La juventud debe adoptar un papel protagónico en la vida política del país

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La juventud debe adoptar un papel protagónico en la vida política del país

Miércoles, 03 Julio 2019 00:12 Escrito por 
La juventud debe adoptar un papel protagónico en la vida política del país Lo bueno, lo malo y lo serio

La triste escena de la verbena popular que protagonizó el lunes primero de julio el titular del ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, logró emular la política más rancia de la que se tenga memoria, con el pretexto de festejar un año de su aplastante triunfo que obtuvo en las urnas el año pasado.

La fiesta hizo recordar los tiempos del viejo PRI, con camiones llenos de acarreados con torta y boing en bolsas de plástico provenientes de diferentes puntos del país, mismos a los que, antes como ahora, les advierten lo que deben decir en caso que alguien les pregunte, que vienen por sus propios medios, pagándose su pasaje, sí, como no.

No resultaría interesante observar lo anterior y señalar además como consecuencia de ello, la gran cantidad de autobuses que se estacionaron cerca de la zona centro de la Ciudad de México, porque eso se ha visto desde siempre, lo curioso resulta ser que el nuevo gobierno prometió muchas veces que sería diferente a los anteriores.

En el discurso, no se descubrió nada nuevo, porque lo que dijo el presidente lo ha dicho todos los días en sus charlas mañaneras. La esperanza de que proporcionara datos, como lo había prometido, nunca llegó, y resultó ser la misma receta, presumió un ahorro de miles de millones de pesos, pero no reveló de dónde o cómo saca su ecuación.

Nos encontramos en una época de transición, el aprendizaje ha resultado muy doloroso, se podría pensar que así tiene que ser para que las cosas se acomoden de tal forma que los que deben ser los verdaderos impulsores del cambio adopten el protagonismo que les corresponde, en especial, con el peso específico que representan para que esto se dé, los jóvenes.

La necesidad de la natural inquietud es el sello de los que representan el futuro de México, para participar en las decisiones importantes de la política que lleve a cabo una renovación real que le dé sentido a una forma de vida diferente con un futuro promisorio y que trascienda, sin embargo, se diluye en el espejismo que se les presenta, y lo peor, es que parece que se conforman con lo que se les ofrece.

Es por lo mismo, y de suma importancia, que desde este momento acepten el reto como se les va a presentar. No es sólo permitiendo ser utilizados como paliativo para que se logren intereses mezquinos y con ello autoricen el adiestramiento que se les está imponiendo. Ninis, nombre despectivo para quien forjará el futuro del mañana, pero que ahora, son utilizados por unos y preocupa a otros.

Los unos, para adoptarlos como “solovinos” rompiendo la dignidad del joven para agregarlos a programas sociales con el pretexto de rescatarlos de las manos malévolas de la delincuencia, pero al mismo tiempo “orientando” su necesidad a convertirse desde temprana edad, en obreros, al servicio de quien les ha favorecido, y por el otro, de quienes ven en ellos a un enemigo en pleno aprendizaje para ser el brazo represor de un gobierno que cada vez se parece más a una dictadura.

Si la consideración de la mayoría de los que en poco tiempo tomarán las riendas del país piensan que están solamente para aceptar apoyos sociales, entonces sí habrá que preocuparse, porque no hallarán ánimos para sacudirse ese concepto, menos para arremeter de frente, y poder dirigir a la nación hacia la modernidad, aceptando el reto de competir en el mundo que les ha tocado vivir.

Por costumbre, los programas sociales en México intentan someter de una o de otra forma a los “beneficiarios”, quienes se convierten inevitablemente en la suma de incautos que sólo representan un número con sus votos para los políticos, los que captan con programas clientelares. Con el actual gobierno no hay diferencia, es lo mismo, con el agregado de que, de nueva cuenta, se intenta adoctrinar al pueblo bueno y sabio con una cartilla moral a la que se le sacudió el polvo.

Con lo anterior, en términos generales, se pretende nublar sus posibilidades de despertar para quedarse en una especie de limbo, en la que sólo se acepta que está bien lo que se recibe, cuando debe ser básico darse cuenta que los errores que se han cometiendo en el pasado, sepultarán una historia que debe ser diferente.

Los jóvenes de hoy tienen la posibilidad de observar el comportamiento socio -político que ha registrado la historia y que ha arrastrado a la sociedad mexicana a un abismo de conformismo, de esperar siempre del gobierno las dádivas para, en consecuencia y agradecimiento, volcarse a las urnas y favorecer con su voto al benefactor. Esa idea paternalista del gobierno, está en sus manos desterrar, la incongruencia se verá reflejada en caso de adoptar la cómoda posición que tiene empantanado al país desde hace muchos años.

Deben entender que es sólo con el esfuerzo, sin esperar el regalo barato de los apoyos sociales, como harán el cambio que necesita su patria, impulsar un modelo socio - político que sea adaptado a las necesidades particulares de la sociedad mexicana, a pesar de encontrarse con los que se resisten a ese cambio.

No es adoptando ideas antiguas o llenas de demagogia, o con el neoliberalismo, o el socialismo, o comunismo, que juegan en la misma cancha, con lo que se hará ese cambio que esté a la altura de la necesidad del país. Es, llevar a cabo una revolución intelectual que deben plantearse, enfrentar, y ganar.

Por principio de cuentas, tienen la posibilidad de revisar ese pasado que tanto ha dañado a la sociedad, aunque no todo, es menester rescatar las cosas buenas, como son la creación de instituciones, el respeto irrestricto al estado de derecho, y darle sentido con una nueva fórmula de convivencia, progreso, seguridad y armonía, que se han visto pisoteadas en los últimos meses.

Y aprender de los errores que se han cometido en la presente administración, como consecuencia de la arrogancia de un personaje que se ve a sí mismo casi perfecto, y sobre todo, aprender que las ideas viejas no permiten la generación de cosas nuevas.

 

 

 

 


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio