“Por lo general se piensa en la guerra en términos de conflicto militar o hasta aniquilación. Pero va haciéndose cada vez más claro el hecho de que un peligro igual pudiera ser el caos…como resultado del hambre de las masas, el desastre económico, catástrofes ambientales o el terrorismo”. Willy Brandt
Esta semana en la conferencia mañanera el presidente López Obrador anunció que se encuentra haciendo una serie de consultas con el sector empresarial a fin de elaborar un nuevo plan para reactivar la economía nacional, la cuestión es si la poca CREDIBILIDAD que le queda le alcanzará para lograrlo.
Es claro que la credibilidad a la que nos referimos no es la de los padrones de los programas sociales, tampoco la que se compro boletos en primera fila para la función Lozoya, mucho menos la de los nuevos desempleados que trajo consigo la pandemia o de los empresarios que se fueron a la quiebra por falta de apoyos.
La credibilidad que necesita es la que mide el índice de confianza del productor del INEGI, entre otros, por que hay que recordar que ya les mintió antes, en abril cuando se sentó con ellos por más de 5 horas y el domingo siguiente en el Patio de Honor de Palacio Nacional les dijo que siempre no, que no habría estímulos fiscales, que no habría apoyos y que por el contrario habría más austeridad como se lo comenté en “el plan es que no hay plan” de esta columna.
La confianza que necesita es la que tanto ha dañado desde que llegó al poder, la de los empresarios, a los que el sector energético les congeló inversiones que se cuentan en miles de millones, la de las personas con voz y voto en los consejos de administración de las empresas, las de las cámaras de comercio, las de miles de inversores que si le dan la oportunidad de opinar en asuntos económicos a los economistas, a los que aún ven en la adquisición de deuda soberana un respirador para salir de la crisis, por que aun hay un poco de confianza internacional en el país; hagamos votos para que la poca confianza del sector que le queda al presidente le alcance y sobretodo para que esta vez si presente un plan a la altura de las circunstancias y sin mentirle a la gente.
Por cierto: El nuevo videoescándalo es muy parecido al de hace unos años de Bejarano y otros cuyas familias hoy son pilares en la política nacional, quizá solo nos muestre el futuro, por que al exhibirlo la FGR por instrucción presidencial, perdón por “Asunto de Estado” -lo que quiera que eso signifique- no creo que sea válido ante un juez como prueba, pero la prueba moral del presidente si le alcanzó a las encuestas.
Y para variar: La pandemia dejará mucho más que estragos en la economía mexicana, dejará las tasas de abandono escolar más altas de la que tengamos registro, según datos el 10% no se reinscribió a este ciclo escolar. Si, como varios estudios han demostrado, el abandono escolar se correlaciona con aumentos en la comisión de actos delictivos, la pandemia está sembrando un futuro de enorme violencia y desestabilidad para México.
* Economista por la UNAM, académico, columnista y articulista. Enlace Administrativo de la Coordinación del Programa de Posgrado en Derecho. Miembro de la Red Nacional de Jóvenes Investigadores del SIJ de la UNAM
