Entre abogados te veas: Gabriel Tarde, el abogado sociólogo precursor de los memes

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Entre abogados te veas: Gabriel Tarde, el abogado sociólogo precursor de los memes

Domingo, 19 Enero 2020 00:12 Escrito por 
Entre abogados te veas: Gabriel Tarde, el abogado sociólogo precursor de los memes Entre abogados te veas

Este año se cumplen 116 años del fallecimiento de uno de los pensadores más influyentes de la sociología, Gabriel Tarde (1843-1904), criminólogo y psicólogo social nacido en Francia.

Su mayor contribución la realizó en el ámbito de la sociología, que él concebía como algo basado en pequeñas interacciones psicológicas entre cada persona. Las fuerzas fundamentales que producirían esas interacciones serían la imitación (su famoso libro Las Leyes de la Imitación) y la innovación.

Autor prolífico y multifacético, en su obra se abordan campos tan variados como el derecho, la criminología, la psicología, la sociología y la filosofía, dejando un espacio incluso para publicar obras de carácter literario (no está claro si su Fragmento de una Historia Futura publicado en 1896 es un libro que Tarde escribió seriamente, como un a modo de utopía postapocalíptica, o se trata simplemente de una visión irónica y crítica de su propia sociedad).

Después de haber sido olvidado por más de un siglo, su retorno a la esfera académica se inició hace algunas décadas de la mano de filósofos como Gilles Deleuze y ha continuado en importantes figuras de la teoría social como Bruno Latour.

Latour publicó en 2008 La economía, ciencia de los intereses apasionados, una introducción a la antropología económica de Gabriel Tarde, que es como Tarde visualizaba la economía real, todo lo contrario de las abstracciones del homo economicus fantaseado por los economistas clásicos, neoclásicos, liberales y más recientemente los neoliberales.

Una característica de la vida y pensamiento de Gabriel Tarde fue su profesión de juez. Tarde dedicó al derecho prácticamente toda su vida. Para Tarde, nunca hubo colectividades, sino personas que formalizaban acciones individuales. Siempre para una acción (penal) había un actor al que habría que imputar como el responsable. No hay colectividades sino acciones particulares. De esta forma comprendió que las ideas circulaban socialmente a través de la imitación.

Así, un delincuente es influenciado por el medio en que vive, adoptando nuevas formas de comportamiento delictivas de otros sujetos; el espacio social facilitaba que ciertas opiniones se comunicaran más fácilmente que otras. Tarde forjó una de las explicaciones más importantes sobre cómo se adopta socialmente una innovación o, en sus propias palabras, una invención. Observó pautas generales que se aplicaban a la adopción masiva de un elemento nuevo en una comunidad.

Este resurgimiento ha dado un nuevo impulso y con ello se ha generado una oportunidad para estudiar sus planteamientos de manera sistemática. Sus avanzadas ideas y categorías sobre la imitación, son un incitante escenario para enriquecer la sociología contemporánea y nos permiten comprender mejor la sociedad actual.

Tarde ha ido reapareciendo poco a poco en el pensamiento contemporáneo. Hablar de Tarde es referirnos a uno de los precursores del estudio de la comunicación, de la difusión de las ideas y de la influencia de los discursos en las masas. Sus ideas comienzan de nuevo a circular inspirando diferentes enfoques o en sintonía con ellos, como el actor red, la difusión de la innovación y la memética, entendida en su acepción que alude a una característica conductual o cultural que se propaga de generación en generación o de individuo a individuo hasta alcanzar una amplia difusión.

La forma en la que un meme se replica es la imitación. La rapidez de esta difusión puede en algunos casos alcanzar escalas de nivel mundial, y su impacto social es objeto de interés de investigadores y profesionales de la industria de comunicación.

El término meme fue acuñado por el biólogo británico Richard Dawkins en 1976, partiendo del vocablo gene (que se traduce como “gen”) y de mimema (algo que se imita). En la actualidad el concepto que hoy conocemos como “meme” se usa para describir una idea, concepto, situación, expresión y/o pensamiento manifestado en cualquier tipo de medio virtual, cómic, vídeo, textos, imágenes y todo tipo de construcción multimedia que se replica mediante internet de persona a persona.

Como se sabe, Richard Dawkins planteó la idea de que puede haber un paralelismo en los procesos culturales y genéticos del hombre. Es decir, que la cultura también se comporta como los genes y que en toda comunidad siempre habrá una serie de ideas que pelearán contra otras para replicarse y perpetuarse. Y así Dawkins nos introduce a la teoría de los memes.

Un meme es una unidad de información que reside en el cerebro y que es susceptible de poder replicarse y pasar a otros individuos. De la misma manera que los genes se replican en un ser vivo, los memes replican pautas culturales. Una innovación como Internet se reproduce y difunde a través de un meme, así una nueva pauta cultural contagia a toda una comunidad. Cuando un individuo copia a otro, algo se transmite. Lo podemos nombrar como una idea, una conducta, un pensamiento, etc. Un meme es una unidad de pensamiento que se replica, es decir, una unidad imitada.

Si bien la memética puede ser aplicada a estudiar la difusión de cualquier objeto, lo cierto que esta teoría ha tomado especial impulso mediante los estudios relacionados con la cibercultura. Mediante la medición y explicación en que viajan las ideas en Internet, especialmente los denominados memes informáticos (objetos como dibujos, bromas, videos o sitios) que se despliegan de computadora a computadora a través de redes sociales como Facebook.

Dichos memes se replican prácticamente sin cambios, aunque pueden sin duda ir modificándose y adecuándose a los diferentes contextos y nacionalidades de los individuos que los comparten.

En su forma más sencilla, el uso más habitual del concepto de meme, está vinculado a una caricatura o broma que se comparte en Internet. Se trata de un video, una fotografía, un dibujo o una animación que suele distorsionar la realidad con una intención burlona. Los memes transmiten ideas o reflejan situaciones con el objetivo de causar gracia. Estos contenidos suelen alcanzar una gran difusión gracias a la transmisión que hacen los propios internautas en las redes sociales.

Al igual que en los campos de la memética, las ideas de Gabriel Tarde han sido importantes en la misma sociología donde ha ganado visibilidad bajo los textos de Bruno Latour, ayudando a consolidar una visión sociológica basada en la asociación: la teoría del actor-red. Para Latour, el verdadero fundador de la antropología económica es Gabriel Tarde, el cual introduce importantes bases para el desarrollo de esta teoría en su texto Monadología y Sociología.

Para Tarde, todos somos actores en constante intercambio de información, en constante creación de redes de acción social.

Tarde tenía una confianza muy grande en la estadística como herramienta elemental para el estudio del mundo social, no estática sino para mediante la información expresar cambios, describiendo al mismo tiempo al portador de los mismos: el actor individual, capturando sus cualidades.

A principios del siglo 21 el pensamiento de Tarde ha regresado, quizás porque sus ideas están más enfocadas en el contexto y las invenciones que en las normas e instituciones, en los flujos más que en las entidades, y en el deseo y la creencia más que en la identidad y el conflicto. Esos elementos son los que vuelven a su pensamiento atrayente en una época tan dependiente de redes, flujos de información e interconexión entre sujetos.

El retorno de Tarde en la academia, representa volver al análisis de las masas, pero sin perder de vista al individuo, un tópico que fue recurrente en el siglo 19 pero que con el tiempo se fue perdiendo. Este interés lo tuvo Ortega y Gasset (Rebelión de las Masas), pero desde el punto de vista del conflicto mas que de la difusión. Lo mismo puede decirse de la teoría de René Girard del conflicto mimético .

Tarde no confía ni en el socialismo (hoy fracasado y reemplazado por el dirigismo económico) ni en el liberalismo del mercado (hoy neoliberalismo fracasado), pues considera que ambas posiciones están equivocadas al creer en la armonización espontánea de la sociedad como si fuera un organismo natural. Gran precursor, para él, no existen armonías ni leyes naturales, fórmulas de evolución como las que el darwinismo, el materialismo dialéctico o el liberalismo idealista propugnaban en su época.

Tarde se adelanta medio siglo a Polanyi en denunciar el terrible sofisma de una economía mentirosa justificada por una visión igualmente mentirosa de la biología. Observador atento de lo que hoy se llaman biotecnologías o biopolíticas, Tarde comprende hasta qué punto las concepciones ¨fundamentales¨ de la economía política exigen ser revisadas. Y aún va más lejos que Polanyi, pues también quiere remediar los errores de la biología y purgarla de cualquier providencialismo.

Para Tarde existe un todo social pero uno que está por hacerse, mediante innovaciones, invenciones, que no está predestinado ni por la divina providencia ni por el determinismo estadista.Tarde coloca la innovación y la secuencia de invenciones en el centro de su doctrina cincuenta años antes de Schumpeter.

Esta visión de Tarde sobre la comprensión de las relaciones intersubjetivas cobra un renovado valor en el mundo interconectado en que vivimos.

El paralelismo, si no la influencia, son enormes. Desde las ideas pioneras expresadas por Dawkins (2006), hasta los textos más recientes sobre memética, todos ellos nos recuerdan la obra de Tarde.

El regreso de Tarde al pensamiento social se produce de la mano de una época en que los flujos de información y la interconectividad entre usuarios es una realidad cada vez más presente en el mundo. El futuro de sus ideas en el ámbito académico dependerá de la eficiencia de los nodos replicadores y de la creación de redes eficientes de difusión.

Es tiempo del regreso de la Política a la Economía Política, de dejar atrás la ilusa por simplificada artificialmente Economía-Disciplina (supuesta ciencia económica) y fincar la práctica económica en la verdaderamente realista Economía-Cosa (donde las cosas son como son y como pueden construirse), y donde importan los factores ¨extraeconómicos¨ como la confianza de los contratos, los intercambios, los gustos, etc.

A final de cuentas, hay que aprender a arreglárselas sin confiar en la economía de los economistas, sean de derecha o de izquierda, aprender a inventar la posible futura economía real con base en nuestros apasionados intereses para construir la gran transformación que requiere de un verdadero nuevo mundo a la medida de los seres humanos.

Enero 2020


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Javier Ortiz de Montellano

Articulista invitado