Remedios Albertina Ezeta: La primera abogada

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Remedios Albertina Ezeta: La primera abogada

Domingo, 21 Noviembre 2021 02:16 Escrito por 

Doña Remedios, nace un 7 de agosto de 1907 en Toluca, Estado de México, hija del escribano Gabriel Ezeta Orihuela y Remedios Uribe Pichardo; vivió sus primeros años entre Toluca y Chalco, donde aprendió sus primeras letras bajo la enseñanza de la conocida profesora Hermila Peñaloza. Tiempo después, motivada por su padre ingresa al Instituto Científico y Literario del Estado de México, siendo la primera mujer que recibió clases letrados como Heriberto Enríquez y Anselmo Camacho.

 

Remedios Albertina Ezeta Uribe

 

Mellos o Mellitos como su familia le decía de cariño, fue la mayor de ocho hermanos, siete mujeres y un varón.

Remedios proviene de una familia de profundas raíces liberales y universitarias, teniendo como ejemplo a su bisabuelo, el escribano Manuel Orihuela, quien recibiera el 17 de febrero de 1838 el fiat de Escribano de la ciudad de México, suscrito por el entonces presidente de la República, el general Anastasio Bustamante.

Don Manuel Orihuela se desempeño como escribano en la ciudad de México desde 1838 hasta su fallecimiento el 27 de mayo de 1876. También fungió como juez y maestro en derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Como dato anecdótico sobre Orihuela, el novelista Manuel Payno hizo referencia a el en su obra “Los bandidos de Rio Frio”, incluyéndolo en el capitulo 46 dentro de una lista de personajes de México antiguo que había que asaltar.

Don Manuel Orihuela tuvo varias hijas, su hija mayor Lugarda, se casó con el doctor Luis Gonzaga y Ezeta, con quien concibe a Gabriel, quien será el que continúe con la tradición profesional de escribano. Don Luis atento a las facultades y madurez de su hijo Gabriel Ezeta Orihuela, solicito en 1899 permiso al H. Congreso del Estado de México para que autorizara a su hijo desempeñar el cargo de escribano publico en el Estado, a pesar de no haber cumplido 21 años, edad requerida por la ley respectiva para ocupar el cargo, es entonces que el Congreso por decreto numero 29 de fecha 16 de octubre de 1899, lo autoriza en los siguientes términos: “Se habilita al joven Gabriel Ezeta Orihuela, vecino de esta ciudad de Toluca, a la edad que le falta para que, conforme a la fracción I del articulo octavo de la Ley Orgánica de Escribanos Públicos del Estado de México, pueda ser examinado de Escribano.

 

Remedios Albertina Ezeta Uribe acta nacimiento

 

Gabriel Ezeta es nombrado escribano publico el 1 de enero de 1901 por el entonces gobernador del Estado el General José Vicente Villada. Una vez logrado el cargo, decide iniciar sus estudios en Derecho, obteniendo el titulo de licenciado el 3 de diciembre de 1903, mudándose con su familia a Chalco, donde ejerce como escribano, además de jefe político.

A principios del siglo pasado, la población del Valle de Chalco tenía un gran auge económico, pues estaba asentada en la cuenca lechera y ganadera que abastecía a la capital de la Republica. Para 1906, Gabriel regresa a Toluca y se estableció como escribano público. El 14 de septiembre de 1907 es nombrado juez segundo civil y penal del Distrito de Toluca, cargo que declinara después solamente para ejercer como escribano publico hasta su muerte en 1940.

Para el año de 1937 (16 de junio) se promulga la Ley del Notariado del Estado de México, con lo cual se crean las notarías de asignación numérica y desaparece el termino de escribano público, surgiendo el cargo de notario público, el cual será desempeñado forzosamente por un licenciado en derecho.

Gabriel Ezeta es nombrado notario publico numero 2 del Distrito de Toluca. En ese mismo año ingresa a la Logia Masónica de Toluca, donde obtiene el grado 33 de Gran maestro.

El siempre liberal notario Ezeta educa a sus hijos con pensamiento progresista y moldea el carácter de Remedios Albertina Ezeta, quien, con el apoyo de su padre, ingreso al Instituto Científico y Literario siendo la primera mujer en asistir a sus aulas y obtener el título de bachiller.

 

Remedios Ezeta Uribe certificado

 

Convencido el notario por su hija de estudiar en la capital, hubo que dialogar y vencer la resistencia materna, quien por su católica y decimonónica educación no podía aceptar que una niña decente y de buena familia dejase el hogar, ya que, en esa época, a las jóvenes se les preparaba para el matrimonio y ser mujeres de bien.

Así, Remedios madre enseño a su hija los secretos de la cocina y la habilidad de tejer croché, artes que practico toda la vida en forma notable.

Superada la resistencia materna, Mellitos y su padre llegaron un día a la estación Colonia y se trasladaron al Colegio de San Ildefonso, donde se encontraba la escuela de Jurisprudencia, dependiente de la Universidad Autónoma de México. Allá por los años 20´s, al inscribirse le señalaron que era una de las primeras mujeres en cursar dicha carrera y la única de su generación.

Salvando otro obstáculo para que pudiera vivir en la capital; ¿el dónde vivir? Una señorita decente y de provincia no podía vivir en una casa de huéspedes, ya que era la época de la llamada persecución religiosa; el presidente de ese momento Plutarco Elías Calles había ordenado el cierre de templos, seminarios y conventos.

Los Ezeta por relaciones familiares tienen noticias que en el pueblo de Azcapotzalco había un convento de la orden de las Guadalupanas que había cerrado sus puertas y acabado el claustro, convirtiéndolo en escuela y residencia para señoritas, Gabriel, a pesar de sus ideas liberales, no tuvo objeción en que Remedios y su hermana Lugarda (también cursa abogacía) se quedaran viviendo en la residencia.

En el convento, las hermanas hicieron amistad con las monjas y novicias, así como con otras jóvenes huéspedes que también llegaron desde provincia, entre ellas las hermanas Eva y Amelia Sámano Bishop, quienes asistían a la Escuela Normal para estudiar la carrera magisterial.

Mellitos comentaba que, previo permiso de la superiora, la hermanas Ezeta y doña Eva Sámano, salían con sus novios; ella con Serafín Trevedan; Lugarda con Ángel Bonifaz, con quien se desposaría posteriormente, y doña Eva con un joven brillante llamado Adolfo López Mateos.

Remedios fue desafiante para asistir a la Escuela de Jurisprudencia; que fueran pocas mujeres representaba molestias, como la falta de sanitarios para mujeres, carencia que suplía con utilizar los que había en los cafés de chinos que abundaban en las cercanías o los de la Secretaría de Educación.

También era pesado el afrontar la hostilidad de la misoginia de algunos maestros como Antonio Caso, que, debido a la intolerancia hacia el sexo femenino, le increpaba en clase su presencia, comentándole “señorita Ezeta, las mujeres no tienen por qué ser abogadas, usted váyase y aprenda a planchar camisas y coserle los calzones a su marido”. Antonio Caso fue el único profesor en su carrera que casi la reprueba.

Por otro lado, las clases de Vicente Lombardo Toledano, Esteva Ruiz, Tito Fouche, Miguel Navar Navar, inquieto líder estudiantil, y otras grandes figuras del foro capitalino que formaron sus conocimientos en la ciencia del Derecho estuvieron siempre en su memoria.

Llena de anécdotas de sus años universitarios, Remedios refirió, entre otras, la vez que su maestro Emilio Portes Gil, entonces presidente de la República, salió de Palacio Nacional, caminando en compañía de su secretario, llagando a San Ildefonso para impartir su catedra y un grupo de estudiantes le vertieron un cubetazo de agua desde la planta superior de la escuela, ante la sorpresa e hilaridad de todos.

Mellos, tuvo como compañeros de generación a figuras que brillaron en la política nacional, así, como destacados litigantes. Recordaba a Tito Ortega, originario de Lerma, poeta y destacado miembro del Poder Judicial, Antonio Ortiz mena, ex secretario de Hacienda, Ángel Carbajal, el historiador Silvio Zavala, Juan José Bremer Barrera y Guillermo Moreno Sánchez.

Remedios, en 1932, concluyo sus estudios y obtuvo el grado de licenciada en Derecho en mayo de dicho año, convirtiéndose en la primera abogada del Estado de México.

 

Remedios Ezeta Uribe tesis

 

Al regresar a Toluca, con su titulo bajo el brazo, se inicio como abogada litigante en el foro del Estado de México, donde adquirió practica y experiencia. Su elevado sentido social le llevo a ocupar en 1938 el cargo de directora de Asistencia Social y de secretaria de Rita Gómez de Labra (hija de don Filiberto Gómez y, muy amiga de mi padre Juan de Dios Ozuna Pérez) esposa de don Wenceslao Labra.

Este trabajo le hizo ver las carencias de los desprotegidos, por lo que creó programas de asistencia a las clases marginadas en materia de salud y educación. En 1940, Remedios ocupo su primer cargo de elección popular como juez menor municipal en su natal Toluca.

Al fallecer su padre el notario Gabriel Ezeta Orihuela en marzo de 1940, buscó ocupar el cargo de notario; y Mellitos contaba:

Al morir mi padre, mi larga colaboración con él, mi profesión de abogada, la fama de honestidad que tenia nuestra familia, me señalaron como candidata a sucederle en la obtención de la fe publica indispensable para el ejercicio del notariado latino; necesario para desempeñarme como notaria. Pero el prejuicio misógino y la perspectiva que algunos varones avistaban de usufructuar el cargo hizo que varios se me opusieran, no por falta de capacidad, sino porque: “es una lástima, pero es mujer”.

Se busco el apoyo del gobernador en turno, quien consulto a sus asesores jurídicos para que se interpretase el ingreso al cargo de notario en términos de la ley objetiva vigente, ya que dicha norma señalaba como requisito para ser notario del Estado de México, que el aspirante debía ser ciudadano y, en consecuencia, una mujer no era ciudadano por no tener capacidad para votar y ser elegido para cargos de elección popular.

Esa fue la razón esgrimida para que Remedios no ocupase el cargo de notario. El nombramiento recayó en su hermano Gabriel, quien fungió como tal hasta 1947, truncado por un accidente a los 33 años.

Remedios insistió para ser notaria y nuevamente los juristas del entonces gobernador Alfredo del Mazo Vélez le negaron el ingreso. La Notaria número 2 seria ocupada por el conocido licenciado Benito Sánchez Henkel.

Sin olvidar su deseo de ocupar el cargo de notario, insistió con sus aspiraciones ante el entonces gobernador, ingeniero Salvador Sánchez Colín, quien consulto nuevamente con su departamento jurídico la interpretación de la Ley del Notariado sobre el requisito de la ciudadanía; a lo que se emitió la opinión que el concepto de la ciudadanía contemplado por la norma se refería al origen y nacionalidad del aspirante y no tenía ningún matiz político-electoral. En consecuencia, en 1952 es nombrada por el Ejecutivo del Estado, notaria publica numero 2 del Distrito de Toluca, convirtiéndose en la primera mujer en la República Mexicana en desempeñar dicho cargo y abriendo paso al genero femenino para ser notarias.

Remedios Albertina, recuerda que la clientela misógina con la que trataba la Notaria dejo de solicitar sus servicios, como fue el caso de la banca de la ciudad, pues existía el criterio que una mujer no era capaz de desempeñarse como notario; sin embargo, durante largo tiempo tuvo que luchar para demostrar con su honradez, conocimiento jurídico, eficacia y formalidad, apoyada por su don de gentes que siempre le caracterizo para tener el reconocimiento de la sociedad y el mundo de los negocios.

La inquietud de Mellitos, por participar en las actividades políticas aumento al momento en que el presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines, propuso al Congreso de la Unión la reforma constitucional. Dentro de esta se reconocen los derechos políticos de las mujeres mexicanas para votar y, a su vez, ser elegidas para cargos de elección popular. Una vez aprobada la reforma, Remedios presento su candidatura para el cargo de diputada federal por el VI Distrito Electoral del Estado de México.

En representación de la capital de la entidad, participando en las elecciones federales de julio de 1955, el triunfo electoral la convirtió en una de las cuatro primeras mujeres mexicanas en ocupar el cargo de diputada federal en la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión. Las otras tres mujeres fueron: Margarita García Flores, representante de Nuevo León; Marcelina Galindo Arce, de Chiapas, y Guadalupe Urzúa por Jalisco.

Compañeros de la XLIII Legislatura Federal de Remedios, el general Rubén Ozuna Pérez (hermano de mi padre), el licenciado Mario Colín Sánchez entre otros.

Cumplido su cargo en la Cámara de Diputados, se reintegro a la notaría en 1958, ejerciéndolo hasta julio de 1971, cuando le sustituye su hijo Gabriel Escobar y Ezeta.

Remedios Albertina Ezeta Uribe, fue pionera de esta función publica en la Republica Mexicana, en el Estado de México y en nuestra ciudad de Toluca, fue una mujer anticipada a su tiempo, superando con largueza el reconocimiento de la sociedad, del mundo jurídico, de los negocios, de la política nacional y local. Siempre demostrando que el genero no es la cualidad para el éxito.

Los Ezeta, en voz de su descendiente directo, son una familia de la calle de Villada del centro de Toluca.


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Gerardo R. Ozuna

Toluca: Rescatando identidad