¿Por qué el aumento de la criminalidad?

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¿Por qué el aumento de la criminalidad?

Miércoles, 18 Mayo 2022 04:01 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Después de escuchar al presidente Andrés López Obrador decir que se debe de cuidar la vida de los criminales, por ser también seres humanos, sería necio hacer la pregunta ¿por qué el aumento de la inseguridad en el país?

La propia posición de López hace evidente lo que se ha insistido en señalar; la “supuesta” estrategia, de “abrazos, no balazos”, únicamente es mediática, no lo es para enfrentar y resolver el problema pensado en la estructura de un plan bien diseñado para lograr la paz que anhela el pueblo.

El video que circula en redes sociales, en el que se observa a un convoy del ejército mexicano siendo perseguido y provocado por civiles armados a bordo de camionetas, retando e insultando a los castrenses, desnuda una vez más el fracaso de la propuesta lopezobradorista. Esta penosa evidencia, se suma a otras en las que elementos del ejército han sido sobajados, en una condición indignante.

Los elementos de las fuerzas armadas están entrenados, conocen de armas, de estrategias; cuentan con habilidades en condiciones de guerra, y desde luego, son respetuosos con las indicaciones de sus superiores, es su formación, no preguntan, porque no les corresponde hacerlo, ésta, la formación, también conlleva obedecer sin cuestionar. No hay opción ante una orden de su Comandante Supremo, el presidente.

El mandatario cree que con sus programas sociales se resuelven materialmente todos los problemas del país, uno de ellos y que más presume, es el de “Jóvenes construyendo el futuro”, dice que le resta el semillero de los jóvenes halcones a la delincuencia.  ¿Cómo lo puede demostrar? La verdad es que no habría forma de hacerlo, en caso de que esto ocurriera, pero lo que sí es comprobable por la información derivada del propio Sistema Nacional de Seguridad Pública, a través del Secretariado Ejecutivo, es que la violencia, la inseguridad, los homicidios dolosos, han ido en aumento.

El gobierno de López Obrador es el más sangriento del que se tenga registro, ha superado a sus antecesores que fueron señalados en su momento, incluso por él mismo, como ineficaces en el combate al crimen; así como se llevaron un merecido reclamo por parte de la sociedad, que ha exigido que la inseguridad deje de ser parte primordial de la vida cotidiana.

Hoy, no solo no ha mejorado la sensación de inseguridad, y no se puede negar las condiciones en las que se encuentra, ahí están los datos duros que superan por mucho, a los “otros datos”; más de 120 mil homicidios dolosos en lo que va del sexenio impulsan inequívocamente esa sensación.

Eso no es todo, las desapariciones de personas también son de escándalo suman alrededor de 100 mil y los familiares que buscan a los suyos, son ignorados, no hay acompañamiento del gobierno, están a merced de la delincuencia y escarbando con las “uñas” en fosas clandestinas, para, por lo menos, encontrar los restos de sus seres queridos y dejar a un lado la zozobra; es una verdadera pesadilla que padecen los familiares que tienen que soportar la indiferencia de las autoridades en su búsqueda.

Todo esto al presidente parece no importarle. El tabasqueño se encuentra concentrado en campañas electorales y en quejarse de que se habla mal de su gobierno o de él. Ahí concentra sus energías, quiere seguir siendo el más popular del mundo y eso lo deja satisfecho.

El pueblo de México paga y seguirá pagando esa inactividad de las fuerzas del orden. El ejército, del que se prometió iba a combatir precisamente a la delincuencia, y que por eso salió a las calles, no lo ha hecho como se esperaba; lo trágico es que hace de todo, menos cumplir con el objetivo supuesto.

El gobierno federal ante el reclamo social por la falta de respuestas, levanta cortinas de humo para entretener a la opinión pública, evitando con ello, hablar del tema. Lo cierto es que no existe ningún resultado positivo, y mientras se pelea el titular del ejecutivo con España, Estados Unidos, Canadá o Austria, México se hunde en el abismo de la autocracia.

A más de la mitad del sexenio, se puede asegurar que las cosas no van a dar un giro de 180 grados. Nadie puede guardar la esperanza, ya sean seguidores o antiamlo, que las cosas van a ser diferentes, primero tendría que cambiar el tabasqueño, y eso no va a ocurrir.

Lo que sí debe quedar en evidencia, es que, por alguna razón, el presidente dice que se debe de cuidar la vida de los criminales, la pregunta sería: ¿bajo la amenaza de quién se encuentran en peligro sus vidas? Y a los ciudadanos ¿quién los cuida? Es un absurdo por donde se le vea.

López Obrador dice que su estrategia de seguridad va de la mano con atender a los más pobres, vale preguntase: ¿cuál es la relación?; a los jóvenes, y que está dando resultados, de muevo; ¿cuál es la evidencia? No la hay, son parte de sus “otros datos”.

El titular del ejecutivo asegura que; si aumenta el salario, si hay empleo y hay bienestar y “si fortalecemos valores, claro que vamos a ir serenando a la sociedad y avanzando”. Un mensaje ambiguo, como muchos que emite todos los días.

Primero escuche al presidente, y después hágase la pregunta ¿por qué el aumento de la criminalidad en el país? Usted mismo encontrará la respuesta.


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio