El desprecio a la ciencia y tecnología cobra el desplante

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El desprecio a la ciencia y tecnología cobra el desplante

Miércoles, 05 Octubre 2022 00:30 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Ha ocurrido un ataque de alcances aún por descubrir. La Secretaría de la Defensa de México fue objeto de la extracción de una gran cantidad de correos por un grupo de hackers denominado Guacamaya. El insólito ciberataque en contra de las fuerzas armadas, representa el más grande del que se tenga registro, y que afecta al primer defensor, por excelencia, de la soberanía nacional; fueron vulnerados los datos que celosamente debe cuidar, con lo que se pone en riesgo al gobierno y a los ciudadanos.

No es cosa menor, y esta vez mostrar un video de “Chico Che” es realmente un exceso de cinismo; el “valemadrismo” por las cuestiones que verdaderamente son de importancia para el país, muy pronto mostrarán su furia por tal desplante, pues se verá con crudeza la desatención, y una descarada firmeza en razón de la sobre explotación de las fuerzas armadas en tareas que no les compete, lo que deja al descubierto el desaseo con el que se ha conducido aquello que tendría que ser lo más valioso para México. La seguridad nacional.

¿A manos de quién va a llegar la información extraída y qué contienen seis terabytes, que significan un “mundo” de información? Es absurdo pensar que no va a pasar nada, que tal vez todo puede ser parte de una exageración por aquellos que muestran preocupación en demasía, o que puede ser el resultado fraguado por los adversarios del presidente, empeñados en que le vaya mal porque se encuentran desesperados.

Reducir todo a esta consideración es demencial, insólito pensar que un Jefe de Estado considere tan a la ligera un acto de tal magnitud, y que debería imponer actividades inmediatas por parte del gobierno, y hablar de frente a la nación por cuanto hace al peligro en el que se encuentra parte de lo más delicado de las fuerzas armadas. No hacerlo, se convierte en una imprudencia más, del tamaño de la ignorancia sobre eventos que sí son relevantes.

Esta vez, no debería ser Loret de Mola el villano favorito al que hay que atacar y en el que debería descargar su furia el originario de Tabasco; más bien, sería mejor darle un reconocimiento, o por lo menos entregarle las llaves de la ciudad como a Julian Paul Assange, por sacar a la luz el ciberataque. Lo que es una realidad, es que no fue él y pegarle al mensajero solo muestra la falta de profesionalismo de un gobierno que carece precisamente de eso, gracias a la contratación de personajes impresentables, encargados de áreas estratégicas y con conocimientos mínimos o inexistentes sobre lo que tienen que hacer.

Lo que debe quedar claro, es que el presidente Andrés López Obrador sistemáticamente contrario a lo que dicta la ciencia y la tecnología, desprecia con descaro eso que hasta parece disfruta desconocer, al grado que se ha declarado enemigo de todo lo que se refiere al tema, al lanzarse en su contra cada que quiere. La ocurrencia del regreso del “Trapiche” debería dejarlo de manifiesto.

La visión de un futuro en el que debe estar México a la altura de los países avanzados para ser competente en el ámbito internacional, queda de lado y en completa obscuridad, pues la oferta del presidente es apostarle a ese pasado que únicamente lo convence a él. Manifiesta felicidad cuando se encuentra en su rancho, alejado de los adelantos que la ciencia provee.

Es precisamente el reclamo que endereza en contra de los que llama intelectuales, y que, con desprecio, se ríe de ellos, de sus consejos, de su trabajo y estudio. Cree que es un desperdicio estudiar tanto, y, sobre todo, en escuelas y universidades del extranjero; porque solo los enseñan a robar, asegura.

Independientemente de que, para su familia no parece desear lo mismo que para el resto de los mexicanos, pues enviar a su hijo menor a estudiar a Europa queda como evidencia, o que el otro de sus hijos se encuentra viviendo una vida de sueños en Estados Unidos, un país neoliberal por excelencia.

¿Qué quiere López Obrador para la mayoría de mexicanos?

El presidente está empeñado en llevar a la condición de ignorancia total al pueblo, con la palomeada que le ha dado al nuevo sistema de educación, que la mayoría de los especialistas en el tema educativo se han manifestado en contra, por su profunda connotación de adoctrinamiento con el que se pretende imponer.

La cruda realidad nos aleja a pasos agigantados del lugar que limpiamente se había ganado México en el ámbito internacional, no se trata de lo que hicieron o dejaron hacer anteriores gobiernos, se trata, de las oportunidades que merecen muchos de los connacionales que han demostrado altura para competir con los mejores en el mundo, y quieren, y merecen hacerlo.

Si bien debemos recordar que el de la Defensa Nacional no es el primer sistema que es vulnerado, anteriormente fueron PEMEX y la Secretaría de la Función Pública que casi se ha dejado en el olvido; sin embargo, en su momento se reportó. La causa puede ser la misma. Falta de inversión en los sistemas de protección y seguridad cibernéticos. Tampoco fue México el único país que sufrió el ataque, los de Chile, El Salvador, Perú y Colombia lo padecieron.

Habría que implementar una reunión urgente con el gabinete de seguridad, para valorar los daños, e implementar urgentemente la forma de contrarrestar lo más posible, esto que representa máxima alerta, saber que vagan por el ciberespacio documentos sensibles de información reservada es verdaderamente preocupante. Pero no. El presidente está en la “chunga”, y se pone a pedir que se reproduzca una canción de “Chico che”

Así el tamaño de la responsabilidad de quien representa a más de 130 millones de mexicanos, particularmente a los 30 que votaron por él, así la indiferencia atroz que puede llevar a conflictos de alcances aún sin imaginar, así la importancia que le da el Jefe de Estado a lo más sagrado de la nación, que esta vez sí se encuentra en peligro. La soberanía nacional. No las veces en la que ha vendido esa idea de forma irresponsable y soberbia, quejándose de ataques imaginarios y de enemigos inventados.

Lo que sí se verá en los próximos días, es una precipitada apuración por los de verde olivo para calcular el daño ocasionado que se desprende de ver su campo de seguridad vulnerado. ¿Hasta dónde tienen las manos metidas los militares? Por lo pronto, el medio informativo “Animal Político” ya empezó con los reclamos, por espionaje, lo que ha dejado molesto a López Obrador, quien exigió pruebas. ¿En serio? Pegasus solo se vende a gobiernos.

Esto, apenas empieza.


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio