México y Venezuela: “It´s oil, stupid" (la maldición del poeta)

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México y Venezuela: “It´s oil, stupid" (la maldición del poeta)

Domingo, 12 Mayo 2019 10:03 Escrito por 
México y Venezuela: “It´s oil, stupid" (la maldición del poeta) Los Sonámbulos

Desde sus orígenes, la mentalidad de los hombres de poder político y económico de los Estados Unidos definió a esa nación como “una civilización de negocios”, en la cual las justificaciones lo mismo se tomaron de la historia, el derecho, la economía, que incluso la religión y la biología, específicamente el darwinismo (“la sobrevivencia del más apto”), así éste sea echado de las aulas escolares y acosado permanentemente por los partidarios del “creacionismo” o su variante, el “diseño inteligente”.

No debe extrañar entonces que con tantos argumentos a su disposición, los herederos de esa presunta “filosofía”, según los historiadores Samuel Eliot, Henry Steele y William E. Leuchtenberg, echen mano de cualquier cosa para confirmarse como “businessman”, lo mismo si se trata de supuestos atentados a la democracia que al “principio” de su peculiar libertad.

Ese es el evangélico “fundamental” que sustenta lo que se está “horneando” en Venezuela que, sobra decir, tiene 300 años de reservas probadas de petróleo (18 por ciento del mundo, las más abundantes), también reservas de oro con el 10 por ciento del total mundial y, en suma, es un botín que justifica cualquier cosa.

Por ello, lo mismo se pueden invocar en los medios de información aliados las “facilidades de funcionarios” del locuaz y dictador Nicolas Maduro para transportar droga de ese país a los Estados Unidos (omitiendo preguntar o investigar, claro, quiénes dan las “facilidades de acceso” de los enervantes a ese país”), que alegar motivos “humanitarios”, pasando por las infaltables fachadas de atentados a la democracia y la libertad, para ir pavimentado el camino a una “intervención militar”.

Las confesiones de los “gángsters de la economía”, como John Perkins, señalan lo evidente: el aprovisionamiento de petróleo, de crudo, había sido siempre una prioridad para los Estados Unidos, pero a principios de la década de los años 70 se convirtió en una obsesión, esto luego del embargo que impusieron los estados árabes por el apoyo del gobierno estadounidense a Israel en su guerra contra Egipto y Siria.

Cinco meses de no recibir petróleo de los países árabes convencieron a los estadounidenses de que necesitaban medidas de acopio, de ahí las “reservas estratégicas” que, según diarios británicos, tiene ese país en cuevas de Luisiana del orden de los 700 millones de barriles, por eso puede darse el lujo de amagar a cualquiera -incluida Venezuela, su tercer proveedor- con suspender compras del energético, a pesar de que es el país de mayor consumo, con casi 19 millones 400 mil barriles al día.

Pero no se trata de dejar de comprar ni de “rescatar” a los sufridos venezolanos de un gorila con tolete y poner fin a la “descoñamentación” -desmadre, en español mexicano-, sino de ir a “administrar” y “liberar” a esa nación sudamericana que, como nuestro país, tiene en sus riquezas naturales la causa de su desgracia y devastación,veneros que tuvieron al Diablo como fedatario de una maldición, según el testamento del rapsoda nacional, Ramón Lopez Velarde.

En cuanto a “La Suave Patria”, tampoco debe extrañar que cada proyecto del nuevo gobierno en materia energética y, principalmente, sobre el manejo del petróleo, esté acompañado del coro condenatorio neoliberal, preñado de apocalípticos augurios, al ver frustrado, de momento y en apariencia, el asalto a la codiciada “joya de la corona”, vía ”reforma energética”, desmantelamiento y endeudamiento de Petróleos Mexicanos, con sobornos y saqueos históricos.

De esto, recuérdese desde el cruce de apuestas de 800 mil dólares ¡en un sólo tiro” en los casinos de Las Vegas por parte de Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y Salvador Barragán Camacho, pasando por los yates de lujo, autos exóticos y departamentos en Miami de Carlos Romero Deschamps, además de los sobornos de Odebrecht con Emilio Lozoya Austin y su taxi-helicóptero para recorrer 13 kilómetros en la Ciudad de México.

A pesar de que Pemex ha sido la caja de la corrupción institucionalizada, huachicoleo incluido, las reservas probadas no son nada despreciables (más de 9 mil millones de barriles, con datos del 2016), y es sabido que hay toda una legión de “inversionistas” y “especuladores”, tanto locales como foráneos, dispuestos a “rescatar” a la industria.

Por eso, si el nuevo gobierno tiene proyectos en los que no están directa y libremente involucrados estos “inversores”, siempre se tendrá el trompeteo apocalíptico anticipando calamidades, ya sea mediante agencias de opinión como las “calificadoras de riesgo”, comentócratas, supuestos defensores del medio ambiente, organismos internacionales de cuño neoliberal como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, banqueros, cúpulas empresariales y otros.

Al final, como en Venezuela, no es la preocupación por el destino de los ciudadanos y sus instituciones lo que preocupa, menos la democracia y la libertad, sino satisfacer la codicia, a cualquier precio, auspiciada por el evangelio de la “civilización del negocio”.


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Jesús Delgado

Los sonámbulos