Día del ejército mexicano

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Publicado en Opinión

Día del ejército mexicano

Domingo, 23 Febrero 2020 00:06 Escrito por 
Día del ejército mexicano Lo bueno, lo malo y lo serio...

Dentro de los muchos fantasmas contra los que dice batallar el presidente Andrés Manuel López Obrador, está la insistencia de un supuesto pretendido golpe de estado, así lo hizo notar al agradecer durante su discurso al ejército, por no dejarse llevar, según aseguró, por el canto de las sirenas a la traición y golpismo.

En el marco del festejo por el día del Ejército Mexicano, López Obrador en su intervención señaló que la historia está llena de claro oscuros, haciendo referencia a acontecimientos históricos como el del 68, pero, en la misma condición coloca a lo que llama la fallida guerra contra el narcotráfico, la que se ha empeñado en señalar como la “guerra de Calderón”, hay que recordar su frase; “le pegó un golpe a lo tonto al avispero”.

Parece no comprender el mandatario el trabajo realizado por los hombres de las armas de México, y respecto de la guerra contra el narcotráfico, no les quedó de otra que obedecer las órdenes del entonces comandante supremo para enfrentarse a las bandas delincuenciales, como para todavía ser señalados por ello, tal vez no ha entendido la razón de ser de los soldados.

Los militares no se mandan solos, las ordenes son para cumplirse, existen valores que enarbolan como parte inseparable de su formación a la que se deben, y que muchas veces los civiles no entienden, por eso, cumplir con obediencia y lealtad es inapelable, pero ¿es el ejército responsable o culpable de una supuesta guerra que no declarada, pero sí enfrentada, durante el gobierno de Felipe Calderón?

Obviamente la visión de ambos gobiernos, el de Calderón y el actual, son abismalmente diferentes, en una, la guerra encarnizada en contra del crimen organizado, con muchas muertes de inocentes, y de otras de los que no lo eran tanto y que corresponden a los que habrían dañado a los ciudadanos.

Es importante hacer una reflexión, una de las cosas que más preocupa a la sociedad es la impunidad, y ésta empieza cuando se deja de perseguir y castigar a quien comete un delito, peor aún, cuando se opta por los abrazos y se pretende dejar pasar el daño como si no hubiera existido.

Y la otra visión, que no termina por entenderse, menos comprenderse, sobre todo por las personas afectadas por las actividades de la delincuencia, enfrentar la violencia con abrazos y no balazos, es realmente un insulto al agraviado, ¿es en serio que a esto se le llama estrategia?

Valdría la pena que en este caso se le preguntara al pueblo bueno y sabio qué opina al respecto, poniendo especial atención en las víctimas, en sus familiares, en los que sufren la inactividad de las fuerzas del orden, como los pobladores de los lugares que han tenido que abandonar sus hogares por miedo, por tener que enfrentar la inseguridad de sus comunidades materialmente solos, sin el menor apoyo de un gobierno que los ha olvidado.

Entonces, y solo entonces, podrá comprenderse que se pueda aceptar una estrategia ridícula de renunciar a la persecución de los delincuentes a cambio de abrazos, y tratando de entender que se deben respetar sus derechos humanos, como recién lo ha pedido el presidente a las fuerzas de seguridad.

Sin embargo, la realidad parece encontrarse muy distante de la voluntad del titular del ejecutivo, los ejemplos sobran, y no se ve para cuándo el gobierno implemente una verdadera estrategia, para que no tenga que buscar culpables a su incompetencia, basta con ver el trato que se les dio a quienes encabezaron la marcha por la paz, como antes ya ocurrió en la Ciudad de México, antes Distrito Federal, con aquella marcha histórica que llenó las calles de personas vestidas de blanco, porque son señalados, acusados de pretender desestabilizar, ya que todo para este gobierno y en este sentido, viene de parte de sus opositores que se encuentran enojados y que no aceptan el cambio.

¿Cambio? ¿Cuál cambio? Le diría el nieto a la abuela que le mandó por las tortillas. Las cosas como se han venido dando no dicen por ningún lado que exista una idea liberal progresista, al contrario, el país se enfrenta al peor estancamiento.

La historia guarda hechos en los que ha intervenido el ejército, su participación activa ha representado un reto para lo que hoy celebra. Lo que sucedió en aquél 68, como en otros pasajes similares, no puede compararse de ninguna manera con lo ocurrido en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña, por ejemplo, porque se libró una batalla contra el crimen organizado.

Lo que sí se puede hacer, es comparar un gobierno con otro, y en esa comparación, que materialmente es contra todos los que califica como neoliberales, el presidente de ideas socialistas sale perdiendo.

El ejército mexicano merece su respeto, como el de todos los mexicanos, pero ahora parece no haberlo, son muchas las responsabilidades que se les ha encomendado que no corresponden a su formación.

En cuanto a la supuesta actual estrategia de seguridad, le está saliendo al pueblo bastante cara, con la decisión de dejar hacer, dejar pasar, el presidente que dijo ser diferente, deja en claro que si es esta la diferencia que presumía, entonces ha fallado, ya que tiene sumida a la nación entera en una de sus peores crisis.

La doctrina del presidente está perdiendo la batalla, no hay paz, no hay amor, no hay comprensión, existe en este momento todo lo contrario, hay resentimiento, dolor, odio, daños irreparables, soledad, pero él no quiere ver, las mujeres son un ejemplo claro de ello, no las ve, no las quiere escuchar, y eso le saldrá muy caro.


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio