Con qué sueñan nuestras juventudes

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Publicado en Opinión

Con qué sueñan nuestras juventudes

Jueves, 18 Agosto 2022 01:16 Escrito por 
Edgar Tinoco Edgar Tinoco Reseñas y sucesos

Resulta natural comprender la historia como una sucesión de generaciones juveniles que irrumpieron en la escena pública para ser protagonistas en las disruptivas tendencias contextuales, traducidas en movimientos sociales, a veces revolucionarios, otras tantas artísticas; pero lo que siempre se ha mantenido como un común denominador en todas estas generaciones fue lo advertido por Schiller: la fidelidad a los sueños de juventud.

Cada década estos sueños se ponen en tela de juicio antes los diversos problemas del entorno que se manifiestan con incertidumbre frente a las condiciones de vida, salud, seguridad y libertad; recientemente el medio ambiente, la ampliación de derechos, el impacto de las redes sociales, entre otros intereses que van surgiendo de manera genuina. El objetivo de los jóvenes es manifestarse con la intención garantizar el desarrollo de un mundo mejor para toda la sociedad, en donde ningún sector se quede abandonado o rezagado por falta de oportunidades.

Se puede estigmatizar – quizá desde prejuicios y estereotipos mal fundamentados - que la juventud es una etapa para aventurarse y equivocarse; lo que es un hecho, es que la juventud es aprendizaje sin receta. Esto último, un contrasentido frente al hipotético referente de que son los salvadores o el futuro del mundo, una especie de aseveración sin fundamento de que sean ellos quienes resuelvan lo que al momento no pudieron los mayores. Quizá el sueño de los que ya no son jóvenes es que se mejoren las condiciones que dejaron como herencia. En épocas más recientes resalta la óptica de Kuhn, donde las juventudes nos enseñan a mirar, aprender y comprender la realidad social desde la diversidad y la pluralidad.

Por otro lado, si se excluye a los jóvenes de las decisiones, es como si nos negáramos a escucharlos, situación en la que todos perdemos. Debemos seguir fortaleciendo los mecanismos de integración juvenil en la toma de decisiones a nivel local, nacional e internacional. A inicios de este año, en la Conferencia de Alto Nivel sobre Procesos de Paz Inclusivos para los Jóvenes, António Guterres, secretario general de la ONU, destacó que los jóvenes deben ocupar un lugar en los debates, crear soluciones inclusivas que combinen la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible y los derechos humanos.

De acuerdo con recientes estadísticas del INEGI, en México suman más de 30 millones de jóvenes de 15 a 29 años. De este universo, 15 millones tienen una ocupación o estudian y 9 millones navegan en el sector informal o no tienen alguna oportunidad para aspirar a un mejor futuro. Ante este panorama y de acuerdo con un estudio del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología (Ciesas), la juventud mexicana debe encarar la existencia de contextos ligados al narcotráfico y la violencia, falta de oportunidades que desembocan en migración, juventudes indígenas que afrontan rezagos de educación, desconocimiento de tecnologías y discriminación.

Hoy, las y los jóvenes tienen la oportunidad y el derecho de participar activamente en las decisiones que afectan el desarrollo colectivo y no sólo se limitan a ser beneficiarios o meros receptores de programas individuales. Por otro lado, diversos autores afirman que los jóvenes latinoamericanos tienen grandes desafíos y el sentir general es que sus problemas específicos no podrán ser solucionados si los problemas generales de nuestros países no son corregidos antes o conjuntamente por toda la población activa y, particularmente, por los gobernantes. Esto lleva a que predomine un pesimismo sobre la posibilidad de que esos cambios ocurran a corto plazo, desesperanza alimentada por el desencanto frente a los gobiernos y políticos.

Algunos jóvenes no se sienten representados en los discursos, espacios y mecanismos políticos tradicionales; hecho que los lleva a no participar en temas socioeconómicos y sociales, aun cuando sabemos que son sensibles a las demandas de equidad y justicia social, protección medioambiental y diversidad cultural. A pesar de ello, en los últimos años, de acuerdo con informes de la CEPAL, han destacado los movimientos sociales liderados por la juventud, lo que supone un llamado de atención respecto de su interés por ser escuchados y de tener una participación en el desarrollo de las sociedades en que viven.

Necesitamos una juventud mejor preparada y más consciente de sus entornos; sin embargo, han aumentado los años de estudio, aplazando la inserción al mercado laboral y la formación de una familia, que bien puede deberse a una elección personal o a falta de ingresos. Las juventudes son producto de una sociedad que los necesita, pero también los exalta desde el punto de vista comercial, mediático y consumista, sin reparar en el impacto que los lleva a aislarse, por lo que tienden a socializar sin guía de los adultos; razón por la que resulta imperativo descubrir con qué sueñan nuestras juventudes para construir realidades con pisos más parejos y visionarios.

Es importante referir que sería un error universalizar a la juventud, asumiendo que son iguales; no podemos asignar conductas y responsabilidades según las edades, habrá que consideran los contextos y realidades que atraviesan; en todo caso lo fundamental es como lo afirma Friederich Schiller “mantenerse fiel a los sueños de juventud”.

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Edgar Tinoco González

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