivos a la prueba de SARS-COV2.
Para la señora Rosa Núñez, la aplicación de pruebas no descarta el riesgo de contraer la enfermedad, pues al ser sus hijos una menor de segundo año de secundaria y un niño de preescolar, teme que no cumplan al pie de la letra con respetar la sana distancia, no quitarse el cubrebocas o platicar con sus compañeros, ser efusivos y tener contacto.
En entrevista, la señora que lleva a sus hijos a la escuela pública Héroes de la Independencia y el colegio privado Stanford, dijo que, si bien los docentes y el personal administrativo ha sido cauteloso para asegurar un retorno libre de contagios, para el 70% de los padres es una "moneda en el aire".
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"No podemos hacer nada, el gobierno es el que decide. Lo menos que pueda tener trato con los demás niños, no es por discriminación sino por cuidados hacia ella. El que tenga su sana distancia, no preste las cosas, tenga la mayor seguridad, la limpieza constante en cada nadie se enfermó y no ha salido, más que por necesidad porque hay veces que los niños se pelean, tratamos de sacarlos, pero no a exponerlos".
Ante estas condiciones, dijo que la recomendación hacia sus hijos es socializar lo menos posible, evitar hablar y compartir sus útiles, comida o siquiera conversar por largos periodos de tiempo con otros niños, pues "nadie sabe lo que pasa en casa".
Mientras que algunas organizaciones de padres de familia pidieron a las autoridades estatales la aplicación de pruebas rápidas entre los niños, una forma eficaz, dijeron, de descartar el peligro de contagio en tanto llegan las vacunas al país y la entidad.
La Unión Nacional de Padres de Familia consideró que además de los protocolos que establece el decálogo de la Secretaría de Educación Pública, es necesario aplicar pruebas rápidas como una forma de reforzar los candados de protección para la comunidad estudiantil y docentes.
Por su parte, el secretario de Educación estatal, Gerardo Monroy no descartó la posibilidad de aplicar pruebas rápidas para la detección de Covid-19 en los alumnos del nivel básico que regresarán a clases el 30 de agosto, ante la solicitud de agrupaciones de padres de familia.
En entrevista aseguró que valoran esta posibilidad en las reuniones con el secretario de Salud, Francisco Fernández y la presente semana podrían definir la forma de implementar dicha alternativa. En este esquema, dijo, participarán las dos dependencias y por el momento definen si las aplican por regiones o solo en caso de que se registre un positivo entre los alumnos.
El objetivo es enfrentar en coordinación si se presenta algún caso, aclaró: "no estamos exentos de que no haya contagios, vamos a acompañar ese caso y por ejemplo daremos seguimiento de cerca a todos quienes hayan convivido en la escuela con la persona contagiada, el aula será cerrada inmediatamente".
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