La falta de seriedad en la cuarta transformación

DigitalMex - Periodismo Confiable

Publicado en Opinión

La falta de seriedad en la cuarta transformación

Sábado, 22 Diciembre 2018 00:06 Escrito por 
La falta de seriedad en la cuarta transformación Lo bueno, lo malo y lo serio

Para merecer gobernar un país de la grandeza como la de México debería valorarse por principio de cuentas su vasta historia, sus costumbres, la diversidad en cultura, sus atractivos turísticos. De acuerdo a la Organización Mundial del Turismo ocupa el sexto lugar en recepción de turistas al registrar 39.9 millones, por arriba de Reino Unido, Turquía y Alemania y quien lo ha visitado tiene los mejores comentarios por los maravillosos lugares que tiene y por su gente, por lo que no dudan en volver para disfrutar de todo lo que el país ofrece.

Lo que resulta difícil de entender, es que hablar de política y en especial de los que la ejercen, es hablar de quienes parecen no estar a la altura, o será cierto que ¿el pueblo tiene el gobierno que merece?, el asistencialismo ha sido desde hace mucho tiempo parte sustancial de la base a partir de la cual, buscan los interesados conquistar algún cargo de elección popular, apoyándose en ello para “merecer” la simpatía de los votantes.

La razón es más que lógica, pues el resultado de los votos representa para los aspirantes que logran un cargo, la fortuna que éste les da para vivir cómodamente durante el tiempo que dure su mandato a costillas del erario, aunque de perder, tampoco les preocupa mucho, puesto que en este país la política es un estilo de vida, cuando el servicio público debería ser un honor con tiempo de caducidad.

Pero no sucede así, y los mexicanos ven con complacencia que quienes se disputan los cargos, primero defienden la postura y la ideología de un instituto político, en ocasiones incluso hacen pensar que lo harían a muerte, pero sucede que en la siguiente contienda electoral brincan a otro partido, que bien puede ser el de sus otrora acérrimos enemigos, pero sin afán de pensar mal, hay que creer que tal vez cambiaron de convicciones ¡Por supuesto!.

Al inicio de sus encargos se repiten frases como …los anteriores no supieron hacer las cosas, no hicieron suficiente, dejaron mal todo, nosotros sí sabemos gobernar y muchos etcéteras, el caso es que se venden como lo mejor que le pudo haber pasado a su comunidad, estado o país, y que tienen la fórmula para resolver todos los problemas y males que aquejan a los gobernados. Hasta que termina su periodo y es cuando la ciudadanía puede calificar, y muchas veces esa calificación es de reprobado.

Desafortunadamente se ha hecho costumbre que la conquista de los votos se obtiene en base a dádivas, lo que convierte en un mercado perverso a las manos que tienen el poder de darles el respaldo al cruzar su opción en la boleta.

Existen aparentemente dos propuestas, el neoliberalismo y lo que propone la izquierda, aunque ambas han demostrado a través del tiempo estar equivocadas, la segunda puede reflejarse en los fracasos de otras naciones que la han adoptado; y el primero ha dejado más pobres, bajo el argumento de que la atracción de inversión daría como resultado más empresas para multiplicar el empleo, lo cierto es que se percibe una consecuente explotación, por lo mal que se paga en México a pesar del aumento reciente al salario mínimo, y peor aún, al hacerlo también con vales, para compensar los bajos salarios, lo que hace recordar aquellos tiempos de raya.

Pero en este contexto, el trabajador no es dueño del dinero, no lo tiene, esta sujeto a gastarlo en ciertas circunstancias y en donde le digan, eso, que parecía había quedado atrás, vuelve en la actualidad. El uso de estas prácticas todos las hacen y por más que se acusen unos y otros, el asistencialismo siempre será explotado por ambos bandos.

El sistema político–social que pretende López Obrador ya se manifestó de alguna manera en México, ahora pretende hacer una rara mezcla con el neoliberalismo, al imponer, según el gobierno federal, sus condiciones, por eso no es raro observar que los empresarios aparentemente no hicieron tanto ruido con la cancelación de la construcción del Aeropuerto Internacional de México, el cual cobrará factura mucho tiempo después, no ahora, el ofrecimiento de participar en las mega obras de este sexenio, a las cuales aparentemente les importa un comino si cuenta con estudios de impacto ambiental o plan ejecutivo, los tiene tranquilos, y todo parte de la voluntad del titular del ejecutivo.

El muevo gobierno ha empezado con todo a su favor, se encuentra en inmejorables condiciones, lo que López Obrador buscó por años y, desde luego, no parece que se va a conformar sólo con con un sexenio, siempre está latente la seducción de repetir, o de imponer alguien que le suceda en el poder para garantizar la permanencia de su propuesta, porque piensa que llegó para quedarse por los siglos de los siglos.

Sin embargo, la cuarta transformación no mide ni sus acciones ni sus propuestas, han tenido que recular en muy poco tiempo, hay tantos errores y equivocaciones, que parecen enloquecidos por lo que tienen, los secretarios entran en conflicto por comentarios que se atreven a hacer en áreas que no les corresponde, las cámaras de senadores y diputados están controladas por quienes más que seriedad, muestran circo, son unos verdaderos payasos, que sin la menor intención de llegar a acuerdos por medio del dialogo imponen su mayoría, esta vez sí, y la otra también.

El resultado son normas y leyes mal hechas, o resucitadas y echadas al aventón, ¿de dónde les sale tanto ingenio para cometer tanta tontería? pero, ¿cómo no va a ser así?, si en el titular del ejecutivo federal es en donde todo empieza, ¿cuál es la seriedad del gobierno?, cuando aún sigue llamando a los que considera contrarios como fifís, levanta la voz como si estuviera en campaña, y utiliza su frase favorita, “me canso ganso”, qué ridículo espectáculo y qué ridículos los aplausos que recibe.

Baja calidad, para un pueblo aplaudidor, que acepta sin exigir explicación alguna por el peor negocio que haya hecho ningún gobierno en la actualidad, porque antes ya hubo otros que hicieron acuerdos o negocios pésimos, la pérdida de gran parte del territorio nacional da muestras de ello, pero, ¿hacer un pésimo negocio en algo que tendrá que pagar el pueblo con creces, sólo por capricho?, qué mal trato y qué mal circo tenemos, no obstante, por ahora es imposible que esto sea aceptado, el tiempo que sí es sabio, lo dirá, y en los libros o en las benditas redes sociales habrá testimonio de todo y rendirán homenaje a tan reprobable decisión.

 

 


Visto 1810 veces
Valora este artículo
(2 votos)
Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio