Redefinición educativa. Competencias para el futuro
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Redefinición educativa. Competencias para el futuro

Miércoles, 02 Julio 2025 00:15 Escrito por 
La Tribu Entera La Tribu Entera Ricardo Joya

El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) dio a conocer —a inicios de este año— un documento en el que se exponen los desafíos de la educación para preparar a las y los estudiantes, a fin de que puedan afrontar los retos del mañana, y en algunos casos, los retos del presente, los cuales —incluso— ya involucran a quienes nos encontramos en una etapa productiva.

Ante los cambios demográficos, las revoluciones tecnológicas y la necesidad apremiante de equidad en un entorno de transformación vertiginosa, es fundamental que los sistemas educativos sean flexibles, adaptables y personalizados, a fin de conjuntar aspiraciones individuales y trayectorias profesionales diversas, lo que representa —sin duda— un desafío para las instituciones de educación superior de todo el orbe y, por supuesto, de México.

El documento del WEF reconoce que las desigualdades, el desempleo y la falta de oportunidades para las personas jóvenes agravan los desafíos en materia educativa.

En el caso de México, la organización YouthBuild México indica que 15.6 millones de jóvenes están desempleados y más de 7.6 millones trabajan en condiciones precarias y de informalidad, lo que representa el 55 % del total de jóvenes ocupados. Esto refleja claramente una crisis laboral que afecta a ese sector de la población, porque se encuentra en empleos inestables y sin acceso a seguridad social.

Adicionalmente, el organismo internacional explica que, aunque ya transcurrieron cinco años de la pandemia por COVID-19, esa crisis sanitaria acentuó las desigualdades educativas, debido al cierre prolongado de escuelas, por lo que es fundamental que los modelos educativos disminuyan esas desigualdades y también empoderen a las y los estudiantes.

Lo que podría señalarse como una “redefinición educativa” tiene algunas características:

Flexibilidad y personalización. Los enfoques tradicionales uniformes o —como se les llama en otros países— de “una sola talla” son insuficientes, porque las aspiraciones individuales y las trayectorias profesionales son diversas. De manera que se requiere —por ejemplo— impulsar las certificaciones acumulables, de manera que los jóvenes tengan cualificaciones de forma gradual. También deberían impulsarse programas modulares, adaptados a las habilidades específicas de los y las jóvenes.

Se trata de que el aprendizaje sea permanente, de manera que las personas de cualquier edad podamos mejorarnos constantemente. En ese terreno, se ha vislumbrado que las tecnologías inmersivas de realidad virtual fortalecen el aprendizaje con experiencias prácticas, al desarrollar simuladores de casos que permitan desarrollar otras competencias y no solamente aprender conceptos.

Otra característica de esa “redefinición educativa” es el uso de tecnología. Las plataformas digitales están reduciendo las barreras de acceso. La educación en línea y las aulas virtuales conectan a las y los estudiantes, trascendiendo las fronteras, e incluso ofrecen oportunidades a quienes estaban excluidos. Aunque tampoco se puede apostar —y menos en un país como el nuestro, con tantas carencias— a que la tecnología resuelva el desafío por sí sola.

Es necesario fomentar la “alfabetización digital” (aprender su uso y distinguir la información de calidad) y la conciencia ética, para que la tecnología se emplee con eficacia, pero también se comprenda el impacto y las implicaciones que representa. Temas como la privacidad de los datos y los aspectos éticos en el uso de inteligencia artificial son fundamentales para el presente y el futuro.

En ese sentido, las competencias para el futuro se relacionan con el uso habitual de la tecnología, pero también el Foro Económico Mundial advierte que la educación del siglo XXI “debe ir más allá de impartir conocimientos. Debe cultivar habilidades y mentalidad, indispensables para resolver problemas complejos y multidisciplinarios”.

¿Qué competencias serán clave?

1. Pensamiento crítico y creatividad. Es necesario tener la capacidad para analizar problemas desde múltiples perspectivas y desarrollar soluciones innovadoras.

2. Colaboración y comunicación. Es necesario trabajar en equipo y aprender a articular ideas con claridad.

3. Conciencia ética y global. Las nuevas generaciones —y quienes aún estamos aportando en el ámbito profesional— debemos comprender cómo se interconectan los retos planetarios y la importancia de la equidad y la sostenibilidad.

Es decir, una educación socio-humanista crítica sigue siendo esencial para que haya personas que puedan contribuir a una sociedad justa y empática; de lo contrario, tendremos jóvenes que saben usar la tecnología, pero no necesariamente abonan a que seamos mejores como sociedad, y ese tendría que ser el fin último de la educación.

Los desafíos no son menores, y por ello es fundamental tenerlos en el radar. Pero lo más importante es que las instituciones de educación superior ajusten sus modelos, o quedaremos muy atrás en atender las necesidades del presente y del futuro inmediato.

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Ricardo Joya

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