La mujer como reproductora de la pobreza
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La mujer como reproductora de la pobreza

Lunes, 16 Junio 2025 00:15 Escrito por 
Con singular alegría Con singular alegría Gilda Montaño

Hace días, me invitó Jaqueline García Vázquez, una joven empresaria mexicana, exportadora de miel a países árabes: —Qatar, Emiratos Árabes Unidos (Dubái) y Arabia Saudita—, a que diera una conferencia a un grupo que ella tiene, de valores y crecimiento para la mujer emprendedora. Ella, en 2020, ganó un reconocimiento de She Trades, organismo de la ONU, por ser la primera mujer en firmar un contrato con un hombre árabe. No poca cosa.

Y me puse a hablar, por espacio de una hora, con mujeres de muchos lugares de la república mexicana. Todas ellas tienen una razón para ser y para hacer sus propias empresas. Y las hay de todo y de mil cosas. Yo no soy empresaria, solo hago mi revista El Tintero de las Musas y mis libros de divulgación, pero por cariño y con gran decoro que me tiene, me invitó.

Cuando me preguntó qué cómo se llamaría la conferencia, le dije que: La mujer como reproductora de la pobreza. Saltó de sopetón y me dijo: ¿Pero cómo? Le expliqué que tengo cincuenta años de investigar a la mujer que se queda embarazada y sola a cargo de sus hijos, y me entendió. Acabó nombrando la conferencia: La mujer como reproductora de la riqueza y de la pobreza.

Cuando hablo de pobreza y la mujer como reproductora, me refiero a todas estas mujeres que trabajan tiempo doble, que son empresarias, amas de casa, choferes, psicólogas, madres, esposas, compañeras… mujeres que hace unos cincuenta años no podían ni se atrevían a salir de sus casas. Muchas estaban pariendo y le tenían gran miedo a la vida. Abandonadas por sus compañeros y solas.

Le expliqué que tenía yo una línea de investigación de hace más de cincuenta años acerca de la planificación familiar, y que fue mi mayor y más grande logro, cuando trabajé dentro del Consejo de Población de este Estado, el que pudiéramos repartir más de dos mil cartillas de planificación familiar, apoyados por el sector salud y el sector educativo. Allí también me enseñó la ONU, a través de la OPS, que en treinta y cinco años más —o sea, ahorita—, si no controlábamos la reproducción de los hombres y las mujeres de nuestro Estado, el más poblado del país, tendríamos a jóvenes que no tuvieran trabajo ni escuela y que se dedicaran a delinquir. Como está sucediendo en este momento.

¿Pero qué piensa la gente del Edomex de la planificación familiar? Que debemos elaborar mensajes para las niñas de diez años que se nos están embarazando, y para sus padres, maestros y los niños y niñas. También para toda la población que sea susceptible a entender que no es prudente que estas creaturas estén embarazadas. Son niñas teniendo niños.

¿Qué siente la gente cuando ve esto? Que ha pasado inadvertido este problema y que por este motivo son indiferentes al mismo. Es por esto importante que entiendan, con mensajes de información, cómo poder ayudarlas.

¿Qué oye la gente? De este problema de salud pública que ya se está gestando, oye muy poco o casi nada. Solo escucha cuando a alguna persona cercana le acontece que su menor está embarazada y no tiene para dónde voltear ni qué recurso tomar para parar este problema.

¿Qué dice? Que todo el sistema es igual y que por falta de información y educación esto está ocurriendo. Que debería haber un sistema integral e inteligente en el sector de Salud y en el Educativo para terminar con este problema. De nuevo, ya de Salud Pública.

¿Qué hace? Se pone las pilas e intenta acercarse a alguna clínica para estar precavido, informado, o en su caso, tomar cartas en el asunto al ver a su hija embarazada.

¿Qué ve? Ve que un sistema que podía ayudar, no lo hace. Ve un problema a corto, mediano y largo plazo. Ve mucho desorden, desinformación y ve con tristeza que esto no le está brindando información y apoyo. Ve el problema con resentimiento, miedo y desesperanza. No está informado. Y cuando el cura o el pastor hablan de éste como la manera de seguir teniendo los hijos que Dios les mande, si no, es un gran pecado.

Creo que debe ser ya momento de solucionar este problema. Y por más que queramos no entenderlo, en este momento ya es grave. No nos alcanza para seguir repartiendo dinero a todos sin ton ni son. En muchos lugares ni medicinas hay. No se diga seguridad. No hablemos de valores, virtudes y ganas de querer comer solo por un día. Hoy ya existen 80 millones de mexicanos que tienen hambre. En un México que alguna vez fue la 8.ª potencia mundial. Aunque usted no lo crea.

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Gilda Montaño

Con singular alegría