Sequía e incendios forestales

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Publicado en Opinión

Sequía e incendios forestales

Lunes, 26 Febrero 2024 00:13 Escrito por 
Hugo Antonio Espinosa Hugo Antonio Espinosa Sin riesgos

2024 será un año difícil en materia forestal. El 63% de los 2,471 municipios que hay en México presentan algún grado de sequía. Las Entidades con mayor grado de sequedad son Chihuahua, Sonora, Durango, Tamaulipas, Sinaloa, Guanajuato y Querétaro. En cuanto a superficie afectada, cabe destacar que el 88.9% del territorio de la Ciudad de México presenta sequía severa y casi la mitad del territorio del Estado de México registra sequía severa (34.3%) y extrema (14.2%). Lo anterior, según el Monitor de Sequía 2024, elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional de la CONAGUA, con corte al 31 de enero del año en curso.

La temporada de estiaje, o “de secas”, caracterizada por un intenso calor y bajos niveles en ríos, lagos y presas, empieza en la segunda mitad de febrero y termina aproximadamente con la llegada de las primeras lluvias, al cierre del mes de mayo. Paralelamente, las quemas agropecuarias, de pastizales, de lotes baldíos y de basura –práctica reprobable y lamentablemente muy frecuente– intensifican las condiciones ya referidas y se suman a la crisis hídrica que permea a todo el país. Por lo tanto, los próximos tres meses serán críticos en materia de incendios forestales. Si esto fuera poco, la actividad industrial, comercial y agropecuaria formales, así como la intensa movilidad y consumo masivo de bienes, cuya producción genera Gases de Efecto Invernadero (GEI), propician un ambiente tóxico incompatible con la salud de los habitantes.

La Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, en su Artículo 7, Fracción XXXI, indica que un incendio forestal es “la combustión de la vegetación forestal sin control”, es decir un proceso de desintegración de la vida vegetal por acción del fuego abierto, cuyos efectos destructivos pueden ser enormes e irreversibles. El origen de los incendios forestales generalmente ocurre por la actividad humana y, muy pocas veces, por las condiciones meteorológicas.

En México, más de la mitad de estos son provocados por actividades ilícitas (tala ilegal, modificación forzada del uso de suelo, conflictos entre comunidades) y quemas agropecuarias que se salen de control; menos del 10% son generados por fogatas no liquidadas adecuadamente, cigarros encendidos que arrojan las personas y quema de basura. Para tener una idea de la incidencia de este tipo de eventos, durante los primeros 15 días de febrero, en el Estado de México, se registraron casi 200 incendios de pastizal y basura, 12 al día, en promedio, y la temporada apenas inicia.

Una estrategia para evitar incendios forestales es el manejo y control del fuego que se genera en las quemas agropecuarias, necesarias para el desarrollo de los cultivos y la regeneración misma del ecosistema, pero si no se hacen adecuadamente, con las medidas preventivas establecidas en la Norma Oficial Mexicana NOM-015-SEMARNAT/AGRICULTURA-2023, Que establece las especificaciones técnicas de métodos de uso del fuego en los terrenos forestales…, se pueden transformar en incendios forestales de un momento a otro. Los gobiernos estatales tienen la obligación, en coordinación con los municipios y los poseedores de terrenos forestales, en su calidad de primeros respondientes, de establecer las estrategias y líneas de acción para evitar daños al ambiente, el deterioro del ecosistema y probables pérdidas humanas y bienes materiales de los ciudadanos.

Las condiciones que una quema agropecuaria debe considerar, para que sea segura, sustentable y verdaderamente provechosa para quienes la realizan son: 1. La Preparación del Terreno, consistente en realizar brechas cortafuego alrededor de la zona a quemar y definir líneas húmedas en sitios estratégicos que inhiban la proliferación del fuego, ambas acciones con la finalidad de que, en caso de salirse de control, evitan que el fuego avance más allá de la zona elegida; 2. El Viento, su velocidad y su dirección, debiendo prever que su fuerza no comunique el fuego con áreas contiguas; 3. la pendiente del terreno, ya que su inclinación influye en la altura que pueden alcanzar las llamas y estas se propaguen; 4. El horario de quema no debe exceder las 11:00 horas, ya que después las condiciones de humedad y temperatura propician que el material combustible se encuentre más seco y caliente; 5. La Colaboración y Vigilancia, fundamentales para el monitoreo de la evolución y control de la quema, en coordinación con los bomberos o brigadas del municipio es muy importante; 6. Definir zonas de seguridad y rutas de escape, en caso de salirse de control, para el resguardo de los combatientes y seguridad de la población.

Desafortunadamente las quemas controladas y prescritas, establecidas en la norma citada, son poco practicadas por propietarios de terrenos agropecuarios y mucho menos difundidas por las autoridades. Además de su difusión, también urge una mejor comunicación entre los involucrados y fomentar la capacitación –que también es gratuita– para aplicar la norma y obtener los mejores beneficios del Manejo del Fuego. Esto es también protección civil. ¡Que su semana sea de éxito!

Hugo Antonio Espinosa Ramírez

Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre

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