La inseguridad, un tema pendiente

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Publicado en Opinión

La inseguridad, un tema pendiente

Jueves, 03 Agosto 2023 01:00 Escrito por 
Juan Carlos Núñez Armas Juan Carlos Núñez Armas Palabras al viento

En días pasados por diversos medios nos enteramos de las narcomantas y video que aparecieron en varios sitios de Metepec para, supuestamente, anunciar una limpia de narcomenudistas. De igual forma, en Toluca se encontraron un cuerpo colgado y desmembrado, así como los restos calcinados de tres personas.  Se cuenta aparte el evento en la Central de Abastos de Toluca, un incendio en el que perdieron la vida nueve personas tres de ellas menores de edad.  Somos testigos de una ola de violencia originada en la disputa entre los grupos criminales por el territorio mexiquense.

Estos son los temas que hereda la administración estatal entrante y que obligadamente tendrá que atender, esperemos de manera eficiente. Al territorio del EdoMéx se lo disputan ocho organizaciones delictivas, o cárteles, entre ellos: El nuevo imperio, Los peluches, Los Caborca, La unión Tepito, La familia michoacana, Los catalinos, Los gastones y Los rodolfos. Pero por más que sea cotidiana la delincuencia no debemos acostumbrarnos a verla como normal.

Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), publicada por el INEGI en abril pasado, el 62.1% de los mexiquenses se siente inseguro en el lugar donde vive. La encuesta muestra el índice de ocho municipios, siete de los cuales están por encima del promedio estatal: Naucalpan 88%, Toluca 85%, Cuautitlán Izcalli 82.9%, Ecatepec 81.8%, Chimalhuacán 81.1%, Tlalnepantla 75.1% y Nezahualcóyotl 65.3%; sólo Atizapán de Zaragoza está por debajo del promedio estatal con 57.1%. Vale la pena destacar que algo deben estar haciendo bien en Nezahualcóyotl y Atizapán de Zaragoza para que sean significativamente más bajos que los demás municipios.

Los lugares donde las personas tienen una mayor percepción de inseguridad son: los cajeros automáticos 72.9%, el transporte público 65.2%, los bancos 55.9%, las calles que habitualmente usan 54.4%, la carretera 50% y los mercados 45.9%, en otras palabras, prácticamente sienten inseguridad en cualquier sitio.

En una edición especial de la revista nexos denominada “Hacia una agenda en estrategias de seguridad efectivas y basadas en evidencia”, se presentan cinco artículos resultado de la convocatoria a la academia, la sociedad civil, los periodistas, los consultores y las entidades públicas, con la idea básica de buscar alternativas que permitan reducir la inseguridad y la violencia en Mexico.

Samantha Pérez Dávila, en la presentación del documento, cita al autor del primer artículo que nos recuerda “lo que no se puede medir no se puede mejorar”. Esta frase es fundamental en este momento porque lo cierto es que los datos oficiales sobre seguridad pública tienen sesgos y errores de medición que disminuyen la precisión de cualquier análisis. En nuestro país, no obstante la gravedad del asunto, nunca hemos contado con indicadores oportunos y confiables para evaluar la criminalidad e inseguridad.

Peor todavía, en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), de manera deliberada y fuera de la ley, no se incluyeron indicadores de desempeño, que permitan dar seguimiento a los objetivos y medir los logros. En la Estrategia Nacional de Seguridad Pública sucede lo mismo, tampoco se incluyeron indicadores de medición, Esta situación la encontramos hasta en el Plan Nacional de Derechos Humanos 2020-2024 establecido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Así, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se permite cambiar las series históricas y en cada reporte mensual borra y añade casos con toda tranquilidad, sin ser clara la razón por la que esto sucede. Dicha situación agrava la cifra negra dado que de cada 100 delitos cometidos sólo 10 se denuncian y sólo 7 se investigan.

Carlos Galindo, autor del primer artículo de la edición especial de nexos, propone algunas ideas sobre cómo atender esta problemática. Entre otras: a) para concluir “la guerra contra el narco”, la solución no es dar abrazos, sino contribuir a un Estado de derecho; b) es necesario acatar las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) eliminando el fuero de guerra y en su caso someter a los militares a los jueces civiles; c) reforzar el Sistema Nacional de Seguridad Pública para contribuir al Sistema Nacional de Justicia Penal, transformando la Secretaría de Seguridad Pública en la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos, dice el autor, la finalidad del Estado es la justicia y la seguridad es un medio y ésta a su vez un subproducto de aquélla.

Guillermo Guevara, otro de los autores, señala la importancia de vigilar los focos rojos y se refiere a la estrategia que en términos policiacos se llama Hot spots policing, que es una técnica de disuasión policial consistente en desplegar a la policía en donde se concentra el crimen. En esta idea la legitimidad policial es importante, para contar con la cooperación de la comunidad, porque mejora la percepción de la actuación de la policía como justa. En México, hoy existen 266 Coordinaciones Regionales y Territoriales de la Guardia Nacional asentadas en municipios que se consideran focos rojos.  Sin embargo, sus intervenciones no son exitosas porque la extensión territorial que deben atender es muy amplia.  Las policías deberían desplegarse en puntos muy específicos del territorio para que su presencia tenga el efecto disuasorio esperado.

Cualquiera que sea la estrategia que se siga lo importante es hacer un análisis plural incluyente que todos podamos discutir. Ante la fallida estrategia actual, nadie está pensando que sólo los balazos resuelvan la inseguridad, pero tampoco los abrazos lo hicieron. Es necesario hacer un énfasis en los aspectos de prevención y situaciones criminológicas que se originan en los municipios y que deben atenderse de manera transversal en las políticas públicas, dónde se originan y cuáles son los riesgos.

Actualmente se ha abandonado a las policías locales como actores centrales de la estrategia de seguridad. Hace falta mucho por hacer por ejemplo capacitarlos, mejorar sus salarios, dotarlos de tecnología, por ejemplo, para detectar flujos de lavado de dinero. Cuando se pregunta a un integrante de la Guardia Nacional, responde que la verdad no quiere ser policía, quiere ser soldado. Les asignaron tareas sin capacitarlos, al grado que ni siquiera saben el proceso para llevar a un detenido frente al juez, nunca se concretado la reconvención de soldados a policías.  Y se nota en nuestras ciudades.

 

*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.

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Juan Carlos Núñez

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