López Gatell ajusta sus recomendaciones a la política

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López Gatell ajusta sus recomendaciones a la política

Domingo, 07 Junio 2020 00:06 Escrito por 
López Gatell ajusta sus recomendaciones a la política Lo bueno, lo malo y lo serio

Estar al frente de un encargo tan importante como es el de atender todo lo que tiene que ver con el virus del Covid-19, declarado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de su director general Tedros Adhanom Ghebreyesus el 11 de marzo, conlleva una muy alta responsabilidad.

Hugo López-Gatell, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, fue a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador asignó tal cometido, y ¿por qué no al secretario Jorge Alcocer Varela? La respuesta es sencilla, el primero se desenvuelve de mejor manera ante el micrófono, y hasta parece más confiable y profesional, mientras que el segundo, las pocas veces que ha hablado ante la prensa, ha sido lamentable, en conclusión, el secretario sólo es uno más.

Bien, pues la tarea que ha depositado sobre los hombros de López-Gatell, el tabasqueño, es de grandes dimensiones, no únicamente en cuanto a la atención médica se refiere, sino que va mucho más allá, depende en gran medida del regreso a la actividad económica.

Con todo lo que envuelve su deber, destacan las estadísticas que derivan del SARS-CoV-2 para orientar la política a seguir, con ello, la decisión del número de pruebas que se aplicarían a los ciudadanos. Son precisamente éstas, las que han sido señaladas dentro y fuera del país como insuficientes.

Las determinaciones que a tomado el subsecretario, han sido muy criticadas, desde la la aplicación de los test recomendados por la OMS, pasando por el uso de cubre bocas, y el modelo Centinela de vigilancia epidemiológica, hasta por la fecha en la que se alcanzaría el pico máximo de contagio, incluyendo también, la fecha probable del regreso a la nueva normalidad.

López-Gatell ha defendido cada una de sus decisiones, y en razón a las constantes conferencias que ha ofrecido se ha venido “engallando”, al grado que se le ve sobrado, soberbio, arrogante y hasta grosero, perdiendo toda dimensión, incluso se ha atrevido pasar como cierta la supuesta invitación súper personal de la OMS en su persona, sin aclarar la condición real de la designación.

En su comparecencia ante la Junta de Coordinación Política del Senado, hizo uso de gráficas y estadísticas que parecía más con la finalidad de confundir que de aclarar, para responder a la estrategia contra el virus. Aunque fue el propio Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena, quien puso en aprietos al subsecretario, al señalar que entre los países miembros de la OCDE, México ocupa el último lugar al aplicar 0.4 pruebas por cada mil habitantes, cuando la media está en 27.

Fue cuando se asomó parte de la verdad, al responder López-Gatell; “es inútil, costoso e inviable aplicarlas”, en Wuhan, China, se hicieron 9 millones de pruebas en 15 días, “¿saben cuantos casos encontraron? Uno”, dijo. Es decir, porque las pruebas resultan caras ¿se decidió no aplicarlas?. Valdría la pena recordarle que en Corea ha dado excelentes resultados.

Y ¿por qué se asomó parte de la verdad? Porque otra quedó al descubierto anteriormente, cuando el flamante subsecretario declaró: “la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”, lamentable, porque con ello perdió credibilidad, se despojó de su título de epidemiólogo para convertirse en servil.

A partir de esas declaraciones, Hugo López-Gatell ha venido adecuando su discurso y decisiones a la política, sobre todo, a la que le conviene escuchar a López Obrador, y al ser el subsecretario tan dócil, puede esperarse que dirá lo que tenga qué decir para complacer a quien lo colocó en ese nicho.

No hay que ir muy lejos para darse cuenta de ello, al tabasqueño se le “quemaban las habas” para seguir haciendo proselitismo, perdón, para continuar con sus giras, casualmente cuando su imagen y aprobación van a la baja.

De otra manera sería incomprensible pensar que tal actividad fuera calificada como esencial, al menos no para los mexicanos, pero sí para el tabasqueño, con la desesperación de recuperar terreno en su aceptación, acelera la inauguración del Tren Maya.

Ahora bien, cuando finalmente llegue el día en el que se controle la curva ascendente de la enfermedad, porque no se puede ignorar que aún no se logra, aunque diga el presidente que ya la domó, sucederá más por la decisión y conciencia del pueblo que por sus recomendaciones.

El regreso a la actividad económica también depende de la fecha que diga el subsecretario. Aunque al parecer serán los gobernadores, y no la federación, quienes lo determinen, pero es el subsecretario, el que puede aparecer como responsable de la cantidad de muertos y de la profundidad de la crisis económica si se descubre que las decisiones no fueron las correctas, pues vendrán en automático por ajustarse más al discurso y a la agenda política, que a su obligación.

El descaro con el que López-Gatell se refiere al sistema de salud, pretendiendo aventar culpas al pasado por su deterioro, lo hace para tratar de esquivar su participación, porque también perteneció a ese pasado que ahora lamenta.

Aunque no está de más recordar que con la renuncia de German Martínez al IMSS, éste acusó una serie de anomalías en el Instituto, y eso sucedió en este gobierno. Cada quien debe hacerse responsable de sus propias culpas.

La sociedad no tendría porqué elegir, los pacientes necesitan atención a sus enfermedades, es el gobierno el que le falla, punto. Y si bien sabían el estado deplorable del sistema, según lo afirman, el voto de confianza de la gente fue precisamente para que lo arreglaran, ya que así presumieron que lo harían.

Mientras tanto, es inaceptable que con el pretexto de que como otros lo hicieron mal, ahora pueden hacerlo peor. Y si los anteriores fueron corruptos, no debe entenderse como una autorización para que los actuales lo sean más.

 

 


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Alfredo Albíter González

Lo bueno, lo malo y lo serio