Preocupa a las familias la inseguridad y la pandemia

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Preocupa a las familias la inseguridad y la pandemia

Miércoles, 30 Junio 2021 00:18 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Los ciudadanos mexicanos tienen que enfrentar todos los días a la muerte; ya sea por la delincuencia, o por la pandemia principalmente, entre otras causas desde luego, pero son estas dos las que más impactan por el momento a la mayoría.

 

 

La delincuencia ha sentado sus bases con preocupante libertad. Los gobiernos municipales y estatales con sus limitados recursos para hacerles frente, cada día se ven más rebasados por la fuerza de fuego que presumen los grupos delincuenciales. Además, que aparentemente en cada momento surge uno nuevo.

El gobierno federal ha tenido que enfrentar el aumento de la inseguridad desde hace ya muchos años, y a quienes la han provocado por supuesto. Lo ha hecho de diversas formas, dependiendo de la estrategia de cada administración; como por ejemplo la de Felipe Calderón determinó hacerle frente de forma directa, a la que se le ha denominado la “guerra de Calderón”. Al llegar de nuevo el PRI al gobierno por medio de Enrique Peña Nieto las condiciones aún no eran las mejores, así que no quedó más remedio que mantener la misma.

Entonces llegó el gobierno de Andrés López Obrador, pero demostró que no tenia preparada una que pudiera presentarse como bien estructurada, o al menos, que pudiera alentar la esperanza de reducir la inseguridad. Ésta se redujo al simplismo que encierra la frase de “abrazos y no balazos”, que al día de hoy ha demostrado lo inútil que ha sido.

No se puede señalar como único culpable a alguno de los gobiernos que han pasado por la federación por el aumento de los escandalosos niveles de inseguridad que se reportan en la actualidad; pero tampoco se les puede reconocer una atinada táctica para reducirla.

Hoy México descubre el peor de los escenarios posibles de inseguridad, en el peor de los momentos. Lo preocupante es que no hay forma en la que se pueda encontrar algún punto de quiebre, lo peor de todo es que quien se encuentra encabezando la nueva administración es renuente a rectificar; la terquedad es su sello.

Los ciudadanos, cansados del descaro de gobiernos corruptos, y de otros, faltos de conocimiento respecto de la forma de darle solución a los muchos problemas que históricamente ha venido arrastrando el país, optó por una aparente nueva forma de gobernar; aunque a decir verdad, no podía ser tan diferente a las ya conocidas puesto que la mayoría de los “nuevos” políticos venían de formas y vicios ya conocidos. No podría haber sorpresa tal como lo deseaba el pueblo.

Por lo tanto, mientras que el gobierno del vecino del norte lanza alertas para que sus ciudadanos no viajen a México por el riesgo que corren al hacerlo, de la misma forma sus áreas de inteligencia han reportado que una gran parte del territorio mexicano es controlado por grupos delictivos, sin embargo, es el propio presidente quien presume que el país se encuentra en calma.

 

 

Pero ¿Cuál será esa calma que presume el mandatario? Hoy, más que nunca, se han multiplicado los homicidios, las desapariciones forzadas, los enfrentamientos, derivado de la presencia del crimen organizado, principalmente la zona que corresponde al tránsito natural de los cárteles de las drogas.

Desafortunadamente el apoyo federal parece ser selectivo. Aunque el mal tiene que ser combatido en donde se presenta, el ejército mexicano no siempre hace acto de presencia en todas partes; por lo que son los gobiernos municipales y estatales que se ven forzados a combatir el mal con recursos propios y limitados.

En lo que va del gobierno lopezobradorista se reportan casi 90 mil muertos con motivo de este flagelo, lo que deja constancia que se ha multiplicado alarmantemente respecto de anteriores gobiernos, pero nadie, ninguno de ellos parece tener la capacidad de devolver al pueblo la paz y la seguridad que les obligan sus funciones, al contrario, dejan de manifiesto su incapacidad.

Por otro lado, la pandemia vino a terminar por generar una especie de escenario dantesco. El baile de la muerte que se conjuga con la violencia que vino a rematar el sufrimiento de los ciudadanos. La pésima estrategia o más bien la inexistente, vino a colocar a un desafortunado político “bocón y fantoche” como responsable de su atención. Es conocido como “el doctor muerte”. A la fecha se cuentan más de 232 mil muertos en las cifras oficiales; sin embargo, existen estudios que acusan que van más de 600 mil.

El caso es que ya sea por una o por otra causa, pero las familias ven salir preocupados a sus integrantes, a los que les dan la bendición por no saber si regresarán, o si han sido contagiados por el mortal virus que amenaza con más fuerza por las nuevas variantes reportadas, y la muy escasa campaña de vacunación que hay en México.

Todos tenemos conocidos, familiares, amigos entrañables que han sido víctimas de estas dos condiciones. La pandemia cobró la vida de uno de los más reconocidos periodistas del Valle de Toluca, Jesús Ruiz, quien sucumbió ante el covid.

Enrique García, otro de los periodistas destacados de la zona, fue víctima de la delincuencia bajo condiciones sospechosas, pues en el lugar en el que fue victimado quedaron su vehículo, su celular y pertenencias, cuando fue el robo el supuesto motivo del hecho. Es la fecha que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México no ha reportado avances en la investigación.

De haber tenido una mejor estrategia en contra de la pandemia, tal vez Jesús Ruiz y muchos mexicanos más estarían con vida. De la misma forma, de contar con seguridad, Enrique García aún estaría con vida y su familia completa.

¿Para cuándo los resultados prometidos? ¿Para cuándo se le permitirá a la iniciativa privada participar en la vacunación?

#JusticiaParaKikeGarcía


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio