¿Percepción o realidad?

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¿Percepción o realidad?

Domingo, 20 Octubre 2019 00:06 Escrito por 
¿Percepción o realidad? Lo bueno, lo malo y lo serio

Hablaba hace unos días el secretario federal de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, que la percepción en el tema de la seguridad había mejorado, pero no necesariamente la realidad de los números encaja con su pronóstico, y atendiendo a esta condición, parece ser que en efecto, así será como en adelante el gobierno federal medirá todo.

La masacre que sufrieron elementos de la policía estatal a manos del crimen organizado en Aguililla, Michoacán, enlutó a familiares de los efectivos caídos, y en sí, a la sociedad entera, en grabaciones que circularon por las redes sociales se dio cuenta del control y dominio que en esa zona tienen los que acribillaron a los uniformados.

Para el caso, se habrá de realizar exhaustivas investigaciones para responder a los muchos cuestionamientos que quedan en el aire, y tal vez los resultados se den a conocer después de mucho tiempo para responder a preguntas tales como; ¿quiénes sabían de las condiciones del lugar, quién les dio la orden, por qué no fue el ejército cuando de antemano muchos sabían de lo impenetrable de la zona?, como estás, surgirán muchas más.

Al día siguiente de los hechos ocurridos en Michoacán, se dio otro evento, en Tepochica, Guerrero, cerca de Iguala, en donde de acuerdo a la versión oficial (única con la que se cuenta hasta el momento), refiere que militares de la 35 Zona Militar se encontraron de frente con civiles armados, quienes agredieron a los elementos del ejército mexicano.

El resultado llama mucho la atención, fueron catorce civiles, presuntos delincuentes muertos, y un cabo, sí, sólo un elemento del ejército muerto, mismo que estaba encargado de la ametralladora del vehículo militar que iba al frente, el cabo resultó herido por la agresión de los civiles armados, pero, y es lo que impacta, antes de morir acabó con la vida de catorce delincuentes, mientras que otros tantos se dieron a la fuga.

Es demasiado desproporcionado el número de bajas de un lado y del otro, porque a pesar de que los civiles, supuestos delincuentes, iban armados hasta los dientes, según reportes oficiales, contaban con una gran cantidad de cartuchos útiles, pero materialmente no opusieron resistencia al ataque del cabo del ejército.

La misma versión la confirmó el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, y hay algo que inquieta, no es bueno comparar pero los hechos hacen recordar a lo ocurrido en San Pedro Limón, en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, aquél 30 de junio de 2014, cuando 22 personas fueron privadas de la vida en una bodega, el gobernador de ese momento salió a decir que se había tratado de un enfrentamiento, el resultado de las investigaciones dicen otra cosa, porque además un tribunal ha ordenado volver a detener a los militares que estuvieron implicados en aquellos hechos.

Ahora, quedan muchas dudas respecto de lo ocurrido en Tepochica, la investigación recién empieza, por lo que la verdad de lo sucedido también tardará en darse a conocer, mientras tanto, se tendrá que aceptar la versión oficial porque es la única con la que se cuenta.

Por otro lado, el presidente da el nuevo banderazo para la construcción del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, “Felipe Ángeles”, pasando por alto la resolución aún no definitiva de los amparos interpuestos para detener la obra, ¿será porque ya tiene de su lado al poder judicial?

Con esto se le pone un clavo más a la incipiente democracia mexicana, esa por la que tanto luchó el de Tabasco cuando se encontraba del lado opositor del gobierno, ya que el otro poder, el que se resistía a sus encantos, el poder judicial, se ha alineado, y deja de ser contrapeso para la voluntad de un solo hombre, y tristemente la división de poderes será parte de una apreciación.

Con el nuevo aeropuerto, presume el titular del ejecutivo federal, habrá de ahorrarle a los mexicanos cien mil millones de pesos, ignorando deliberadamente lo que se perdió por la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, el que sí contaba con permisos, estudios y autorización internacional, por lo que los múltiples beneficios que dice tiene el de Santa Lucía, quedarán sujetos también a la evocación del mandatario desde luego.

De la misma manera, se ha presumido que la educación será mejor con la nueva ley de reforma educativa, la que no dejó ni una coma de la anterior, la del gobierno de Peña Nieto, pero que le devuelve el control a los sindicatos de maestros, quienes tendrán garantizadas plazas al salir de la normal, y ¿los millones de alumnos? Bueno, ellos tendrán calidad educativa tal vez por decreto.

Y si la economía no tiene crecimiento, no importa, lo importante es el desarrollo, el que se insiste que es mejor por la distribución de la riqueza, el contra sentido de las palabras no debe ser importante, lo que en realidad debe serlo es que se atenderá a los más pobres, los que elija el gobierno que lo son.

Dice el presidente que el tiempo le dará la razón con el tema del aeropuerto, así como con la apuesta de vencer la inseguridad con programas sociales, aunque no sean medibles, entonces, todo quedará a la voluntad de la impresión que de las cosas quiera darle el habitante del Palacio Nacional, mas no de la realidad.

 


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio