Es fácil defenderse con base en mentiras.

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Es fácil defenderse con base en mentiras.

Miércoles, 08 Mayo 2024 01:07 Escrito por 
Alfredo Albíter González Alfredo Albíter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Al término del segundo debate entre los candidatos a la presidencia de México, muchos fueron los diarios nacionales y locales que se volcaron a darle un contundente triunfo a Claudia Sheinbaum, en un enfrentamiento que solo ellos vieron; lo que hace pensar que los encabezados y reseñas de éste ya se tenían escritos mucho antes de llevarse a cabo.

¿Cuál fue la realidad?

Celebraron analistas, comentaristas y opinadores supuestamente independientes, que Claudia Sheinbaum, de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, logró salir airosa de los embates de la candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz, de “Fuerza y Corazón por México”, y por ello, le dieron el triunfo, pero, a decir verdad, no es difícil salir así cuando la defensa está montada, no en argumentos sólidos, sino en mentiras, comparable únicamente con las que receta todos los días el inquilino de palacio nacional.

Por eso surge la pregunta: ¿cómo se puede elogiar de esa manera la metralla de mentiras que utilizó la candidata oficialista? Bueno, pues así, intentando quedar bien con el régimen, buscando componendas o, por lo menos, no ser considerado enemigo o adversario, y en consecuencia: conservador, neoliberal, enemigo de la 4T, etcétera.

No obstante, los morenistas viven en un sueño, aunque contagioso por el júbilo con el que celebran, pero se pierden en la ignominia de la complicidad, alardeando de aquello que no existe; hablan, incuso de una economía boyante. ¿De qué economía hablarán?, me pregunto. ¿Acaso de aquella que se apoya en programas sociales, el súper peso, o la inversión robusta de un México que se funde en el abismo de la ambigüedad?

Aunque tampoco es culpa de la candidata del partido marrón, tenía una encomienda y la cumplió al pie de la letra, defender hasta el hartazgo a su jefe y  su mundo irreal, con los progresos que solo los morenistas ven; defendió y presumió incluso, que cuidan el medio ambiente; evitando responder el señalamiento de Xóchitl respecto de los millones de árboles derribados por la construcción del tren maya, o el uso irracional del combustóleo.

¿Por qué no se puntualiza en eso? Simple, porque los periodistas alineados corren a elogiar a una candidata que lleva muchísimo tiempo promoviendo su imagen, con el decidido apoyo del tramposo presidente negado en abandonar las mañaneras aun sabiendo que es ilegal el uso del medio oficial que encumbra a su propuesta.

Sí, Xóchitl Gálvez tiene todo en contra: al presidente, al gobierno, a los miles de bots, a la delincuencia, a la prensa y a los millones de ciegos, sordos y mudos que ven un mundo paralelo al que sufre una gran parte de connacionales que no descubren la forma de salir del hoyo en el que se encuentran atorados.

A muchos ciudadanos ni siquiera les llamó la atención ver el enfrentamiento, aunque en solitario puedan preguntarse si acaso el salario mínimo y su anunciado aumento sirve de algo, cuando confirman todos los días, sobre todo las amas de casa y las trabajadoras que han sido olvidadas por este gobierno cuando les arrebataron las escuelas de tiempo completo, pretendiendo aliviarles el sufrimiento con dinero; no con las estancias, no con hospitales mejor equipados, no con seguridad, no con los medicamentos necesarios, ¡México está muy lejos de ser como Dinamarca!, si acaso les sirve de algo.

Claudia Sheinbaum se dispone a entrar a una inevitable vorágine utilizando todos los pretextos posibles para explicar un nuevo derroche de recursos en programas sociales; para el mantenimiento de obras faraónicas de su mentor, quien, por cierto, no le permitirá que queden en el abandono, aunque su mantenimiento sea a sobre costo para los mexicanos que son quienes terminan pagando.

Las promesas de Claudia deberían provocar a la reflexión de los indecisos, por la similitud con las que en su momento ofreció López Obrador, pero el reporte de la audiencia, las mediciones y todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la contienda más importante desde la Revolución, no la tienen tomada de esa forma.

No obstante, las luces de alerta no exageran, los inversionistas que hoy se encuentran en el país están aprovechando la incertidumbre, que de eso también se gana, pero las verdaderas inversiones, las de largo plazo, han reportado un abandono de la nación azteca porque les preocupa las expropiaciones en pro de un nacionalismo exacerbado que les da la razón, ya que indica lo que en realidad quiere esta cuarta transformación.

¿Ganó Gálvez?, ¿ganó Claudia?, ¿a quién le importa? Como si de un juego de pelota se tratase, los que piensan en participar ya tienen a su equipo favorito, no les interesa si es el peor, si hace trampa, si miente, traiciona o compra al árbitro, es su equipo y sin razonamiento alguno quieren que gane, a pesar de los pesares, si está bien o mal lo que hace, o como juega, eso es lo de menos.

Gálvez solo tiene dos frentes para conquistar: los indecisos, y a la sociedad civil, pero además, necesita que ésta logre volcar a sus simpatizantes a la conquista del voto ciudadano, de aquellos que sienten la necesidad de defender democracia, libertad, economía y el lugar que México merece en el contexto internacional.


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio