El dentista más extravagante de la historia

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El dentista más extravagante de la historia

Domingo, 23 Junio 2019 00:10 Escrito por 
El dentista más extravagante de la historia Foto: Especial

***Para mis queridos amigos dentistas, Arturo y Mario Trejo

Painless Parker fue un odontólogo canadiense atípico que nació en 1872 bajo el nombre de Edgar Randolph Parker y desarrolló su extravagante carrera a finales del siglo XIX y principios del XX en Estados Unidos.

Ese pintoresco dentista fue descrito en su tiempo como ¨una amenaza para la dignidad de la profesión¨, por  la Asociación Dental Americana. Sin embargo, mucho de lo que propugnaba -defensa del paciente, mayor acceso a los servicios dentales y la publicidad-, hoy es práctica normal en Estados Unidos (y en gran parte del mundo globalizado).

Parker estudió en el Colegio Dental de Filadelfia, que posteriormente se convertiría en el Temple University School of Dentistry. No lo va a creer pero en la escuela dental le habían enseñado que no era ético promover su oficio directamente, sino que solamente era aceptable unirse a clubes y organizaciones sociales para darse a conocer. Por lo tanto, se unió a la iglesia local, pero aun sentándose piadosamente en la primera banca, asistiendo a todos los servicios y ofreciéndose de voluntario para ayudar en todas las tareas de la iglesia, decidido a ¨ser ético a toda costa¨, y hasta llevar una biblia con él todo el tiempo, pues ni aun así logró atraer un solo paciente después de seis semanas de graduado. Entonces, decidió recurrir a la publicidad y anunciarse.

El título de ‘Painless’ (Sin Dolor) se lo ganó durante su carrera como dentista callejero, pues “Painless” Parker no era solo un apodo, sino que en 1915 se cambió legalmente su nombre original a ése, para poder seguir practicando, ya que en ese entonces en California insistía en que los dentistas trabajaran únicamente bajo su nombre legal.

La insistencia de Parker sobre la necesidad de un cuidado dental de alta calidad y su talento para el espectáculo representaron un importante papel en este cambio, aunque hoy en día ya casi no lo recuerden. 

El dentista viajero

A lo largo de su carrera, Parker tuvo decenas de consultorios, en lugares como Utah, California, Oregón, Nueva York, Idaho, Colorado y el estado de Washington, pero todo empezó en New Brunswick, su provincia natal en Canadá.

En esa época se favorecía lo que se conocía como la ruta "ética", es decir que no se salía a buscar pacientes. Además, la dentofobia, el miedo injustificado a los dentistas, espantaba a los pacientes potenciales pues revisarse la dentadura no era algo usual para la mayoría de la gente y, con la competencia de otros odontólogos y el eterno factor del miedo al dolor, la silla de Parker estaba vacía.

Desesperado, alquiló un cuarto en una ciudad cercana y salió a las calles. Armado con una jeringa cargada con cocaína aguada a la que llamaba "hidrocaína", le hablaba a los transeúntes de la salud dental y les ofrecía un trato: extraerles dientes por sólo 50 centavos sin que sintieran dolor; si no quedaban satisfechos, les pagaría 5 dólares. 

Como el narcótico funcionaba, pronto empezó a ganarse la vida como dentista viajero. A donde llegaba, pedía una mecedora prestada para sus pacientes. Unos años más tarde, se fue a vivir con su familia a Nueva York, donde volvió a pasar dificultades hasta que conoció a William Beebe, un exempleado de Barnum, el famoso empresario y artista circense estadounidense, recordado por sus trucos en el mundo del entretenimiento. Juntos planearon algo insólito: publicitar atrevidamente a Parker y lo que podía hacer, y hacer giras con el espectáculo.

Odontología en un circo

En medio del bullicio de las calles, un músico o una banda tocaban para llamar la atención… y para disimular los gritos del paciente. Parker pronunciaba su bien practicado discurso y ofrecía el tratamiento a quien lo deseara. Pronto empezaron a llegar más y más clientes. Al ver cuán bien funcionaba el show, comisionó una plataforma jalada por caballos con una silla de dentistería y empezó a mantener el cubo en el que echaba los dientes que extraía a la vista del público.

A pesar de que sin duda era un dentista experimentado, el hecho de que tuviera dotes teatrales hizo que siempre lo desestimaran calificándolo de curandero y charlatán.
Se la pasaba en pleitos judiciales luchando contra los límites de la publicidad o por retos a su legitimidad o "ética". Además, siempre mantuvo sus precios bajos para los clientes pobres, se enfrentaba a quienes cobraban mucho y contra los monopolios.

Tras la repentina muerte del ex cirquero Beebe, Parker se fue a vivir a California y consideró retirarse. Pero compró y reconstruyó un consultorio destartalado en Los Ángeles y poco después ya estaba construyendo más. En la costa occidental de Estados Unidos tampoco lo recibieron bien. Eventualmente estableció el Instituto de Economía Dental para entrenar a dentistas y enfrentar sus muchas batallas legales con la Asociación Dental del Estado de California. También renunció a tener una oficina llena de "costosas alfombras y cuadros" para ofrecer nueva tecnología y darle a la gente enjuagues bucales, cepillos de dientes y polvos para cepillarse en casa.

En 1913, Parker compró un circo ambulante y se convirtió en su maestro de ceremonias. La idea era que quienes no eran pacientes podían ver a los elefantes y los actos mientras él sacaba dientes. Mientras se expandía por California y el oeste de Estados Unidos trató a un hipopótamo llamado Lucas, apareció en un parque de diversiones en Long Beach y se tomó fotos con celebridades.

Eventualmente, la preocupación por las bacterias y la esterilización llevó a Parker a abandonar sus demostraciones públicas al aire libre y empezó a presentar películas educativas sobre el cuidado bucal en su oficina. Los interesados eran invitados luego a pasar a su consultorio para una revisión gratis. Parker también fabricaba productos para el cuidado bucal.

El dentista en el cine 

En 1948, unos pocos años antes de que Parker muriera, el famoso comediante norteamericano Bob Hope representó a un dentista llamado Peter "Painless" Potter junto con la exuberante Jane Russell interpretando a Calamity Jane en la película "Carapálida", una comedia parcialmente basada en algunos incidentes de la vida de Parker. A Parker le fascinó la película… y la publicidad.

En la película Peter Potter Jr. (Bob Hope) es un joven universitario que vuelve al salvaje Oeste, las tierras de su infancia, para responsabilizarse de la herencia familiar y reclamar el oro de su padre, un popular pistolero de la zona. El paradero de ese oro lo desconoce y por eso nadie ha podido encontrarlo aún. Durante su viaje y posterior búsqueda se cruzará con el agente federal Roy Barton y con una joven de taberna, que tiene una doble identidad y que ejerce también como bandolera.

Poco tiempo después se filmó la secuela de "El hijo de Rostro Pálido", donde comedia y acción volvían a conjugarse en pleno western americano, repitiendo Bob Hope y Jane Russell en los papeles principales, aunque interpretando a personajes distintos. 

En la actualidad, la leyenda de Parker sólo brilla en el pequeño Museo Histórico Dental de la Universidad Temple, donde estudió, pero pocos recuerdan el increíble impulso que dio a la profesión de los queridos y temidos dentistas que, gracias a los modernos analgésicos, han logrado disminuir algo la dentofobia, aunque a algunos todavía una visita al dentista les da escalofrío.

(Junio 2019)


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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado