AMLO sabe lo que quiere

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AMLO sabe lo que quiere

Miércoles, 06 Noviembre 2019 00:14 Escrito por 
AMLO sabe lo que quiere Lo bueno, lo malo y lo serio

Es muy conveniente para el presidente Andrés Manuel López Obrador contar con un espacio por las mañanas todos los días, porque lo utiliza para posicionarse, atacar a sus adversarios, dictar la agenda del día, o colocar como prioridad el tema que le parezca; pocas veces para responder preguntas de reporteros serios, cuando así quiere hacerlo, cuando no, se lanza en contra de quien pregunta, mientras tanto, las respuestas no llegan, por lo que el programa es más bien, de entretenimiento.

Sin embargo, hay ocasiones en las que no puede salirse con la suya, y recientemente se han repetido los días en los que ha mostrado su intolerancia hacia quien no acepta sólo lo que dice el mandatario, y le cuestionan, haciendo lo que deben, su trabajo, pero eso no le gusta al tabasqueño, y en lugar de responder, ataca, ofende, sin misericordia.

Evitó hasta donde pudo, dar explicaciones del asunto de Ovidio Guzmán, como de otros importantes temas, lamentablemente, lo más importante para el titular del ejecutivo federal fue haber hecho un estudio de las granjas de bots, saber quien habla mal de él, parece insensible ante la violenta ola que se apodera de la nación, y busca evadir con sus palabras domingueras la realidad.

Pero vayamos por partes, lo que parece a simple vista una serie de disparates que ha venido soltando López Obrador casi desde el inicio de su gobierno, como compararse con Benito Juárez, Madero o hasta con Jesús Cristo, entre otras tantas cosas, tienen como propósito distraer la atención de lo verdaderamente importante

No obstante, ha exagerado en usar trivialidades cuando por sus decisiones las cosas no toman el rumbo que imaginó, desesperado, busca poner al centro de la discusión a sus conocidos adversarios, y su preferido actual es el ex presidente Luis Felipe Calderón, o la prensa fifí, a la que presume, quitó el bozal.

Y es aquí en donde todos, queriendo o no, hablan de esas trivialidades en espacios noticiosos, primeras planas, radio, televisión y hasta en pláticas de café que entre risas y chascarrillos se refieren a esas “ocurrencias”, las cuales, en realidad, cumplen con su cometido.

A la par de colocar AMLO en forma perversa los diversos temas prioritarios para él, habla de la historia, la cual, sin empacho alguno retuerce a su conveniencia. Historiadores serios le han señalado la realidad documentada, pero eso no le importa, porque solo una minoría se entera de eso, en la mente de la mayoría de mexicanos se anidan las palabras que dijo el tabasqueño.

El caso es que a pesar de que la economía se encuentra estancada, a pesar de que la inseguridad sigue empeorando, a pesar de que López Obrador está aniquilando la incipiente democracia y sus instituciones que le han dado estabilidad al país, su plan va viento en popa.

AMLO se interesa descaradamente en algo básico para él y su gobierno que quiere perpetuar, contar con el número de votos suficientes para que en 2021 gane las posiciones que necesita para llevar a cabo los cambios constitucionales que le interesan.

Para el próximo año, los programas sociales y la cantidad de escándalo de 402 mil millones de pesos que AMLO tendrá a su disposición sin reglas de operación, le van a facilitar el despliegue de los servidores de la nación (varios de los cuales buscarán posicionarse en las candidaturas) por todo el territorio nacional, que además son los encargados de repartir dinero para cumplir con el discurso de hacer entrega de programas sin intermediarios, y logran que la base de datos en la que trabajan sea oro molido para su partido, exclusivamente.

No necesariamente la intención de Morena y su líder es proporcionar una mejor calidad de vida para los ciudadanos, sino ajustar las cuentas para obtener los sufragios necesarios para garantizar el triunfo, a esto el de Macuspana en otro tiempo le hubiera llamado compra de votos. Hoy es diferente, “ya no es como antes” parece decir.

Además, López Obrador midió el desgaste lógico de su gobierno, porque sabía que seguramente habría varios decepcionados que lo eligieron democráticamente, pero que votaron por él porque estaban molestos, hartos, de gobiernos anteriores, les facilitó verlo diferente, y supo capitalizar todo en su favor. Por lo que calculó la decepción y volteo a ver a los centroamericanos a los que les ofreció brazos abiertos para quedarse en el país azteca en donde tendrían apoyos de programas sociales y trabajo, y por ende, serían nacionalizados mexicanos, con derecho al voto.

Los programas sociales y la polarización diaria de los mexicanos le ayudan en su intención, continuar con su proyecto socialista. Las muestras de insensibilidad ante hechos violentos y hablar de que las cosas van bien, debería dejar claro todo.

 

 


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio