Toluca campeón y no faltó política en las gradas

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Toluca campeón y no faltó política en las gradas

Lunes, 26 Mayo 2025 00:15 Escrito por 
Sin Titubeos Sin Titubeos Diana Mancilla Álvarez

Ver a la gobernadora Delfina Gómez en el estadio Nemesio Diez en el campeonato del Toluca fue una sorpresa inesperada y simbólicamente poderosa: por primera vez, una mujer gobernadora, no priista, no parte del viejo régimen mexiquense, llegó al corazón del infierno rojo, lo que son las cosas, rojo, para acompañar al equipo que tenía 15 años sin volver a levantar una copa. La maestra llegó y lo hizo sin protagonismos, con la sencillez que la caracteriza, pero con la trascendencia y el mensaje que implica su presencia: los tiempos cambian, y el futbol, ese estadio en especial, también tiene memoria.

El Club Deportivo Toluca terminó con esa sequía dolorosa. La última vez que los Diablos Rojos campeonaron fue en el Clausura 2010. Desde entonces, pasaron técnicos, hubo proyectos inconclusos, plantillas fallidas y finales perdidas. Ese fue el camino del equipo rojo por 15 años. Pero este domingo, en una noche espectacular, el infierno volvió a encenderse, las llamas se avivaron con fuerza: llegó la tan undécima estrella, con una afición vibrante, entregada todo el tiempo.

La historia de los Diablos Rojos es la historia de un club que construyó grandeza en silencio. El equipo fue campeón por primera vez en 1967-68, repitieron en 1974-75. Pero realmente fue a partir de la década de los noventa cuando se volvieron grandes protagonistas del futbol mexicano.
La época dorada llegó con Enrique Meza y los títulos del Verano 1998, Verano 1999 y Verano 2000. Luego vinieron los campeonatos del Apertura 2002, Apertura 2005, Apertura 2008 y Bicentenario 2010. Once títulos en total, que colocan al equipo escarlata como el tercer equipo más ganador de México, solo detrás del América y las Chivas.

Pero este campeonato es diferente. No solo porque tardó tiempo en llegar, sino por el contexto político en el que se presenta. En el palco no había un gobernador priista, como era tradición. Estaba Delfina Gómez, de Morena, no estaba con el dueño, Valentín Diez. Ella es una figura que representa un viraje profundo en el Estado de México. A su lado, el presidente municipal de Toluca, Ricardo Moreno Bastida, también de Morena. El futbol, aunque muchos consideren que no, también es política. Y en el Estado de México, que durante casi un siglo fue bastión priista, cada momento cuenta, cada foto, cada movimiento, cada presencia, es un mensaje.

La asistencia de otros mandatarios apoyando al Toluca mostró algo más: estar y echar porras al equipo, sufrir cada jugada, gozar cada gol, convertirte en árbitro y en director técnico, en pleno estadio, es también abrazar una auténtica identidad mexiquense.

Pero hay algo que no cambia: los colores, la pasión, la entrega. El Nemesio Diez volvió a ser una caldera de pasión popular. El equipo jugó como un grande que solo estaba dormido, aunque muchos lo daban por muerto. Y su afición, ahí, leal como siempre. No solo se trató de levantar una copa más, no es un campeonato más. Quince años de frustraciones y desilusiones fueron reivindicados con dos goles, con gritos de emoción y lágrimas de alegría.

Y si debemos comparar, en el fútbol vino la transformación en el equipo mexiquense; en la política, cayó el viejo régimen y, así como los Diablos dejaron atrás la mediocridad, Delfina Gómez, que estuvo ahí mostrando una nueva etapa, debe demostrar que el cambio está más allá de las palabras. Van a ser ya dos años como gobernadora de la entidad más poblada del país y con gran fuerza política. Debe venir lo mejor.

 

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