Porfirio Díaz. Presidente, dictador ¿actor? A propósito del Día Nacional del Cine mexicano y la primera proyección de cine en la Historia de México
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Porfirio Díaz. Presidente, dictador ¿actor? A propósito del Día Nacional del Cine mexicano y la primera proyección de cine en la Historia de México

Viernes, 15 Agosto 2025 00:10 Escrito por 
Ecos del pasado Ecos del pasado Juan Manuel Pedraza Velásquez

pelicula

Fotograma de la película El presidente de la república paseando a caballo en el bosque de Chapultepec

Un 15 de agosto nuestro país conmemora el Día Nacional del Cine Mexicano, evento que sirve para rememorar la primera proyección pública del cinematógrafo en México, acaecida un 15 de agosto de 1896, siendo nuestro país el primero del continente americano en presenciar el maravilloso invento de los hermanos Lumière. Una creación que definitivamente llegó para quedarse en la república mexicana y que ha sido testigo importante no sólo en el medio del espectáculo, sino también de la historia misma, al plasmar varios acontecimientos que quedaron marcados en la memoria histórica de México.

Sin embargo, cabe señalar que representantes de los hermanos Lumière en México también grabaron filmes en dicho país, en su mayoría escenas de la vida cotidiana que posteriormente se plasmarían en otras naciones. Y fue precisamente la primera película filmada en México la que tuvo como protagonista a un actor inesperado: el presidente de México, Porfirio Díaz. Sin embargo, para descubrir esta fascinante historia es necesario conocer un poco el contexto de estos acontecimientos.

En primera instancia, cabe resaltar que el Porfiriato (proceso histórico marcado por los más de 30 años de mandato de Porfirio Díaz) fue una época de constantes cambios, pero también de intensas contradicciones sociales. En un lapso de poco más de 30 años llegaron al país descubrimientos e inventos que poco a poco serían vistos como sinónimo de modernidad, como la electricidad, el teléfono, el ferrocarril, entre otros. Aunado a eso, entre las élites mexicanas hubo una cierta tendencia a emular las modas y costumbres francesas.

En el contexto anterior, en agosto de 1896 llegaron a México, procedentes de Francia, Gabriel Veyre y Fernand Von Bernard, representantes de los hermanos Lumière para exhibir el cinematógrafo en México. El lugar indicado para ello fue el Castillo de Chapultepec, en ese entonces residencia veraniega de Porfirio Díaz y su familia. Y fue así como, en la antigua sala de boliche del Castillo de Chapultepec, el 6 de agosto de 1896 el presidente Díaz y un selecto grupo de la política y de la alta sociedad presenció por primera vez el espectáculo del cine; en su mayoría, los metrajes eran proyecciones que ya se habían estrenado en Francia.

Es necesario señalar que el mandatario Porfirio Díaz presentaba una extraña fascinación por los inventos, descubrimientos y artefactos provenientes de Europa y de los Estados Unidos. Incluso Díaz llegó a mandarle, en un disco de fonógrafo, una felicitación personal a Thomas Edison por sus inventos y contribuciones al “progreso de la humanidad”. Empero, el cinematógrafo no fue un invento más: fue todo un aparato que, en su primera proyección, logró maravillar los ojos de la aristocracia mexicana.

La élite política mexicana quedó fascinada con el invento que presentaba imágenes en movimiento, y de esta forma Veyre y Bernard tuvieron la autorización de Porfirio Díaz para realizar más demostraciones del invento, esta vez abiertas al público, para publicitar y expandir la creación de los Lumière a más personas y países. Asimismo, Veyre y Bernard obtuvieron autorización para grabar más de 30 películas en territorio mexicano, en las ciudades de México, Guadalajara y Veracruz. Con esto, ambas partes se beneficiaban: el cinematógrafo permanecía en México y los Lumière tenían más material para proyectar en Europa; el contexto político y social de México le daba cierto aire “exótico” a las escenas grabadas en nuestro país.

La primera de estas películas realizadas y filmadas en nuestro territorio tuvo como protagonista al presidente Porfirio Díaz y como escenario al emblemático Bosque de Chapultepec, el parque urbano más importante y concurrido de la Ciudad de México. En este cortometraje de escasos 30 segundos de duración se ve al presidente Porfirio Díaz con una pequeña comitiva galopando unos cuantos metros con su caballo y regresando en el Bosque de Chapultepec. De esta manera, el presidente de México se convirtió así no sólo en el primer “actor” de cine en el país azteca, sino también en el primer actor de toda América Latina, en una producción titulada El presidente de la República paseando a caballo por el bosque de Chapultepec. La filmación en su totalidad la podemos ver en este enlace: El presidente Díaz en el Bosque de Chapultepec.

A la postre, Veyre y Bernard grabaron más escenas cotidianas de México; muchas de ellas tenían tintes políticos y hasta propagandísticos, pero las favoritas de los franceses eran escenas costumbristas y cotidianas. Sin embargo, el polémico mandatario no fue captado esa única vez por las cámaras del séptimo arte: Díaz también apareció en otras cintas donde había actos cívicos y militares, siendo su proyección más mediática un cortometraje donde se mostró la ceremonia de traslado de la Campana de Dolores (aquella con la que Miguel Hidalgo inició la lucha por la Independencia).

Tiempo después, el cine en México tuvo una gran aceptación y muy pronto aparecieron productores y exhibidores mexicanos quienes continuaron esta tradición que iniciaron Veyre y Bernard. Sin embargo, en 1910 estalló la Revolución Mexicana, conflicto armado que dio fin a los más de 30 años de gobierno de Porfirio Díaz. Porfirio Díaz partió al exilio en París; sin embargo, las cámaras de cine se prepararían para filmar y dar testimonio de la primera revolución social del siglo XX.

Por Juan Manuel Pedraza
Historiador por la UNAM
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