La mejor vacuna son los jugos cítricos, en el naturismo

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La mejor vacuna son los jugos cítricos, en el naturismo

Domingo, 14 Marzo 2021 00:10 Escrito por 
Víctor Zendejas Víctor Zendejas Naturismo y salud

Antes de la era cristiana ya se usaba el suero para tratar un sinfín de enfermedades. Fue el padre de la medicina, Hipócrates de Coss, quien promovió la ingesta de frutas y verduras y los jugos de estas para combatir infecciones virales y otros problemas de salud.

Después de más de dos mil años, grandes precursores del naturismo moderno como el profesor Nicolás Capo y el doctor José Castro innovaron los sistemas de la cura de frutas y sus jugos mediante el método conocido como trofoterapia, monodietas (ingesta de una sola fruta durante todo un día), entre otras.

Un video en la red de redes, promovido en la mayoría de los centros holísticos, sobre todo krishnas y de yoga, con el título “Como comer las frutas” especifica con claridad porque las frutas en ayunas son el mejor alimento (¡ALIMENTO!) desintoxicante, que fortalece el sistema inmune y nos libera de agentes externos patógenos.

Ingerir frutas de temporada durante toda la mañana hasta la hora de la comida permite al organismo limpiarse, ya que las mismas contienen de 80 a 95 por ciento de agua, pero es agua enriquecida con los elementos, microelementos, poderosos minerales, elementos rastro y vitaminas que están drenando y fortaleciendo las células al tiempo que ayudan a liberarlas de elementos nocivos como virus y bacterias.

Desde un punto naturista, tal vez sin estar clasificado así por la ciencia oficial, ese podría ser el origen o la génesis del suero (naturista). Y lo recalca el doctor y profesor Nicolás Capo en sus obras, entre ellas un manual práctico intitulado “Mis observaciones clínicas sobre el limón, el ajo y la cebolla”, editado por Editores Mexicanos Unidos.

En la misma nos indica que el limón cura más de 170 enfermedades sin necesidad de medicinas alópatas. Y sin mencionarlo tácitamente, deduce que no hay mejor vacuna que los poderos alimentos que nos da la naturaleza que son capaces de liberarnos, incluso, de virus y bacterias. Deduce, por ejemplo, que la cebolla “¡nunca!” debe faltar en la comida, sándwich o torta como un gran agente antibacterial.

“El limón, el ajo y la cebolla pueden hacer mucho por usted, más de lo que se imagina. Fruto y raíces que desde tiempos remotos, en ausencia de los medicamentos químicos, liberaron de numerosos males a no pocos hombres, son reconsiderados hoy por médicos especializados en el naturismo científico.

“El retorno a los alimentos naturales se ha convertido poco a poco en algo más que un hábito: una necesidad. El hombre moderno se ha dado cuenta que en la naturaleza y sus productos está la verdadera fuente de la salud”, cita la cuarta de forros del libro en mención.

En su inciso 14 del capítulo “Propiedades químico-medicinales del limón”, Nicolás Capo precisa que “el limón es la panacea universal contra la gripe. Tómese el zumo (jugo) a grandes dosis. Trate de sudar copiosamente y volver a tomar más limón y la gripe no será nada”.

Esa teoría de Nicolás Capo, puesta en práctica desde tiempos inmemorables, fue usada también por Mahatma Gandhi cuando salvó a su hijo Manilal de una severa enfermedad infecciosa, método recomendado también por el padre de la medicina ortomolecular y Premio Nobel, Linus Pauling.

Además, cuando en la década de 1970 estaba más de moda el término vitamina C contra el catarro (o las gripes), puesta en boga por Linus Pauling, era muy común entre los jóvenes sudar, mediante un vapor, frazadas gruesas o ejercicio con baño de agua fría y jugo de limón o frutas para quitarse una infección viral. Ahora, todo eso se desconoce y el snob lleva a las nuevas generaciones a querer curar todo con productos de la farmacia. Algunos tienen el poder económico de comprar medicinas, pero la salud no se compra. Se cultiva.

Todos quieren las vacunas que están llegando del extranjero, curas mágicas, pero no asumir hábitos naturistas (y hasta ecológicos) porque no quieren hacer el esfuerzo de masticar a menos que sea algo que les incite los sabores en el paladar.

¡Extra! ¡Extra!

Hipócrates también es considerado un precursor de la dietética porque no solo promovió el consumo de frutas y verduras, sino que puso en boga los jugos de las mismas, origen del suero. Una de las máximas de Hipócrates es “más vale prevenir que curar”, que se volvió tiempo después un principio básico de las teorías naturistas. En su obra Cura de Naranjas, Nicolás Capo lo recalca cuando habla de las más de 30 propiedades curativas y preventivas de este fruto y su éxito en tratamientos puestos por él mismo contra enfermedades degenerativas (como diabetes o cáncer) y procesos virales o bacteriológicos. “Comed de 30 a 40 naranjas (dosificadas durante todo el día en fibra o jugo)”, dice el médico émulo de Hipócrates “y curareis en pocos días”, concluye.

 

Víctor M. Zendejas Orozco

*Presidente de la ONG Franature


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