Andrés, no mientas otra vez

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Andrés, no mientas otra vez

Jueves, 01 Septiembre 2022 00:30 Escrito por 
Juan Carlos Núñez Armas Juan Carlos Núñez Armas Palabras al viento

Esta semana uno de los hechos que más llamó la atención fue la presencia de Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Senado, durante los primeros minutos de la presentación del libro “El imperio de los otros datos” de Luis Estrada, acompañando a destacados críticos del presidente Andrés Manuel, como Kenia López y Joaquín López-Dóriga.  Por un momento llegué a pensar que el senador realmente se asumía como demócrata y que al menos algún integrante de primer nivel de la 4T estaría dispuesto a escuchar a sus críticos. Incluso consideré, también por unos minutos, que marcaría un precedente importantísimo en la estrategia política. Gran decepción cuando, después de la presentación regresó a cerrar el evento y, tal vez alertado por su equipo o ante llamadas de reclamos de más alto nivel por la presentación de un libro cuyo contenido es una dura crítica al presidente, su actitud volvió a ser la de siempre: halagos totales al presidente y a su movimiento y descalificación completa de sus críticos.

Lo cierto es que, de acuerdo con Luis Estrada y su equipo, durante el periodo que consigna el libro, se han realizado 910 mañaneras que duran en promedio 112 minutos y se ha hecho un conteo de más de 86,000 afirmaciones falsas, que no se puede comprobar o de plano mentiras. Es claro, además, que la única actividad que aparece en su agenda, la mayor parte de los días, es la conferencia matutina, básicamente para dar la impresión de que está trabajando y no pocas veces desde ahí gira instrucciones y los integrantes de su gabinete han aprendido que esa es su forma de gobernar.

Ahora, además de los actos de propaganda de todos los días, nos recetará el “cuarto informe de gobierno” que en realidad es el número doce si la memoria no me falla. Las evidentes deficiencias e ineficacias de la administración federal estarán ausentes de este otro acto de propaganda y se hablará de más de lo mismo en un intento por extender las promesas incumplidas, tocando temas banales.

En el contexto de mentiras y propaganda que nos receta todos los días, una frase resuena en mi cabeza: Andrés, no mientas otra vez, que debería ser el lema de la sociedad civil mexicana para iniciar movimientos contra la actitud destructiva del presidente. Llevamos casi cuatro años escuchando las mismas mentiras, una y otra vez, desde el púlpito presidencial, en diversos formatos, pero siempre el mismo discurso que confronta y esconde la realidad.  López Obrador ganó una elección con un gran porcentaje de votos, pero ese resultado no puede ser un cheque en blanco. La sociedad, especialmente algunos sectores, empiezan a sospechar que los resultados no llegarán.

¿Qué ha pasado en otros países con grupos que reaccionan ante gobiernos que consideran negativos? En Estados Unidos el “Tea Party” pretendía captar el interés y descontento que existía, en grupos de derecha radical, respecto al gobierno de Obama, al que acusaban de incrementar impuestos e intervenir en diversas actividades económicas, y crearon plataformas para alcanzar su propósito como ResistNet o FreedmWorks, para promover la participación social por medio de la Liberty Central.

En Italia, durante el gobierno de Berlusconi apareció el Popolo Viola un movimiento que cuyo objetivo era captar inconformidades en su contra. Incluso organizaciones sociales crearon un impulsaron abiertamente con el “día del No a Berlusconi”, vestidos de morado protestaban contra la partidocracia, la corrupción y el desempleo. A esa movilización social se unieron, mediante artículos, enlaces directos o videos críticos y satíricos, por ejemplo, mujeres que había sufrido violencia.

El movimiento y espacio cibernético MoveOn pretendía extender sus preocupaciones por lo que pasaba en su país, enviando correos masivos. Otras organizaciones y expresiones similares como Avaaz.org que protestaba por el cambio climático, derechos humanos y religiosos; Change.org cuyo carácter cívico pretende una reforma social de los derechos humanos; The Point cuyo objetivo era que los ciudadanos hicieran reclamaciones y quejas. En España surgió el Actuable que pretendía transformar al mundo en los cambios que se buscaban (pequeños cambios sociales).

La dinámica sugerida a la sociedad civil, que en su mayoría permanece expectante, sería la regeneración social, conectar con movimientos existentes, aprender a investigar y conocer más, reconocer la propaganda que busca el adoctrinamiento ideológico, no aceptar las mentiras y rechazar la verticalidad organizativa que pretende imponer el gobierno. Utilizar la creatividad permanente e innovadora en poder de miles de ciudadanos y socializar esos intereses, generar y empoderar liderazgos sociales, donde no haya jerarquías, pero sí autoridad.

Muchos son los ejemplos y muchas las tareas por hacer pero, son mejores las causas que los dogmas. Podríamos empezar por etiquetar a más usuarios antiAMLO en nuestras redes sociales, captar la atención de los medios que no tengan tanto miedo, comunicarse con ciudadanos comunes y corrientes que opinan igual para que se sumen a iniciativas individuales que, tarde o temprano, podría convertirse en un movimiento social.  Todo esto, que suena lejano, es la sociedad civil, el gran poder de nuestros tiempos, quienes tienen la palabra. El ciberactivismo se puede hacer realidad la creación de corrientes sociales que defiendan los valores de nuestra sociedad, nuestras libertades y nuestra democracia.  Movimientos que hagan sonar fuerte y claro en Palacio Nacional y en todas las plazas y foros en los que se presente López Obrador, así como en las redes sociales: ¡Escucha, Andrés, no mientas otra vez!  

*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.

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Juan Carlos Núñez

Palabras al viento