Marcelo, “el soñador”

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Marcelo, “el soñador”

Miércoles, 16 Agosto 2023 00:10 Escrito por 
Alfredo Albiter González Alfredo Albiter González Lo bueno, lo malo y lo serio

Para muchos, la candidatura por la presidencia de México para el 2024 por parte del partido Morena ya está más que resuelta, aunque el presidente Andrés López Obrador y militantes de su instituto político lo nieguen una y otra vez, o, las veces que quieran hacerlo, la candidata o candidato lo decidirá en su momento únicamente una persona.

La guerra al interior del partido oficialista se ha desatado, los aspirantes a representarlo para el próximo año se empiezan a dar con todo, pero, tienen prohibido enfrentarse en debates públicos. Aparentemente, es Marcelo Ebrard Casaubón el único que ha buscado que “alguien” le haga caso y se enfrente a él para mostrar su fortaleza.

Llegó incluso a pedirle a Xóchitl Gálvez, hoy la mejor ubicada en la oposición para aspirar al cargo, un enfrentamiento de ideas y proyectos, sin embargo, la senadora del PAN que bien sabe que cada paso que da está súper vigilado, rechazó tal propuesta.

Marcelo Ebrard, cuenta con trayectoria propia, no obstante, hoy aparece desesperado por conquistar la simpatía del dueño del dedo mágico de su partido, es por eso que, ya invitó a Pío López Obrador, incluso a Andrés López Beltrán, para sumarse a su proyecto con el propósito de quedar bien ante los ojos del tabasqueño.

De todas formas, y haga lo que haga, todos esos esfuerzos y “ofrecimientos” no cambiarán el ánimo del titular del ejecutivo federal, quien evidentemente muestra que su apoyo se inclina hacia su favorita y más fuerte contendiente, Claudia Sheinbaum, quien por supuesto, no pierde oportunidad para hablar maravillas de su líder, y de mostrar que cada día se parece más a él.

Esto es parte de lo que tiene desencajado al ex canciller, porque se da cuenta que no logra aterrizar como una verdadera opción por parte de su partido, mientras que López siga ofreciendo todo su apoyo a la trovadora Claudia, aunque, a decir verdad, sería un grave error pensar que se encuentra completamente eclipsado. Eso está muy lejos de ocurrir.

Sin embargo, la triste posición que hoy ocupa el “soñador” Ebrard, no le alcanza para lograr arrebatar la casi segura candidatura a Sheinbaum, tendrá que hacer más, mucho más, porque el tiempo pasa y su escaso crecimiento demuestra que su aspiración no preocupa al alfil obradorista.

¿Qué le hace falta a Marcelo Ebrard?

Sencillo, lo sabe bien, contar con el beneplácito del presidente, nada sencillo de lograr, todo lo contrario, convencer a López Obrador no únicamente es presentarle un buen proyecto; una robusta y bien aceitada estructura, o, adelantar en las preferencias ciudadanas, más bien, es, garantizarle incondicionalmente que se continuará con el proyecto de su cuarta transformación.

Aunque, si es que resulta más que evidente que Ebrard siempre hace lo que le pide el mandatario, ¿por qué entonces el también ex jefe de la Ciudad de México no podría garantizarle al oriundo de Macuspana que no irá tras él, al término de su mandato? Porque precisamente siendo jefe de gobierno de la capital de México, se le reveló en un momento, castigando al oriundo de Macuspana con los apoyos que le dirigía al movimiento.

Son cosas que, según parece quiere olvidar y desea que olvide López, pero eso está muy lejos de ocurrir, ya que éste no olvida, menos algo así, por eso, él, que fue identificado como bombero de todos los fuegos, pudo haber creído, en su momento, que contaba con toda la simpatía celestial; no fue así, y al día de hoy, las muestras de lealtad a ojos cerrados para López Obrador se lo han manifestado Claudia Sheinbaum y el ex secretario de gobernación, Adán Augusto López.

Entonces, ¿por qué parece que, a pesar de lo señalado, aún cree que puede conquistar la voluntad del dueño del micrófono mañanero? Porque siente que aún existe aquella deuda pendiente que se remonta a su paso por el PRD cuando ambos aspiraban a representar al Sol Azteca en las elecciones presidenciales de 2012, por que se resolvió en una consulta en la que Marcelo habría ganado, pero, por alguna extraña razón terminó por hacerse a un lado para dejar pasar a López, pensando que después, y siendo “su momento”, aquel le retribuiría tal deferencia.

No obstante que las contradicciones exhibidas en el sexenio se lo deberían dejar en claro, pues se descubre que las promesas y compromisos pueden dejar de tener vigencia muy pronto para el presidente; cumplir con ellos no es lo suyo, siempre estarán sus intereses por encima de cualquier otro, y bien que lo entiende el ex canciller, difícil romper la barrera y quedarse con la candidatura oficial.

Es por eso que Ebrard debe ser llamado “soñador”, no tiene en qué apoyarse para colarse a la candidatura presidencial, al menos en el partido oficial; además, la línea 12 del metro estará tras él, lo lógico sería que de Claudia Sheinbaum también, pero seamos realistas, Claudia ha sido exonerada por la única persona que tiene capacidad de hacerlo en este momento.

Por otro lado, el buen Marcelo ha llegado a dejar entrever que en algún momento puede decidir representar a otro instituto político para seguir persiguiendo sus aspiraciones, y se le ha identificado insistentemente con el partido de Dante Delgado, sin embargo, Movimiento Ciudadano representa, lo acepte o no su líder, interés a conveniencia, empeñado en moverse hacia donde le reditúe, y le apuesta a ser el motor que impulse lo que quiere el presidente, dividir a la oposición.

Todo indica que, de dar ese paso, MC estaría ayudando al partido marrón al negarse a hacerlo por la coalición que conforman PAN, PRI y PRD. “Con el PRI ni a la esquina”, es el mensaje que confirma lo que proyecta el movimiento naranja para el próximo año.

Entonces, Marcelo “el soñador”, estaría recibiendo un premio a su “buen comportamiento”, pero no será candidato presidencial en 2024, ni en 2030, para el caso de que aún existan el INE, las votaciones y la democracia en México.


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio