El riesgo del regreso a clases presenciales

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El riesgo del regreso a clases presenciales

Domingo, 25 Julio 2021 02:13 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Difícil decisión le espera al gobierno del Estado de México respecto del regreso a clases presenciales, después de que el presidente Andrés López Obrador, señaló que es necesario regresar a las aulas, pues no se puede seguir siempre con educación a distancia. Aunque, aclaró que el retorno tanto en escuelas públicas como privadas depende de los padres y profesores.

 

 

Son, en efecto, los alumnos de todos los niveles de educación, la población que más ha sido afectada a causa del encierro obligado con motivo de la pandemia provocada por el COVID-19, aunque en realidad es difícil señalar a algún sector como el más afectado, pues todos lo han sido.

Sin embargo, lo que a fallado es la estrategia, y es precisamente el gobierno federal el que lo ha hecho mal. La contención de la propagación de la enfermedad fue desastrosa; los abrazos, las salidas a fondistas, las estampitas, la indiferencia del uso del cubre bocas, la falta de pruebas, han provocado que el coronavirus aún tenga sometida a la sociedad mexicana.

Nos encontramos actualmente en lo que se ha denominado la tercer ola de contagios, es imposible voltear a ver a otro lado, o hacer como que no pasa nada o pasa muy poco, las cosas se le han salido de nueva cuenta de control a la administración lopezobradorista.

Y todo tiene un origen, no se le ha dado la atención correcta, porque no se le ha respetado. La falta de seriedad y la indiferencia a las indicaciones del propio Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el inicio, cuando alertó a la comunidad internacional de la gravedad de la presencia de la peste, fueron pocos los que lo tomaron en serio.

Italia, Inglaterra, España, Estados Unidos, México, Brasil, entre otros, pagaron caro no prevenirse correctamente y tomar medidas para contener la oleada de contagios y consecuentes muertes del coronavirus, tuvieron que aprender por la mala. Aunque varias naciones cerraron fronteras y pidieron guardarse a sus ciudadanos, no se pudo evitar la proliferación de nuevas cepas del virus que mutaba a otras formas, más agresivas y más contagiosas. La que actualmente preocupa más es la que tuvo origen en la India, la variante Delta.

En México no se han tomado las determinaciones correctas, ni antes, ni durante la propagación del virus, ocasionando con ello que esté situado entre los países que peor atención le ha dado; pero tampoco ha aceptado que no lo ha hecho, y la consecuencia brutal es que a estas alturas pega más fuerte la tercer ola.

Y por si fuera poco, las vacunas, que es lo que podría haber ayudado, fueron utilizadas con fines electorales. No se tiene que ser adivino para señalarlo, cuando se acercaron las elecciones del 6 de junio al mismo tiempo aumentaron las inoculaciones, ¿casualidad? Puede usted aceptarlo, creerlo o no, pero después de la celebración de la jornada, ésta disminuyó.

 

 

Lo peor es que se ha señalado que el gobierno tiene guardadas cerca de 20 millones de vacunas COVID, que no han sido utilizadas, aunque el célebre doctor López-Gatell Subsecretario de Salud, haya salido a decir que esto se debe a que en zonas rurales hay difícil acceso al internet, por lo que el “registro nominal” de las dosis aplicadas no se realiza en tiempo real, ¿en serio? Es increíble que aún esté al frente de la atención del coronavirus.

Mientras tanto, la titular de la Secretaría de Educación Pública, Delfina Gómez, dijo que la escuela es una “lucecita” de seguridad emocional para los menores de edad, por lo que es necesario el regreso a clases presenciales ante la violencia familiar en algunos hogares.

Bajo estas circunstancias, Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México y el secretario de Educación, Gerardo Monroy Serrano, tienen en sus manos una difícil iniciativa.

Aunque aún falta tiempo, ya que se tiene previsto que el inicio de clases será en septiembre, las cosas no se pueden ven mejor. Los reportes son desalentadores, el regreso al semáforo amarillo lo dice con claridad, se encuentran preocupados y no es para menos, no es tan solo el riesgo que corren los jóvenes, sino el desastre que representaría colocar el semáforo naranja, o peor, en rojo. La economía no lo resistiría.

Pero vayamos por partes, la secretaria Delfina Gómez tiene que imponer el regreso a clases presenciales, porque esa es la indicación que le ha dado el presidente, y la funcionaria no ha demostrado tener algo así como autoridad propia; en la dependencia a su cargo, así como en todo el gobierno federal, las resoluciones se imponen desde Palacio Nacional, así que no le quedará más remedio que buscar la forma de cumplir con la orden de su jefe.

Por otro lado, Alfredo del Mazo no ha sido un gobernador que pudiera señalarse como independiente, tal vez por su formación política; el respeto y las formas son lo primordial; pero ahora tiene enfrente un desafío inmenso, y puede depender de la determinación que tome su futuro y el de su partido en la entidad mexiquense.

Y el secretario Gerardo Monroy, destacado profesional y siempre atento a cumplir con los encargos que se le han encomendado, tendrá que valorar las condiciones que se presentarán para los alumnos, maestros y padres de familia, su responsabilidad al frente de la dependencia le obligará a estudiar los pros y los contras, pero sobre todo, habrá de ofrecer a su jefe soluciones.

El gobierno estatal se encuentra en medio de una complicada disyuntiva, los gobernados evaluarán cualquiera que se tome, para bien, o para mal, pero independiente del futuro político que pueda representar lo que se decida hacer en el Estado de México, se encuentra la salud de la población como asunto primordial.


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio