La subjetividad del tiempo y la década del meme

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La subjetividad del tiempo y la década del meme

Jueves, 19 Diciembre 2019 00:08 Escrito por 
La subjetividad del tiempo y la década del meme Reseñas y sucesos

El viernes 1 de enero de enero de 2010 fue el inició de la segunda década del siglo XXI, un año icónico que perfilaba grandes celebraciones para el México contemporáneo (Centenario de la Revolución Mexicana y Bicentenario de la Independencia de México) y un año sin mayores pretensiones futuristas en el mundo. Lo que pareciera un parpadeo nos sitúa hoy en las vísperas para conmemorar la culminación de estos 3,652 días, que darán cuenta el martes 31 de diciembre de 2019. De aquí que vale la pena recapitular brevemente qué hemos vivido como sociedad y reflexionar qué hemos hecho individualmente con cada uno de los flashazos que el tiempo nos ha regalado en estas noches y días.

Si nos preguntamos quiénes somos hoy, la respuesta la encontraremos en nuestra memoria, al repasar, en dónde hemos estado. Este hecho da pie a la subjetividad del tiempo descrita en función de tres principales grupos de cuestionamientos (y las respuestas que individualmente damos a éstos): 1) METAS- ¿Tenemos claridad en nuestro objetivo de vida? ¿Éste nos permite definir hacía dónde vamos? ¿Son estas las motivaciones que nos llevan a despertar todas las mañanas? 2) ENSEÑANZAS- ¿Hemos aprendido de las situaciones cruciales que han marcado el rumbo de nuestras vidas? ¿Cómo hemos enfrentado estos retos, fracasos o logros? 3) TIEMPO- ¿Cuántos años tenemos? ¿Se traducen en años de experiencia o meras vivencias? ¿Nos han permitido convertirnos en mejores individuos?

Nuestra vida se construye por una suma de fracciones que con el paso de los años son tendientes a cero; es decir, si la esperanza de vida del mexicano oscila en 75 años, quienes están en la adolescencia llevan 1/5 parte, quienes rondamos los treinta y tantos estamos llegando ya a la ½ de nuestros días, y así de forma decreciente, triste pero verdadero. De aquí surgen las miles de frases motivacionales que inundan nuestras redes sociales ¿Cada amanecer es una nueva oportunidad que la vida nos regala? o ¿Es un día menos en nuestra cuenta regresiva?

Todo depende de la singular visión que deseemos imprimirle a nuestra existencia. Personalmente encuentro fundamental adoptar como modo de vida el discurso de Jacques de Delors pronunciado en 1994 en la UNESCO; lleva como título “Los cuatro pilares de la educación”, yo lo llamaría, “Los cuatro pilares de la vida” y manteniendo la esencia sustituiría algunos subtítulos: I) Aprender a conocer (nunca dejar de aprender). II) Aprender a hacer (aportar nuestro conocimiento al sentido de vida de los demás). III) Aprender a vivir juntos (siempre ser empáticos). IV) Aprender a ser: como el “desarrollo global de cada persona, cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad. Generar un pensamiento autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio, para determinar por sí mismos qué debemos hacer en las diferentes circunstancias de la vida”.

Volviendo a la subjetividad del tiempo, hace algunos años se publicó “Tiempos líquidos” como secuencia de “Amor líquido”, títulos escritos por el filósofo contemporáneo Zygmunt Bauman; ambos representan una crítica generalizada a la posmodernidad y la ausencia para ofrecer solidez en nuestro acontecer político y personal. Bauman resume en estos, la incertidumbre como un sentimiento motor que guía nuestra individualidad capitalista y globalizada. Vivimos pendientes del otro, sin que ello se vea reflejado en nuestras acciones o coherencia cotidiana; aduce, que estamos conscientes de lo que ocurre en todos los rincones del mundo, pero las posibles soluciones locales o individuales no abonan a resolver los problemas globales.

A partir de aquí, dejo esta corta reflexión introspectiva para enlistar algunas vertientes de lo que considero nos ha marcado como sociedad en estos últimos diez años, vale la pena, echar un vistazo a cuestiones como la tecnología, la política, las manifestaciones sociales, la economía y, por último, los hábitos de esparcimiento.

En lo referente al primero de los temas, pueden abrirse diversos debates para decidir, quién fue la mujer u hombre que marcaron la década: sin duda alguna, yo postularía a Mark Zuckerberg, el hombre de las redes sociales. Con 35 años ha destinado cerca de la mitad de su vida a generar tecnología que conecta a las personas y, a la vez, crear bancos de información que son un sinfín de datos individuales que conforman la bigdata, como un universo que modela nuestra realidad actual.

Todos conocemos a Zuckerberg por ser el fundador de Facebook; no obstante, en 2014 adquirió la naciente empresa WhatsApp, fundada en 2009, misma que hoy lidera la ruta de las aplicaciones de mensajería instantánea con 2,000 millones de usuarios en el mundo.

Es por eso, que desde mi perspectiva WhatsApp es, a su vez, la aplicación tecnológica de la década; esta app es parte indisoluble de nuestro día a día: es sin duda una herramienta laboral, rompe fronteras mundiales, nos permite estar al pendiente de los nuestros, nos ayuda a intercambiar archivos y un sinfín de ventajas más, alienadas con las consecuentes desventajas sociales. Resulta curioso cómo, desde la llegada de WhatsApp, cada vez somos más reacios a utilizar o contestar llamadas telefónicas, una gran parte de la población prefiere mantener contacto por mensajería, antes de entablar una conexión de voz.

En lo político, social y económico, el año 2010 y posteriores fueron testigos de las repercusiones producto de la agravada crisis financiera de 2008, con epicentro en los Estados Unidos, pero con secuelas en diversos rincones del planeta. Algunos Estados de la Unión Europea, se vieron brutalmente fracturados, cuatro de ellos con la imperiosa necesidad de ser rescatados financieramente (Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre); a su vez, esto motivó a otros países a cuestionar el hecho de vivir bajo un manto de unidad internacional, inclusive, fue este el punto detonante que llevó al Reino Unido a decidir abandonar la Unión Europea, con la venía de un referéndum participado en 2016.

El 2011 también fue testigo de la denominada “Primavera Árabe”, como el inicio de manifestaciones sociales, que sin alarmantes cifras en el derramamiento de sangre, son equiparables a las grandes revoluciones del mundo por los enormes cambios generados a partir de la inconformidad ciudadana; estos hechos ocurrieron en Túnez, Egipto y Libia. Recientemente, hemos sido testigos de cómo estas expresiones están marcando la ruta política en Latinoamérica, como los sucesos ocurridos en Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador.

Sin embargo, estos movimientos sociales no son completamente vinculantes al panorama político y al espectro ideológico; éste último ha ido fluctuado en función de cada contexto nacional. A modo de ejemplo, vimos el ascenso del conservadurismo en Norteamérica con la llegada de Donald Trump, en Argentina con Mauricio Macri, en Chile el regreso de Sebastián Piñera, Brasil con Jair Bolsonaro; en Europa hubo cambios sustantivos en el mismo sentido, Reino Unido con Boris Johnson, Austria con Sebastián Kurtz. La izquierda liberal no se quedó atrás al ganar elecciones como la de Andrés Manuel López Obrador en México, Arturo Fernández, quien le regresó el gobierno a los kirchneristas en Argentina y un grupo de mandatarios europeos que gobiernan naciones como Portugal, Finlandia, Suecia, Malta, Eslovaquia y Rumania.

Finalmente, dejando de lado los sucesos que requieren un análisis de mayor profundidad, pasamos a otro tema que nos obliga a preguntarnos ¿qué hemos hecho en estos años con nuestro tiempo libre? De bote pronto sugiero que esta década sea nombrada “del apogeo de Netflix” si pensamos en ésta plataforma como mera distracción (como solía hacerlo la televisión desde la primera mitad del siglo pasado). No obstante, si optamos por esparcimiento convertido en ociosidad, podemos llamarla “la década del meme”, donde una sola imagen sacada de contexto puede hacer alusión a una infinidad de chistes y mofas de todo tipo y arrebatar millones de risas durante horas. El primero de los casos merece especial atención puesto que Netflix empezó a operar por primera vez fuera de los Estados Unidos el 22 de septiembre de 2010 y su ascenso fue tan veloz que para 2016 anunció que tenía presencia en 130 países. Reportes recientes indican que el 20% de la banda ancha mundial es para usar los servicios de esta empresa de streaming.

Es sumamente complicado sintetizar 120 meses en 3 cuartillas, ni si quiera es esta la intención, lo importante es invitar a la reflexión sobre lo que significan 10 años con enormes transformaciones en nuestra cotidianidad; situaciones que vemos con normalidad, pareciera que siempre han estado ahí. Hoy esperamos con ansias el 2020, un año que pondrá de manifiesto resultados en el viraje de la economía mundial; además se espera que la década venidera sea de la voz ciudadana para la toma de decisiones gubernamentales; por último, es importante dejar de manifiesto que como reto urgente se deben atender las individualidades como un asunto de salud pública: el siguiente año será idóneo para hablar de las patologías y la psicología de la (a)normalidad.


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Edgar Tinoco González

Reseñas y sucesos