Breves Consideraciones en Torno al Concepto de Género en Latinoamérica

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Breves Consideraciones en Torno al Concepto de Género en Latinoamérica

Lunes, 20 Febrero 2023 00:45 Escrito por 
Gilda Montaño Gilda Montaño Con singular alegría

El último tiempo ha habido algunos planteamientos que sostienen la dificultad del uso del concepto de género para nuestra realidad latinoamericana. Por una parte, se argumenta que el término en inglés (gender) no corresponde totalmente al término género en castellano. En inglés tiene una acepción que apunta directamente a los sexos (sea como accidente gramatical, sea como engendrar) mientras que en castellano se refiere a la clase a la que pertenecen las personas o las cosas. De ese modo decir en inglés «vamos a estudiar el género» llevaría implícito que se trata de una cuestión relacionada con los sexos; en castellano, la conexión con lo masculino o lo femenino sólo se entendería en función del género gramatical, pero no como una relación entre ambos o como una construcción cultural. Así, plantear lo mismo en castellano resulta críptico para los no iniciados ¿qué género hay que estudiar, uno literario o una tela?

Por otro lado, fuera de esa dificultad idiomática, habría una teórica, en cuanto a que el uso del concepto género nos llevaría a un determinismo cultural: de la crítica al determinismo biológico, la interpretación se entramparía en un reduccionismo cultural. Por último, desde un punto de vista político, hablar de género y no de mujer encubriría las desigualdades entre hombres y mujeres y pondría las relaciones asimétricas en un plano de neutralidad.

Estas críticas, son importantes para re-situar el empleo y la incorporación del término género en el estudio de la relación entre lo femenino y lo masculino en nuestra realidad latinoamericana. En primer lugar, pensamos que aunque la palabra género en castellano no evoque lo mismo que en inglés, es labor académica re-significar o dotar de contenidos a determinados términos y actualizarlos en la comunidad. La legitimidad de los conceptos aparece inmersa en necesarios debates entre interpretaciones distintas, complementarias u opuestas de la realidad.

Los planteamientos en torno al reduccionismo cultural del concepto de género son interesantes, pues dejan de manifiesto la necesaria consecución de diversas disciplinas para el estudio de sus relaciones. Cruce que hará posible elucidar la compleja conexión entre cultura y biología, sus múltiples determinaciones, la plasticidad que la primera impone a la segunda, las intersecciones entre ambas, etc. La distinción sexo/género no tendría por qué relacionarse necesariamente con un divorcio entre ambos términos, sino más bien con su co-existencia y representación particular a cada cultura.

Tal vez, la apreciación política de que el término de género nubla las desigualdades, podría más bien colocarse al revés y leerse como la posibilidad de un horizonte que al poner en escena todas las diferencias, podría permitir un aglutinamiento mayor de personas, respetando sus diversidades y contemplando sus problemas específicos. Quizás, la comprensión del concepto de género podría llevar a una política que haga comparecer a mujeres y hombres en la búsqueda de una sociedad más justa que tienda a la eliminación de las discriminaciones de género, clase, etnia o edad.

Como se puede ver, el desplazamiento del término mujer al de género supone un descentramiento del enfoque esencialista y una nueva mirada que propicia la diferencia, la multiplicidad y la simultaneidad. Ello, sin duda, implica también una nueva forma de encarar su práctica de investigación, docencia y reflexión, y como es evidente, su afiliación institucional.


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Gilda Montaño

Con singular alegría