Con singular alegría… Club Primera Plana y mis 45 años de comunicadora

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Con singular alegría… Club Primera Plana y mis 45 años de comunicadora

Lunes, 04 Septiembre 2017 04:34 Escrito por 

Sucedió que de repente, me festejó la vida con un regalo. El famoso “Club Primera Plana”, me dio un reconocimiento de los últimos 45 años en que he sido comunicadora social en este país al que quiero tanto. Cuando sabes que tus pares te van a dar un cariñito en el alma, sientes que es algo que te has ganado en el tiempo y el camino.

Todos sabemos que este Club, que agrupa a periodistas de toda la república mexicana y que en este momento dirige el licenciado José Luis Uribe Ortega, da cada año sus placas conmemorativas “Por las libertades de Prensa y Expresión”.

Fue un acto más que solemne. Empezó su discurso el periodista Uribe Ortega, con un minuto de aplausos, para los periodistas muertos en la batalla por difundir la verdad, crear conciencia y transmitir la información de lo que en realidad sucede en este país.

Estuvo presente alguien a quien el mismo presidente del Club señala como amigo del gremio: el Coordinador Operativo de Comunicación Social de la Presidencia de la República y representante personal del licenciado Enrique Peña Nieto presidente de México: Roberto Calleja.

A la par, estaba el asombroso Teodoro Rentería, quien ha hecho cosas en verdad grandes. Por ejemplo, la titulación de los periodistas por “Saberes Adquiridos”. Programa que ha beneficiado a más de mil colegas en todo lo largo y ancho del país, que hoy ya cuentan con un título profesional, como merecido reconocimiento a toda una vida de trabajo y esfuerzo este ejercicio de fe.

Como también decidió que se abriera la maestría en Comunicación Estratégica Gubernamental en varios estados de la república, que imparte el Instituto Ortega y Vasconcelos, en donde yo tengo la alegría de ser de las primeras maestrantes en Toluca y estar a punto de acabarla en un par de meses. Allí contamos con maestros de excepción. Rubén Aguilar es uno de ellos.

También estaba allí la guerrera, mi hermana Rosalía Buahum, presente con su asociación de miles de radiodifusores de toda la república mexicana. Ella me otorgó, hace un par de años, un doctorado “Honoris Causa”, a través de la Universidad Instituto Americano Cultural.

Sigo con la alegría de tener una placa que como premio dan los periodistas de la república mexicana, a los periodistas de la república mexicana. Es un extraño caso, porque yo no soy periodista. Soy comunicadora social y empecé en oficinas de prensa hace ya 45 años. He trabajado con enormes jeques del periodismo y la comunicación social, como los maestros Henrique González Casanova, Francisco Algorri, Manuel Buendía Tellezgirón, Julio del Río Reynaga, Miguel Ángel Granados Chapa, Fausto Zapata (que ya se fueron) y Carlos Reta y don Miguel López Azuara, que siguen en este plano.

Estoy contenta, muy contenta. Creo que con esto, estoy cerrando en este momento una etapa de mi vida. No es fácil, nada fácil ser comunicadora social. Cierro pues, un círculo en el que me mantuve tratando de dar lo mejor de mí por muchos años. Comencé desde muy joven (a hacer síntesis de noticias, luego análisis, fui edecán, hice mil boletines de prensa; usé un telefax) y llegué a ser la comunicadora social del estado más importante de este país, cuando fue gobernador el mejor administrador público del mundo: Ignacio Pichardo Pagaza. Entonces, lo cierro contenta, tranquila, feliz, en paz.

Sin embargo, los últimos años he tenido la suerte de poder escribir muchas, muchísimas columnas políticas en distintos diarios tanto nacionales como locales, lo cual me llena de orgullo y satisfacción. Diré que jamás se me ha cuestionado una sola de las palabras que he escrito. Y que si del absurdo cotidiano escribo, es porque estoy más que metida en este. Quiero ver muchos días más lo bello, inteligente y digno de la vida. No tantas atrocidades que pasan.

La APVT me propuso para que yo tuviera este premio. Le agradezco a Adriana Tavira su esfuerzo. Y que Luis Fernando me haya acompañado siempre en este tiempo y circunstancias. De nuevo: soy feliz.


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Gilda Montaño

Con singular alegría