En rojo, Llano Grande, nos están balaceando…

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En rojo, Llano Grande, nos están balaceando…

Miércoles, 24 Marzo 2021 00:06 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Triste es ver el aumento del número de las personas que han visto su fin a consecuencia de haber padecido el coronavirus, que en las cifras oficiales se encuentran alrededor de doscientos mil, enlutando al mismo número de familias en la república mexicana.

 

 

Aunque desafortunadamente para el pueblo no es lo único de lo que deben preocuparse, porque ahora lo será la cantidad de vacunas que lleguen al país y el tiempo de espera para que puedan abarcar a la mayor cantidad de ciudadanos y poder alcanzar la inmunidad de rebaño.

Después, continuará siendo la reactivación económica; la recuperación de empleos y tratar de cicatrizar las heridas que dejó en la piel azteca la pandemia. Sin dejar de mencionar el recuerdo de familiares y amigos entrañables que sucumbieron ante el mal que cambió por completo la dinámica mundial.

Pero, a pesar de las repercusiones ocasionadas por la declaración de la pandemia, se siente en el ambiente la esperanza que precisamente aparece por la posibilidad que ofrece la llegada de las varias opciones de vacunas para combatir el mal que puso de rodillas a los habitantes del orbe, México padece otra preocupación y que a pesar de promesas y acciones que han quedado cortas, continúa siendo uno de los flagelos más graves que ninguna administración ha podido calmar. La inseguridad.

Los diferentes gobiernos han probado sus estrategias, unos; con el uso de la fuerza y el combate frontal a los grupos delincuenciales, otros; buscando diferentes formas de hacerlo y otro; de plano con la determinación de no hacer nada, pensando tal vez que como por arte de magia un día al despertar los mexicanos nos encontraremos con la seguridad que merecemos.

Recientemente las autoridades militares de Estados Unidos, declararon que los grupos criminales tienen control sobre el 35% del territorio mexicano, la información del pentágono debe tener algo que México no tiene o no acepta, porque el presidente Andrés López Obrador lo negó.

Sin embargo, y como mensaje que llegó de lo más profundo del dolor de millones de seres humanos que han padecido la inclemencia de la inseguridad, y de la impunidad, casi de inmediato se dio a conocer un hecho que dejó helada la sangre de los habitantes del sur del Estado de México.

13 elementos de los cuerpos de seguridad de la entidad mexiquense fueron emboscados y acribillados, cinco de ellos de la ministerial, que perdieron la vida a manos de los delincuentes que tienen control sobre esa parte del Estado, muy cerca de Guerrero.

 

 

El gobernador Alfredo del Mazo lamentó los acontecimientos enviando un sentido mensaje a los familiares de las víctimas y ofreció todo el apoyo a quienes se encargan de esas difíciles tareas. Por otro lado, el Fiscal General de Justicia, Alejandro Jaime Gómez Sánchez en conjunto con el Secretario de Seguridad Rodrigo Martínez, anunciaron las acciones a seguir.

El agravio es máximo, la afrenta es mayúscula, se espera en reacción un operativo de grandes dimensiones de los cuerpos de seguridad con el apoyo del ejército y la Marina en busca de quienes han dejado un ambiente de desolación y muerte.

Es un reto que envía la delincuencia al Estado Mexicano, con descaro dan un golpe que duele en lo más profundo, ¿cuál será la reacción del gobierno frente a tan salvaje mensaje de terror? El ataque fue contra quienes tienen a su cargo el combate a la delincuencia, entrenados y armados; la incertidumbre es peor cuando se trata de la gente del pueblo. Existen comunidades enteras que han preferido dejar atrás sus tierras, sus casas y sus pertenencias por la amenaza que les representan el poder de esos grupos.

No puede caber ninguna duda, el crimen se ha apoderado de gran parte del territorio nacional, ahora, no será suficiente con negarlo, en especial, menos frente a la declaración de los vecinos del norte. Las palabras y las promesas deben dar paso a las acciones.

Es la hora en la que cada quien debe aceptar su responsabilidad y asumir el compromiso con vigor y determinación. De otra forma, el pueblo es el que seguirá padeciendo.

La intervención del gobierno federal tiene que ser en esa misma condición, no puede dejarle a los Estados con sus limitaciones todo el trabajo, pero cuando se observa a quién se le ha encargado el tema de la seguridad del país, aparecen muchas dudas, porque parece que es más importante la austeridad que la seguridad de los millones de ciudadanos.

Ahora bien, si por un lado parece que la intención es sacudirse la incomodidad de enfrentar lo que esto representa y se practican variaciones muy convenientes para manejar cifras y estadísticas, y por otro lado, la idea es delegar funciones, como sucede con el caso de los desaparecidos, entonces el resultado no será el mejor.

¿qué esperar entonces de las autoridades?

¿cuál será la estrategia a seguir?

¿qué se hará para devolver la paz y seguridad a los mexicanos?

Las estadísticas anuncian el aumento de una violencia, y no parece que en el futuro inmediato pueda ser diferente.


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio