Lo bueno, lo malo y lo serio… Justin Trudeau en el Senado

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Lo bueno, lo malo y lo serio… Justin Trudeau en el Senado

Miércoles, 18 Octubre 2017 04:20 Escrito por 

El viernes 13 de octubre se presentó Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, ante el Senado de la República y fuimos testigos de las condiciones en las que fue recibido y despedido el líder canadiense. Tomó camino hacia la tribuna para dar su discurso, el cual fue interrumpido en varias ocasiones por los emotivos senadores, que así festejaron y arroparon al canadiense por cada pausa de una breve presentación que cerró con un ¡Viva Canadá!, ¡Viva México!, parafraseando antes la leyenda que se lee en el recinto de la cámara del Senado, de la autoría de Benito Juárez, “entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, arrebatando aplausos jubilosos de los presentes.

Ahora bien, sin minimizar la presencia del diplomático de muy buenas formas y excelente trato, llegó a decir en su discurso preparado lo que los senadores y los mexicanos queríamos escuchar, no necesariamente lo que en realidad piensa respecto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, del que apenas hizo breve comentario, porque a final de cuentas, él viene a acordar una renegociación favorable para Canadá, y así lo busca cada uno de los representantes de los tres países que integran dicho tratado, ganar, ganar, es la meta, ¿por qué no habría de ser así? En un tratado comercial los socios deben verse beneficiados. Sin embargo, para Trudeau, debe quedar claro, México es su amigo y socio, pero no pretende aceptar la incomodidad de sentirse entre la espada y la pared respecto a la política de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, con nuestro país, él verá por los intereses de Canadá, independientemente del resultado con México.

Entiéndase que Trump es un empresario, y como tal ha actuado desde siempre, independientemente de haber asumido la presidencia del país más poderoso del mundo, lo ha dicho en repetidas ocasiones, al tratado lo considera inequitativo, porque presume que se han aprovechado de su país, y amaga con salirse de las negociaciones hasta cuando vuela una mosca, por lo que tiene en vilo a las partes. En razón de ello, los negociadores, incluyendo los de su país, no atinan a tener la certeza sobre lo que va a suceder en la próxima ronda. La pretensión de que sea revisado con término de caducidad cada cinco años es una más de sus habilidades como empresario que quiere imponer, para doblar a su voluntad a los socios.

El equipo de los mexicanos, que es uno de los mejores, tiene una visión diferente al resto de la sociedad, al parecer consideran que las reuniones han tenido buenos resultados; sin embargo, será bueno tomar aire y ser pacientes, porque el proceso será largo, más del que se había presumido; mientras, los estadounidenses intentarán dictar las condiciones para la renegociación, por indicaciones de su presidente.

Una de las propuestas que se han considerado, con motivo de las pláticas entre Trump–Trudeau, sin México, es la posibilidad de llegar a acuerdos bilaterales y en diferentes condiciones por cada socio. No es lo mismo tratar con Canadá que con México, a los ojos del presidente estadounidense; bajo este esquema, crece aún más la sospecha de que el TLCAN llegará a su fin. México tiene la obligación de buscar diversificar su mercado, se ha señalado en múltiples ocasiones por diferentes sectores. Si se estudia la posibilidad de abrir más la relación comercial con China, Europa y América Latina, México tendrá opción de ampliar con esos socios su comercio, a pesar de que en la actualidad depende tanto de la relación con Estados Unidos, que no se terminará, pero sí serán otras circunstancias que, desde luego, afectará a la economía de nuestro país.

Aun así, me parece, que en caso de no llegar a buen puerto en el TLC, no será para siempre, en todo caso, habrá un stand by, por lo menos por lo que resta del mandato de Donald Trump porque, así como van las cosas en su nación, difícilmente pueda repetir con una eventual reelección. Mientras tanto, y lo que aún es peor, es que cada vez que se le ocurre anunciar su postura mediante un tweet, mueve los mercados y le pega directamente a nuestra moneda frente al dólar. Pero, la política de Trump no afecta a los mexicanos únicamente, la decisión de sacar a Estados Unidos de las diferentes esferas internacionales, afecta a una gran cantidad de países agregando, además, su forma de pensar respecto al calentamiento global.

Empecinado, Donald Trump en cumplir con lo prometido durante su campaña y que, dicho sea de paso, no le ha salido nada o muy poco de lo que ofreció, vuelve a tomar a México como objeto de sus ataques, desesperado por recuperar la aceptación de los estadounidenses que cada vez es menos. Sólo los grupos radicales parecen ser los que aún siguen dándole su apoyo, con las consecuencias ya vistas, con los enfrentamientos que se han generado, pasando por un solitario matón blanco y rico, como los que le gustan al magnate.

Una de las condiciones que los socios de México han señalado que se debe revisar, es el salario que perciben los trabajadores mexicanos, lo señaló Trudeau ante la Cámara de Senadores y lo ha señalado Trump pero, por otro lado, ¿cómo aspirar a mejores condiciones para que sustancialmente aumente el salario para ser más competitivos?, cuando es el propio secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, quien sale a decir que se debe a las asimetrías de las economías, que tenemos trabajadores con muy pocas capacidades, muy poca certificación de habilidades, con niveles de productividad bajos. Esto ocasiona que se abra la brecha aún más entre los que asumen el poder y la clase trabajadora, ¿será porque el secretario cuenta con una excelente educación académica, con especialidades en el extranjero?, no abona su declaración a la relación con los menos favorecidos y se coloca en un nicho, recordemos que pretendió ser gobernador del Estado de México en su momento, ¿con estas ideas iba gobernar?, y ¿cuál sería la solución, señor secretario?

México emprende el camino de una renovada relación en América del Norte, depende del resultado de la renegociación del Tratado de Libre Comercio para saber el rumbo


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Alfredo Albíter González

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