El Neoliberalismo es la Cuarta Transformación: ¿No hay Quinta Mala?

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El Neoliberalismo es la Cuarta Transformación: ¿No hay Quinta Mala?

Martes, 17 Septiembre 2019 00:06 Escrito por 
El Neoliberalismo es la  Cuarta Transformación: ¿No hay Quinta Mala? El Neoliberalismo es la Cuarta Transformación: ¿No hay Quinta Mala?

La Historia, como campo de batalla, está llena de seres extraños y hechos que tienen efectos indeseados. Véase si no los hechos históricos siguientes: 

En la cúspide de los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana, en el seno del Cardenismo, el propio Lázaro Cárdenas nombró en 1935 al Contador Público Luis Montes de Oca como el cuarto Director del Banco de México, institución que el Presidente Calles había creado en 1925.

Este personaje Luis Montes de Oca ya había ocupado antes el cargo de Secretario de Hacienda y Crédito Público de 1927 a 1932, durante la gestión de tres presidentes de la República: con Plutarco Elías Calles, un año y dos meses; con Emilio Portes Gil, un año y dos meses; y con Pascual Ortiz Rubio, once meses. En plena depresión económica de los años treinta, defendió el equilibrio presupuestal y las “finanzas sanas”. Dejó de ser Secretario de Hacienda cuando Pascual Ortiz Rubio renunció a la Presidencia tras el atentado que sufrió y que lo dejó psíquicamente traumado.

Montes de Oca, curiosamente, era un liberal clásico, enemigo de intervenciones oficiales para influir en la economía nacional. Y con fuertes vínculos con dos de los representantes de la corriente liberal ortodoxa del momento, la llamada Escuela Austriaca, con los que sostuvo correspondencia e invitó a México a dar conferencias: Ludwig Von Mises y Friedrich Von Hayek. 

Como Director General del Banco de México se negó a apoyar el financiamiento deficitario requerido por el Secretario de Hacienda Eduardo Suárez para la expansión de la economía durante el periodo de Lázaro Cárdenas (aunque el Banco de México entonces no era autónomo), pese a lo cual permaneció en el puesto durante el periodo cardenista (1935-1940).

El tema que unía en el debate intelectual a Luis Montes de Oca con los dos profesores de la Escuela Austriaca fue el de la crítica a la economía planificada que implicaba una intervención muy activa del Estado en la economía, pensamiento y política que ambos contradecían. En México se había establecido con la política económica cardenista la idea de la planificación con intervención del gobierno (Plan sexenal).

En plena guerra, Montes de Oca invitó en 1941 a Von Mises que había dejado Austria, a dar una serie de conferencias en la Universidad de México. En 1942, Montes de Oca le propone a Mises formar el Instituto Internacional de Ciencias Sociales, bajo su conducción, pero Von Mises prefiere seguir exilado en Estados Unidos.

Pasada la guerra, en 1946, Montes de Oca y destacados banqueros y empresarios crearon la Asociación Mexicana de Cultura, encabezados por Raúl Baillères (del llamado Grupo BUDA, formado por los banqueros Raúl Bailléres, Salvador Ugarte, Mario Domínguez y Ernesto J. Amezcua).

Estos estaban interesados en proporcionar una alternativa a la política económica promovida en el país a partir del Cardenismo y junto con la Asociación de Banqueros invitaron a México a los dos prominentes representantes de la Escuela Austriaca, al maestro y al alumno: a Ludwig Von Mises y a F. Von Hayek. Luis Montes de Oca fue una vez más su promotor y presentador en sus conferencias.

Cumpliendo sus objetivos, la Asociación Mexicana de Cultura creó el Instituto Tecnológico de México (ITM), más tarde ITAM, cuyo programa central era el de estudios de Economía y fue organizado como alternativa al programa de estudios de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Como Hayek tampoco quiso aceptar dirigir el Instituto, el nombramiento de Director del Instituto Mexicano de Economía del ITM fue otorgado a Daniel Kuri Breña (tío abuelo del ex candidato presidencial José Antonio Meade Kuribreña), persona cercana al Partido Acción Nacional y por ello, tal vez mucho más identificado con los designios de los fundadores del Instituto Mexicano de Economía.

El Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), antes Instituto Tecnológico de México (ITM), fue así fundado en 1946 por esta Asociación Mexicana de Cultura que reunía a un destacado grupo de banqueros, industriales y comerciantes, con el propósito de hacer de la educación superior el motor del cambio industrial y económico de México (hay que recordar que en 1943 el industrial regiomontano Eugenio Garza Sada había fundado el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y los jesuitas,la Universidad Iberoamericana y más tarde en 1956, el ITESO en Guadalajara, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente).

En México, siguiendo los criterios y orientaciones de Ludwig Von Mises y Friedrich Von Hayek, se buscó crear  proyectos alternativos al nacionalismo económico de Cárdenas. Su llegada a la Presidencia polarizó al país por su intención de impulsar una política económica dirigida a lograr el desarrollo económico con distribución del ingreso. Esta política pública se consideraba como la única salida posible a la crisis provocada por la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado, pero que no complacía a este conservadurismo financiero y empresarial militante.

El Grupo BUDA afirmaba que ¨Necesitamos economistas liberales no contaminados de intervencionismo, que defiendan nuestros intereses frente al Estado¨. En ese entonces (1946) declaró Bailléres: ¨Vamos a preparar muchachos para que dentro de 30 a 40 años puedan hacer la transformación de un país estatista a un país liberal capitalista¨.

Y, en efecto, pasados 40 años, a partir de la crisis mexicana de los años ochenta del siglo XX, ya se empezaban los ex alumnos de estos tecnológicos privados a entronizar en los puestos que dirigían las finanzas y la economía del país, como Hacienda y Banco de México, Secretaría de Economía, etc.  El punto culminante de este esfuerzo iniciado por Montes de Oca y los banqueros y empresarios fue el otorgamiento en 2015 de la medalla Belisario Domínguez al hijo de Bailléres, fundador del ITAM.

Tras la hoy llamada Tercera Transformación que fue la Revolución Mexicana se retomó gradualmente esta prolongación del pensamiento liberal ortodoxo en lo económico (no en lo político) que se actualiza con los nuevos desarrollos de la Escuela Austriaca, de Friedrich Von Hayek y Ludwig Von Mises, enfoque representado y desarrollado en México por Luis Montes de Oca y una élite que se iba consolidando en el poder con profesionales formados principalmente en el ITAM, semillero de tecnócratas neoliberales que coparon las áreas financieras de los gobiernos neoliberales en el último tramo del siglo 20 y principios del 21.

Podría decirse que de hecho el Neoliberalismo fue la Cuarta Transformación en la historia de México. Después del triunfo electoral de este nuevo gobierno, lo que hoy se vive puede quedarse en este misma postura ideológica pues el país se encuentra en una situación que no permite grandes cambios políticos y menos en sus apretadas y comprometidas finanzas por la elevada deuda heredada y dañada economía amenazada por un contexto internacional desfavorable.

Hasta el momento se sostienen políticas públicas parecidas a las pasadas, incluyendo los programas asistenciales que desde López Mateos, si no antes, con diferentes nombres y métodos (Salinas inventó Solidaridad) permanecen en vigor. O la austeridad que desde De La Madrid con la crisis de 1982 se viene aplicando, como recomendación del Fondo Monetario Internacional. 

Desde entonces, ya no hay empresas que vender y se resucitan algunas públicas de tiempos de Echeverría como CONASUPO para intentar parchar la deteriorada economía campesina. Lo que parecen al sector privado medidas extremas ya se aplicaron aún más drásticas en esos tiempos y hasta con Fox que expropió los ingenios azucareros (¿ajuste de cuentas de Coca Cola con el dueño de Pepsi Cola?). 

¿Militarización? ¿Ya se nos olvidó el 68, el Calderonismo, Ayotzinapa y otros? 

Pemex, utilizada por los Gobiernos como caja grande para no tener que implementar una verdadera reforma fiscal y para obtener divisas, hoy se le tiene que reponer su muy chica caja y quitarle impuestos para que no arrastre al país en su declive por falta de inversión y por el natural agotamiento de sus pozos.

En fin, se hereda una difícil situación económica, agravada por la delincuencia organizada de todo tipo, con pocas medidas factibles para enfrentarla.  Las medidas de emergencia que se están aplicando son de doble filo, pues la austeridad, la reducción de burocracia, el endurecimiento fiscal, etc, tienen efectos indeseados sobre el empleo y el posible crecimiento de la economía, que actualmente se halla estancada.

Para activarla, no se quiere o no se puede recurrir a la economía mixta de antaño, incrementar el gasto público, por la limitante de la crisis fiscal que implica la peligrosa herencia de la deuda pública interna y externa (al menor cambio las calificadoras amenazan con retirar su aprobación y sus fondos), que sólo puede redocumentarse para salir del corto plazo lo cual es un truco financiero heredado del neoliberalismo.

¿Puede llegar a ser la ¨Quinta¨ Transformación o se va a quedar en el gatopardismo, que todo cambie para que todo siga igual? ¿Cambio de Régimen o regímenes políticos sobrepuestos?

Y cómo sería? ¿Y cómo resultaría?  Probablemente, una mezcla, no sabemos si buena o mala, que es muy pronto para definirla pero la realidad histórica acaba por imponerse. Ya veremos.

(Septiembre de 2019)


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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado