Un día de paseo en metro por la CdMx

DigitalMex - Periodismo Confiable

Publicado en Opinión

Un día de paseo en metro por la CdMx

Domingo, 17 Julio 2022 00:30 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

La movilidad en la Ciudad de México se ha visto seriamente afectada debido a la reparación que se le está haciendo al Metro. No es tanto por obras de mantenimiento, sino para darle solución a los muchos problemas que ha presentado en los últimos años.

Para los citadinos, y en particular, para quienes no cuentan con otra forma de trasladarse a sus destinos; ya sea al trabajo, escuela, de compras o esparcimiento, el Sistema de Transporte Colectivo (SCT) Metro, ofrecía una cómoda y rápida solución al problema de la movilidad, además de tener un costo bastante accesible, lo que ha logrado apoyar por muchos años a la gente con menos recursos.

No obstante, es importante señalar que más que el mantenimiento, su modernización es fundamental para poder ofrecer un servicio de calidad, y volver a tener en el mejor estado posible las vías, sistemas eléctricos, electrónicos, maquinaria y equipo. Los diferentes gobiernos que han estado al frente de la Ciudad de México, han sondeado la posibilidad de aumentar el precio de la tarifa para contar con más recursos propios, pero eso ha desatado serios conflictos con los usuarios.

Aunque de ninguna manera puede ser ese un pretexto como para no llevar a cabo su modernización, y, por lo menos, el mantenimiento respectivo; pero la indiferencia de las autoridades capitalinas ha mermado su utilidad, ya que, desde su construcción, que data desde 1967, materialmente ha quedado en el olvido. Son 53 años los que han pasado.

Lo que arroja una lamentable realidad, pues normalmente la vida útil de los sistemas de este medio de transporte, es de aproximadamente 40 años, por lo que éste, ha quedado obsoleto al alcanzar el máximo de años de servicio, y los sistemas de vía, señalización, eléctrico y electrónico ya pedían a gritos su renovación.

Son muchas las personas las que de él dependen, tan solo uno de los trenes, tiene un cupo aproximado de 1500 pasajeros; mientras tanto, el gobierno de la Ciudad de México ha dado prioridad a otras cosas; no se niega que cada una represente diferente importancia, pero la que tiene el metro es vital, se dejó pasar la oportunidad de prevenir y modernizarlo.

Sea quien sea el responsable, el sistema dejó de recibir la atención que merecía. No es cualquier cosa, pues según las estadísticas, se mueven alrededor de 4.6 millones de usuarios al día, por lo que cualquiera podría suponer que debido a eso, lo más lógico era que se mantuviera como reloj suizo, con la eficiencia que los cuidados requieren.

Es imprescindible que se tenga la programación justa para que, con la intención de mantener su actividad eficaz, acomodar los tiempos para sustituir trenes, máquinas, vías, revisar cableado, estaciones, todo. Pues de un servicio adecuado, depende el buen funcionamiento.

Sin embargo, se dejó de hacer lo que se debía. Llegan nuevos gobiernos y otros se van, y las cosas siguen igual. No se trata de ideologías, se trata de eficiencia, y en algún momento a “alguien” se le hizo buena idea considerar que era un desperdicio destinar tantos recursos para su mantenimiento.

Hoy, le ha tocado al gobierno de Claudia Sheinbaum, que, independientemente que sueñe con ser presidente de México, su paso por la capital del país ha dejado mucho que desear, pero ahora, que se encuentra más ocupada por mostrarse a todo lo largo y ancho del país para conseguir ese sueño, ya no sabe a quién más culpar.

Por cierto, uno de sus principales problemas, es precisamente el de la movilidad, y el metro es su talón de Aquiles. Aunque para la jefa de gobierno fue buena la idea decir que iba a contribuir para darle mantenimiento al metro y se puso a limpiar uno de los anuncios. Eso sí, para salir “bien chula” en la foto. Alguien debería explicarle a la señora que eso no es darle mantenimiento, es, en todo caso, una pose para la foto.

Se ha hablado mucho de que su amiga Florencia Serranía, triste célebre funcionaria del metro y que hace no mucho presumía que tenía doble trabajo, ser directora del metro y directora de mantenimiento, a pesar de ello, nada solucionó, aún peor, salió a decir que ella sólo era la directora. A ciencia cierta, no se sabe si le ganó la inocencia o lo dijo en serio, pero en todo caso, es el sello de la casa, todo ha sido así en el gobierno de la 4ª.

Por otro lado, los mensajes que constantemente enviaba el propio sistema fueron ignorados, corto circuitos, incendios, entre otros, arrojaron como consecuencia lamentables incidentes, sin dejar de lado, desde luego, la tragedia que se provocó en la línea 12.

Ahora, los usuarios que reciben la “ayuda” del gobierno de la ciudad, y que ha dispuesto del servicio de diferentes medios, que a decir verdad, nunca serán suficientes, para trasladarse, el tiempo perdido ha perjudicado a los que menos tienen, y así será por lo menos durante ocho meses.

Lo “chusco” es que las autoridades esperarán que se les reconozca que volverá algún día a su actividad y esperarán muchos agradecimientos, como si lo merecieran.

Mientras tanto, por el lado de los usuarios, las cosas no se encuentran mejor, pues anteponen su buena voluntad; y conformes aceptarán con un entusiasmo (increíble de conocer su origen), diciendo que bien valdrá la pena la espera, sacrificando lo que haya que sacrificar.

Hay que recordar que lo mismo sucedió cuando la supuesta “guerra contra el huachicol” dejó sin el abastecimiento de gasolina a gran parte de la República, en aquella ocasión, el gobierno se aprovechó de la buena voluntad del pueblo quien apoyó al gobierno con “su guerra”, seguros que valdría la pena el sacrificio. Nada más alejado de la realidad. Hoy, el huaciocol sigue cosechando dividendos para la delincuencia.

Tal vez algún día México vuelva a contar con un sistema de transporte que sea el orgullo de los mexicanos y aprovechar para dar un paseo por la bella capital del país.


Visto 1751 veces
Valora este artículo
(1 Voto)
Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio