Lya, un ejemplo de vida, Instagramer y médica

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Lya, un ejemplo de vida, Instagramer y médica

Domingo, 13 Marzo 2022 12:40 Escrito por 
Lya nació con Síndrome de Apert, una mutación en el cromosoma 10 que genera malformaciones en el cráneo. Lya nació con Síndrome de Apert, una mutación en el cromosoma 10 que genera malformaciones en el cráneo. Foto: Especial

Lya nació con Síndrome de Apert, una mutación en el cromosoma 10 que genera malformaciones en el cráneo y eso no ha detenido su crecimiento, actualmente es recién graduada de la carrera de Medicina Genetista y cursa el internado médico en el Centro Médico “Adolfo López Mateos”, en Toluca, donde ingresó directo a Ginecología y Obstetricia.

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En el Estado de México, de cada mil recién nacidos vivos, siete padecerán algún defecto congénito que marcará sus vidas.

Es una joven de 24 años con un humor ácido, que la hace mucho más especial y llamativa que su aspecto físico, aunque está consciente de las miradas que éste atrae, aun así, dice "nada me detiene en mis sueños", y es que sabe que haber nacido con una condición que parte de que su cráneo selló mientras seguía en el útero, no considera que defina su entorno.

Explicó que hay malformaciones en sus extremidades, que son evidentes, las personas con su condición nacen con el cráneo fusionado, lo que no permite que el cerebro crezca y también con los dedos de las manos y de los pies fusionados; por esto pasan por varias cirugías reconstructivas desde que son bebés, ella lleva 17 hasta ahora.

A los dos años, había sido sometida a tres cirugías, la primera en el cráneo para hacer espacio y permitir que su cerebro se desarrollara, las demás para poder brindarle motricidad en las manos, además de una estenosis en el esófago para que pudiera comer, entre otras intervenciones quirúrgicas en los pies, los ojos y el paladar.

Ella creció contra corriente, si así lo puede llamar, desde los cero años debió aprender a superar las miradas que juzgan, las limitaciones físicas y hoy aprende a realizar suturas.

Cursa el internado médico en el Centro Médico “Adolfo López Mateos”, en Toluca, donde ingresó directo a Ginecología y Obstetricia, ahí, un nuevo reto que superar la espera.

“Cuando nace un bebé diferente o que a lo mejor su pronóstico no es el mejor, pues sí me marca porque yo tampoco tenía el mejor pronóstico. Entonces, a lo mejor la bibliografía sí está en lo correcto y el bebé no va a tener mejor pronóstico, pero ¿hasta dónde? Diferenciar eso y no apegarme en lo emocional, es lo que más me ha pegado”, dijo.

Aunque Lya no se vislumbra realizando cirugías sino en un laboratorio, el proceso marca que tiene que cursar un año de internado y tres más de especialidad para llegar a su meta académica.

“Sí ha sido complicado, yo creo que, porque ahora no nada más es demostrar que puedo hacer suturas, sino que puedo atender a un paciente, a una persona que siente, que reacciona, que piensa y no te puedes equivocar porque estás tratando con la vida humana”.

La experiencia de la joven la ha llevado a retarse para rebasar los que creía eran sus límites, además reconoce que su vida ha sido lo más normal posible gracias a quienes la rodean, lo que también la hizo consciente de que no todos tienen las mismas oportunidades.

Lya aprovecha las redes y es viral en Instagram.

Así que, además de ser interna en un hospital, graba reels en Instagram para visibilizar lo que enfrentan aquellos con discapacidad o una enfermedad rara, como la suya.

“A lo mejor la Lya de hace unos años que escondía las manos al salir a la calle, que caminaba con la cabeza gacha y el pelo en la cara para no ser vista, jamás hubiera pensado que me expusiera en las redes sociales de esa manera.

Aunque ha sido una buena herramienta, primero para concientizar a la gente sobre que no quiero lástima, ni que me digan que soy una inspiración, pero que me conozcan, sepan que sí lo estoy logrando, también tengo mis tristezas, y está bien verme diferente", admitió.

Para Lya el amor propio no ha sido sencillo, hoy se identifica con el ajolote morado porque ella, más que odiar su cuerpo, ha aprendido a amarlo desde sus características. Aprendió que su voz podría ser la diferencia para quienes viven condiciones similares, pero no cuentan con las herramientas sociales, familiares y psicoemocionales para emprender sendero propio.

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