Los efectos de la polarización

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Publicado en Opinión

Los efectos de la polarización

Jueves, 20 Julio 2023 00:10 Escrito por 
Juan Carlos Núñez Armas Juan Carlos Núñez Armas Palabras al viento

El presidente utiliza como estrategia fundamental en su proyecto de gobierno el populismo, la posverdad y la polarización. El ejercicio de la última ha llegado al extremo de violar la ley al divulgar información financiera de particulares (secreto bancario) vinculados a la empresa de Xóchitl Gálvez, a quienes expone a ser víctimas de la delincuencia.  Al presidente no le importa difamarla y ofenderla, no le importa poner en riesgo el futuro de su empresa y sus trabajadores, lo único que le importa es el poder. ¿Y qué sucede con el ambiente de polarización que millones de mexicanos vivimos, unos por la actuación política, otros por la inseguridad que solapa el gobierno, otros más por la pobreza que golpea a las familias, sin empleos, sin servicios, sin recursos para vivir día a día?

Para la Psiquiatra Marian Rojas Estapé la polarización puede disparar el cortisol, generar miedo y por lo tanto subir el estrés de manera reiterada. Pone como ejemplo, que si en un auditorio de repente sonara la alarma contra incendios todo el público saldría alarmado, el nivel de cortisol de los presentes subiría de manera súbita.  Suponiendo que minutos después llegaran las autoridades a decir que era una falsa alarma, las personas seguirían asustadas porque el cuerpo no recupera su estado previo hasta pasado un buen rato. Lo mismo sucede con la confrontación política. Todos los días escuchamos noticias que nos confrontan y no ha terminado el efecto de una cuando nos encontramos otra, especialmente si somos seguidores de redes sociales.

Siempre estamos preocupados. Sin embargo, el 90% de las cosas que nos preocupan nunca llegará a suceder. La confrontación sostenida es capaz de modificar nuestra manera de conectar con la gente, nuestra mente no distingue entre lo cierto y lo falso de una afirmación, genera miedo irracional y estrés crónico, empieza la ansiedad, sigue la tristeza, los problemas de sueño, interpretamos de manera negativa las relaciones sociales, cambia nuestra salud y nuestro sistema inmune se deteriora.

La confrontación política funciona para convertirnos en un sistema de tribus: los nuestros contra los otros. Impulsada desde Palacio Nacional una ideología política divide a la sociedad. La polarización que resulta es la mayor causa de la violencia política que se ve en el país, que lo mismo insulta personajes que pacta con el crimen organizado y desorganizado, no importa si trafica con personas o mercancías o matan a periodistas y a mujeres.

Según el estratega Gutiérrez Rubí los políticos que saben polarizar logran movilizar y fidelizar a sus seguidores. En este complicado siglo XXI la sociedad está cada vez más polarizada. Cada día es más difícil aceptar las ideas ajenas, diferentes. Cita el autor a Jonathan Haidt quien afirma que vivimos una polarización moral, no es tanto la ideología ni el programa electoral, es el conjunto de valores que la definen. Cada vez nos resulta más difícil debatir con personas que piensan distinto a nosotros y más complejo aún nos resulta reconocer que estamos equivocados.

Para Antonio Martínez Ron la polarización nos distrae en los niveles de atención, en la memoria, atiza emociones y nubla la razón; en lo físico nos trae ansiedad, trastornos del sueño y taquicardias. Añade que no es como un virus, es más como el fuego que sin alimentarlo acabaría por extinguirse. Incluso en los patrones neuronales influye sobre cómo procesamos el mundo exterior, juzgamos el resultado según la ideología preexistente. La polarización es una exacerbación emocional, se vuelve una adicción y se alimenta a sí misma, por eso encaja perfecto entre los populistas.  Resulta un excelente instrumento para cumplir el objetivo de movilizar a los tuyos e inmovilizar a los otros. Son necesarias las palabras que incendian para dar cabida a la estrategia que vincule sus postulados más afectivamente. Es necesario utilizar un lenguaje moral y emocional para exaltar al odio y las palabras son pastillas que aceleran la combustión de la polarización afectiva.

Finalmente, para Jay Van Bavel, la polarización es un grave problema para las democracias modernas, los hechos no importan, la gente pone su lealtad en ideas afectivas por encima de la verdad. Ideas que se basan en sentimientos de exclusión social, lo más cotidiano suele entonces tener un significado ideológico, los colectivos votan en contra de sus intereses más inmediatos por defender símbolos e identidades, la crispación y el populismo configuran bandos predispuestos al choque.

A manera de conclusión, cito a Eva María Rodríguez de la página “La mente es maravillosa”. Eva dice que la confrontación da miedo y nos impide hacer cosas que creemos deberíamos hacer porque son justas o correctas. Este miedo a la confrontación es consecuencia del miedo a ser rechazados, pero evitar la confrontación podría llevarnos a enfrentar una situación mucho peor.  No debemos reprimir nuestras opiniones ni dejar de exigir respeto a nuestros derechos por miedo a que otros nos rechacen.  Fomentemos la convivencia armónica, sin confrontaciones y sin miedos.  Respetemos las diferencias de los demás y pidamos que respeten nuestras diferencias.

*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.

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