A las siete y media de la mañana, que inicia la conferencia mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en Palacio Nacional, frente a periodistas de diversos medios, se inicia el esfuerzo de matizar el parte de guerra que antes le entrega el gabinete de seguridad todos los días, el cual incluye número de muertos, de desaparecidos, de secuestros, de autoridades masacradas, de alcaldías altamente peligrosas, de sospechosos en las instituciones y del enojo ciudadano.
El asesinato a mansalva del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, la noche del Día de Muertos, que en la tradición mexicana se celebra a los difuntos. Estando con su familia y con sus paisanos en un acto de esta naturaleza, fue asesinado y resultaron heridos otros dos elementos de su equipo. Hecho que ha detonado a esa sociedad irritada, furiosa, que ya no soporta ni puede más con el régimen de inseguridad que se vive en varios estados del país y que prefiere hechos, no palabras. Ahí está como ejemplo el valor y dolor de la familia LeBarón, y de muchas más.
La ineficacia con la que se actúa en no pocos casos es producto de la incapacidad de los gobiernos locales, estatales y el federal, que habían dejado espacios sin atender y ahora los están llenando las organizaciones criminales, que, al ser presionadas de manera intensa por los gobiernos de los Estados Unidos y el nuestro propio, han llevado sus prácticas criminales a otras actividades como el secuestro, el tráfico de órganos, la extorsión, el robo, personal y digital. Han aprendido el manejo digital con verdaderos especialistas bien pagados.
La comunicación que manejó en su conferencia mañanera el expresidente Andrés Manuel López Obrador le resultó exitosa, a no dudarlo. Repetir la experiencia por Claudia la ha impulsado en términos de preferencias, con muy buenos números; sin embargo, las encuestas nos dicen que ella va bien, pero el país no, y que la inseguridad se transmite en “la mañanera” con una voz que no corresponde a los hechos, y esa comunicación funciona como detonador del escándalo por la ineficacia, sin nada que lo neutralice.
De acuerdo con la estrategia que están manejando, la culpa de lo que ocurre en esta materia siempre es de otros: de la derecha, del expresidente Calderón, del expresidente Peña Nieto, para dañar a Claudia y su movimiento, su modelo de gobierno que bien a bien no se alcanza a entender. La estrategia presentada ayer martes 4 es más de lo mismo, de los gobiernos neoliberales.
Recordemos que el propósito fundamental del Estado de Derecho, plasmado en la Constitución, es salvaguardar la integridad de los mexicanos y de sus bienes.

