¿A quién le habla el Presidente?

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¿A quién le habla el Presidente?

Jueves, 31 Octubre 2019 00:08 Escrito por 
¿A quién le habla el Presidente? La Tribu Entera

El tema de esta mañana en muchos espacios informativos será –seguramente- el informe de los sucesos de Culiacán ocurridos el pasado 17 de octubre, que se presentó en la “mañanera” del presidente, Andrés Manuel López Obrador.

El objetivo era tranquilizar las críticas que surgieron ese mismo día, por parte de los llamados “formadores de opinión” y “líderes” (entrecomillo porque no sé qué lideran) políticos, así como minimizar el impacto negativo que pudiera haber provocado el fallido operativo-enfrentamiento con el Cártel de Sinaloa y que derivó en la liberación de Ovidio Guzmán, el hijo de “El Chapo Guzmán”.

El secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, rindieron el informe en el que -de arranque- definieron como “tropiezo táctico” lo ocurrido en Culiacán, Sinaloa. Durazo señaló que la versión equivocada difundida inicialmente se realizó conforme recibían los datos, pero luego se tuvo que corregir. Error delicado: nunca divulgues nada que no te conste y tengas confirmado, especialmente cuando se trata de una crisis y, más aún, cuando tú seas la autoridad.

“Privó una razón que, de tan profunda, se convierte en razón de Estado: la salvaguarda de la vida e integridad física de aquellos que no figuraban entre los beligerantes”, dijo el secretario Durazo y precisó que la instrucción del presidente era recuperar la paz y tranquilidad.

Era previsible que esa línea argumental, que se planteó el 18 de octubre por el presidente López Obrador, en el sentido de que se decidió evitar una tragedia por la muerte de gente inocente, se sostuviera hasta este momento, porque de acuerdo con las encuestas, muchas personas consideraron adecuada la decisión y creyeron en las razones.

“Ninguna organización delictiva, por más pertrechada que esté, es más poderosa que el Estado mexicano en términos bélicos. En Culicacán, habría sido fácil recurrir a un combate de exterminio, sin respeto ni cuartel a las garantías individuales que, a final de cuentas, habríamos ganado”, aseguró Durazo, pero “¿a qué costó?”, cuestionó él mismo, seguido de una descalificación a la guerra del narcotráfico que se realizó en otros sexenios, porque –dijo- se agravaron las condiciones de inseguridad y creció el derramamiento de sangre.

El suceso de Culiacán acreditó aquella frase de campaña que tanto se comentó y sigue vigente: “abrazos, no balazos”. En Culiacán se hizo tangible.

Y parece que ese mensaje y esa política de gobierno fue bien recibida, porque de acuerdo con los estudios de opinión levantados por el diario “El Financiero” y dados a conocer el martes 22 de octubre, la aprobación del presidente se mantiene en 67 por ciento y sólo 31 por ciento de la ciudadanía rechaza su gestión.

Eso quiere decir que la estrategia de comunicación política ha funcionado: estar “en tierra” con la gente de todo el país; hablar de manera coloquial diariamente a primera hora; sostener las acciones de apoyo “a quienes menos tienen” y acentuar el argumento de contraste con los anteriores gobiernos.

Hay sectores que insisten en que el rumbo no es claro, que las cosas van mal, que estamos en ruta para perder todo lo construido, pero esos grupos ni son todos los mexicanos, ni son quienes han vivido en la marginación y el olvido. Reitero: el presidente no trabaja para el llamado “círculo rojo”. Él trabaja para quienes no están en twitter y que pueden verlo diario.

PERCEPCIÓN

El modelo de comunicación que funcionó hace una década ya está obsoleto. Parece que muchas estructuras políticas, empresariales y administrativas no lo entienden. Tomarse fotos individuales como haciendo “vida social” no funciona.


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Ricardo Joya

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