En realidad ¿qué beneficio supone la existencia de tantos partidos políticos?

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En realidad ¿qué beneficio supone la existencia de tantos partidos políticos?

Sábado, 01 Septiembre 2018 00:06 Escrito por 

La intención de la apertura democrática para que todas las formas de representación política tengan la posibilidad de defender sus derechos y en especial, para llevar las propuestas que son de interés de las minorías o de los grupos de ciudadanos que no se sienten identificados, y por ende, representados por alguno de los partidos políticos ya existentes en México, es que se ha dado la apertura a la posibilidad de registro del ente político que así lo haga, después de cumplir con una serie de requisitos

El derecho de ser escuchados, con la posibilidad de ver resueltas las condiciones que pueden serles desfavorables, motivan a la búsqueda de una representación que los comprenda y que lleve las peticiones que son de su interés, a aquellos que tienen la labor de tejer el complicado camino de incitar las reformas adecuadas para que puedan obtener el respaldo como cualquier otro ciudadano que pide ser tomado en cuenta.

A colación de ello, emergen nuevos institutos políticos, con el propósito de ser la voz de quienes de alguna manera o de otra, no sienten atracción por la filosofía que identifica a los demás. En principio, el nacimiento de un nuevo proyecto político, debe reconocerse por su loable intención de abanderar las propuestas y los conflictos que sólo a un grupo le interesa encontrar solución, y que puede ser diferente al resto de los ciudadanos.

Un país que se precie de ser democrático, debe comprender, entender, escuchar y resolver, los conflictos de los ciudadanos que integran la sociedad de un país, parte fundamental del Estado, de donde surgen grupos con ideas y costumbres diferentes, pero que son parte integral de aquellos, con problemática propia que no siempre son del interés de los otros, pero no por ello son menos importantes, por eso deben ser atendidas sus demandas para encontrar un equilibrio ante los demás.

Pero, ¿en realidad son representados por esos nuevos partidos? O. ¿se trata únicamente de un pretexto ideal para intentar hacer de ese interés genuino, uno más que persiga el poder por el poder?, del cual sólo son unos cuantos los beneficiados, mientras que los interesados quedan esperando a que se resuelvan sus problemas, o conformarse con las dádivas como es costumbre, de la oferta de una mayoría con intereses partidistas.

Desafortunadamente, las personas se convierten en monedas de cambio, que son ofrecidas al mejor postor, a cambio de posiciones o de otros beneficios mezquinos, es por ello que la gente necesitada se persigue más en la época de elecciones, lo peor, es que muchos lo saben, y pretenden vender caro su voto, condición que termina en un mercado negro de compra y venta del sufragio ciudadano.

Así, los institutos políticos, guardan celosamente sus principios básicos, origen de su formación, y que contienen sus valores, su identidad, y que son la razón de su existencia, pues plasma su ideología. Con similar intención nacen otros nuevos, y es cuando proliferan los partidos a los que se les identifica como los partidos chicos, quienes en muchas ocasiones buscan maridaje con uno de los ya consolidados para conservar su registro, por la condición fatal de que de no conseguir el 3% que exige la ley en las últimas votaciones en las que participó, perderá éste, y desde luego, el recurso abundante que como prerrogativas entrega la autoridad electoral.

Ese recurso económico, es lo que todos pelean, porque significa la permanencia, que no necesariamente de su ideología, porque de ser así, ¿cómo explicar la coalición de partidos con tantas diferencias de origen, como PRD y PAN? Los que se supone se encuentran en extremos muy distintos ¿cómo mezclar el agua y el aceite? Pues, se mezcló, ellos dicen y defienden tal unión, con el propósito de buscar el beneficio del pueblo.

Todo, más bien, es un mercado, en el que la mercancía es el voto, ¿quien representa a quien? La independencia y la revolución de las que estamos próximos a su celebración, debieron ser un parte aguas para una nación tan grande como México, un país con abundantes reservas naturales, con atractivos turísticos, con excelente materia prima, con mano de obra de calidad, pero que parece no estar bien representa.

¿Cuántos partidos políticos cumplen con los requisitos para su registro?, y ¿cuantos de ellos terminan como los equipos de futbol que no logran compenetrar en la primera división y terminan por bajar a la división de ascenso?, así, éstos, reprueban ante la sociedad, ¿decepción? Puede ser.

Por otro lado, el candidato independiente es una figura que cuenta con un muy limitado espacio de acción, acotado por la autoridad electoral por consigna de las reglas impuestas por quienes se encargan de imponerlas y que más obedecen a otros intereses, pero no todos pueden o deberían ser nombrados como independientes, hay que restarle, porque no es igual, los que ya pertenecieron a algún ente político con registro, pues la presunta libertad que como etiqueta presumen con independencia, encuentra una falacia en lo básico, no lo son, resultan ser un engaño, porque al filo de su candidatura, terminan por convencer a gente del partido en el que antes militó, ¿es eso a lo que debemos reconocer como una candidatura independiente?

Los que sí pueden presumir de esas condiciones, son sometidos a una infinita cantidad de requisitos por cumplir, y que deberán hacerlo en tiempo récord, a esto habría que sumarle las condiciones en las que se ven envueltos, un ejemplo claro es el problema que se les presenta en la recolección de firmas, con una aplicación que mas que ayuda les estorba, y aún falta lo más trágico, lidiar con los que en apariencia les ayudan y terminan por hundirlos en el desprestigio por contar entre las firmas recolectadas, con las calificadas como ilegales, pero, el señalamiento mediático será para el candidato.

Todo esto deja un enmarañado de dudas, pues no es casualidad que algunos de los personajes que cometieron “el error”, terminan por unirse a otro candidato o partido, lo que puede dejar sospecha de que se actuó con mala fe, al echar a perder la candidatura que dijo apoyar, consideraciones que difícilmente encontrarán una respuesta.

En cuanto a las personas que no se sienten identificadas y por consiguiente, representadas, ya que son diferentes a los demás, tendrán algo más en qué pensar, si como lo ha anunciado el presidente electo, todo será sometido a consulta popular, entonces, los que llevan una clara desventaja, son esos grupos y las decisiones que deberían ser de su exclusivo interés, tendrán que aguardar por la decisión de una mayoría.

Así empiezan los grandes conflictos sociales, con la inevitable poca participación de estos grupos, y con una arrolladora mayoría que decidirá por ellos, que de hecho, no se encuentran en sus zapatos, pero, son el pueblo que es sabio, así que sabrá elegir.

En cuanto a los muchos partidos políticos que tanto cuestan al erario y por consecuencia a los contribuyentes, sería mejor revisar la necesidad de su existencia, porque siendo sinceros, ¿a quien terminan por beneficiar?

 

 


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Alfredo Albíter González

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