La flotilla de ayuda humanitaria de jóvenes, entre ellos las mexicanas y los mexicanos, a favor de Gaza, es una ayuda solidaria, sin intereses políticos ni económicos. Navegaba por aguas internacionales; sin embargo, Israel la interceptó y mantiene como rehenes a los jóvenes en Ktziox, centro de detención de Israel. Los jóvenes, al darse cuenta de ello y ante las amenazas que habían recibido sobre el trabajo humanitario que realizarían y sobre la revisión de todos los celulares y otras herramientas digitales, tiraron todo al mar; después vendría su realidad como rehenes.
Otra vez, la clase estudiosa, activista y consciente está en riesgo de vida. Una juventud solidaria frente a una realidad sangrienta y obtusa que convirtió el dolor pasado de no pocos padres y abuelos que vivieron el Holocausto en odio.
A casi un siglo de distancia, Netanyahu, cuyos ancestros fueron convertidos en cenizas, olvida y hace lo mismo con las mujeres, los niños, los ancianos y los hombres en la Franja de Gaza, cuando Palestina sostiene y defiende su territorio.
Benjamín Netanyahu se une a Donald Trump y viaja escondido del resto de Europa para evitar ser capturado, ya que está señalado como un criminal de guerra, como un genocida, al que se podría capturar por convertir la civilización y la vida en cenizas.
La guerra entre Israel y Palestina ha tocado a nuestras puertas, o ¿qué? ¿Se va a dejar a la deriva a nuestros jóvenes? Las respuestas de la Cancillería y de la presidenta Sheinbaum parecieran darse, pero son insuficientes, salvo la dotación de medicinas. Es el momento de la diplomacia.
Las respuestas que habría que dar, aunque son obvias, al mundo entero son: ¿con quién estamos alineados? ¿Qué se espera para los próximos días y semanas? ¿La libertad de ayudar y recibir apoyos se convirtió en un crimen? ¿Estamos con Trump? ¿Nuestra Doctrina Estrada está con Palestina? ¿La esperanza de estos jóvenes se ha convertido en cenizas? Este es un desafío para la Cancillería y para su presidenta.
Con estos jóvenes valientes, como los que viajaron a Israel, hay esperanza. ¿Los ciudadanos de México somos merecedores de su estatura ética y valentía?