Sumisión

DigitalMex - Periodismo Confiable

Publicado en Opinión

Sumisión

Miércoles, 20 Diciembre 2023 01:21 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Ante las masacres suscitadas en las últimas semanas, una de ellas la de los jóvenes que disfrutaban de una posada en Salvatierra, Guanajuato, la cual dejó como saldo 11 jóvenes asesinados y 14 lesionados, da cuenta de la convulsión que vive el país como consecuencia de la violencia, que, desafortunadamente, se ha venido normalizando, pues es evidente que la sociedad mexicana ha perdido su capacidad de asombro.

Cada vez es más cuestionable el abandono del gobierno hacia la sociedad civil, pues, materialmente la ha dejado a su suerte para cuando se trata de actos violentos cada vez más recurrentes por parte de los grupos armados de la delincuencia organizada, la cual se manifiesta más organizada, que incluso, las fuerzas del orden.

Las reuniones que tanto presume el presidente sostiene todos los días a las 6 de la mañana con el gabinete de seguridad, han dejado el cuestionamiento en el aire: ¿qué es lo que atienden en ese momento?, porque la verdad, no ha habido ningún cambio por cuanto a la tranquilidad de los mexicanos corresponde.

¿Se sientan acaso a tomar el té? ¿Cuál es el verdadero objetivo de esas reuniones? Lo único que se puede suponer, es que en ellas, además de recibir el parte de novedades, y de que en consecuencia tampoco se diseña alguna estrategia para contrarrestar el problema. Se dedica el tiempo en buscar la forma de cómo minimizar el golpe natural que causará la nueva tragedia. Así se ha hecho durante todo este tiempo, pero los actos violentos se han recrudecido conforme avanza el tiempo, y las bandas siguen acumulando poder.

Lo único que se logrará, es que llegará un punto en el que será muy complicado volver a recuperar la paz social, cuando es el propio gobierno el que ha bajado los brazos; así, los jóvenes que se manifiestan reclamando que los están matando, gracias a los abrazos enviados a los delincuentes, y de que los balazos son para ellos, se quedarán con la frustración de hablarle al aire. 

La pregunta natural es: ¿por qué no se presta atención a las manifestaciones como la de esos jóvenes? ¿por qué no abordar el fondo del problema? La respuesta es sencilla; nos encontramos en tiempos electorales, que a decir verdad, es lo que siempre le ha interesado a esta administración, hablar y continuar impulsando la candidatura de Claudia Sheinbaum, para eso sirve el poder que representa el micrófono más escuchado de México ¿por qué habría de desperdiciarse?

A través de ese conducto informativo, se insiste en abordar el tema de la inseguridad pero para cuando se trata de los gobiernos emanados de la oposición, con una clara intención; que aparezcan ineficaces en su combate; poco importa que el problema lo represente la delincuencia organizada, ya que es el gobierno federal el encargado de combatirla. Al mismo tiempo, los que gobierna morena destacan por mantener altos los índices de inseguridad, pero eso no le conviene a la administración obradorista abordarla, menos aún, a su candidata.

Por otro lado, acaso ¿se han sentado los responsables, fuera del desayuno mañanero para armar una verdadera estrategia?, o, ¿es precisamente lo que conviene, tener la revuelta de la violencia para infundir miedo a los electores y evitar que salgan a votar, para que continúe viento en popa la cuarta transformación?

Las cosas no se ven por sí mismas como si fuera o se tratara de inventos o de infodemia que tanto les gusta señalar en palacio nacional; insistir en ella para cuando se trata de las acciones que realiza o ha dejado de realizar el gobierno según la conveniencia, es, la constante que se ha dado en lo que va del sexenio.

Algunos califican como una genialidad el hecho de que todos los días salga el presidente, a través de sus apariciones diarias haciendo uso de los recursos del Estado para imponer su visión, o uno de sus distractores, condición que no ha sido diferente y no lo será, menos aun cuando se encuentra a menos de un año de entregar, si así lo decide el tabasqueño, el poder.

¿Por qué hablar de la voluntad de López Obrador en la entrega del poder?, porque el mandatario se ha distinguido durante toda su carrera política en jamás aceptar una derrota; para él, siempre le han robado, siempre le han hecho fraude. ¿Porque habría de ser diferente ahora?, ¿Por qué, en este momento, cuando finalmente alcanzó, después de tres intentos, sentarse en la silla del águila habría de considerar perder?

Lo acepte o no, el mandatario siempre tiene la posibilidad de cambiar de idea, y no pasa nada; no pasa nada, no porque en verdad sea un mago de la comunicación, no pasa nada porque lo que sí sabe, es que si insiste todos los días en crear una realidad alterna, sus seguidores y personas que no creen en lo que dicen otros, terminan por aceptar esa verdad. 

Y tiene que apresurarse porque pronto se enfrentará al ciudadano común, que no le gustará en absoluto nada lo que verá al caer el telón; sin embargo, en este momento el pueblo aún permanece dormido, aceptará esa realidad. Todo esto muestra a un México sumiso, aceptando esa historia contada todos los días desde el salón Tesorería, y mientras permanezca así, no pasará otra cosa que la continuación y recrudecimiento de la violencia, que no parará, solo por desearlo.


Visto 1228 veces
Valora este artículo
(1 Voto)
Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio