El presidente Andrés López Obrador entregará el “bastón de mando” de la 4t el miércoles 6 de septiembre, él o la honrada de tan importante distinción será quien resulte electo en el proceso del Movimiento de Regeneración Nacional para la candidatura presidencial del 2024.
Como si no hubiera otros asuntos más importantes que atender, en la mañanera del lunes 4 se le cuestionó al respecto, claro, en la inteligencia que son de las cosas que disfruta abordar el tabasqueño, ya que se concentra en la sucesión presidencial más que en cualquier otra cosa.
Su sonrisa evidenció la comodidad y el gusto que le causó hablar de tan importante tema: “ya tengo el bastón”, con orgullo manifestó el mandatario. Recordó que ya va de salida, que le queda un año de gobierno, “pasado mañana entrego el bastón de mando a quien gane la encuesta”, señaló.
También quedó en evidencia que, independientemente del importante cargo que ostenta, la dirección de su partido la ha conservado siempre, pues en sus respuestas remarcó: “a partir de que yo entregue el bastón de mando, ya la dirección del Movimiento por la Transformación ya va a estar a cargo de quien reciba el bastón de mando”.
Desde luego que siempre ha sido López Obrador el que decide, determina y ordena en su partido, como lo hicieron por muchos años los presidentes emanados del PRI, escuela formadora de los políticos que actualmente militan en Morena y otros institutos, no pueden negar que la sangre tricolor corre por sus venas; es el propio presidente que más añora aquella época. La única idea transformadora que se manifiesta, es volver a ese pasado, a los tiempos del presidencialismo y de la referencia de que “México es la dictadura perfecta” como lo señaló Vargas Llosa.
Ahora bien, y partiendo de la realidad que tanto se evita en palacio nacional, nos encontramos en el ocaso del gobierno de López, nadie puede saber qué ocurrirá con él después de terminado su sexenio, pero sí se puede vislumbrar lo que le espera al país muy a pesar de los “otros datos” y la verborrea cotidiana.
¿Cuál será su legado?
Si tomamos en cuenta lo que dijo en su mensaje respecto de su 5º informe de gobierno, no existe gran diferencia o avance comparado con los anteriores, en ningún sentido, materialmente, el discurso se trató de otra mañanera más, las que siempre han estado plagadas de estadísticas discordes a la realidad.
Las más de cien mil mentiras contabilizadas por SPIN aportan una verdad invaluable para los mexicanos, aunque por el momento, es casi imposible que se les dé el eco que merecerían cada una, por la simple razón de que el que las dice es el único y absoluto dueño del micrófono más importante del país, cuya resonancia es amplia y se multiplica por lo largo y ancho del territorio nacional, no hay noticia, por cruda que sea, que pueda superar eso.
Es por tal razón, que se crea en el imaginativo popular una especie de cortina metálica que no permite pasar la información por más que sea evidente, pues no alcanza a penetrar a la conciencia colectiva que continuamente recibe cañonazos de mentiras o verdades a medias junto con el discurso fácil de que existe una supuesta persecución o campaña de desprestigio del periodismo libre en contra de su gobierno, a pesar de que la prensa parezca una hormiga enfrentando a un elefante.
Las mentiras se capitalizan a diario para su causa, el pueblo adormecido es la razón por la que presume una aceptación robusta, tan amplia, como increíble; no obstante, como ha sido el gobierno de la 4t, todo se maneja en lo oscurito y a conveniencia del lopezobradorismo, las diversas encuestas que se han realizado lo deberían dejar en claro.
Los “otros datos”, corresponden a un mundo que solo los integrantes del oficialismo y simpatizantes aceptan a pie juntillas, porque una vez que dejen de transmitirse las mañaneras, López Obrador se exhibirá desnudo, sin la mínima protección que le brinda su palestra, y entonces sí, empezarán a correr por doquier las verdaderas estadísticas, los gastos excesivos de las obras emblema, en fin, todo aquello que al día de hoy controla y oculta.
Es inevitable, ya que, independientemente de que sea cual sea de sus aspirantes quien reciba el “bastón de mando”, y aún, conquiste para el próximo año la silla presidencial, no será lo mismo, nunca más, pues ninguno de ellos puede encarnar a López Obrador, por lo que todo quedará en su legado; y, ¿cuál será?
Bien, pues todo dependerá exclusivamente del tiempo, de la memoria y de la reacción de los mexicanos; por lo demás, a cinco años de haber asumido el cargo de Presidente de México, no puede presentarse alguna sorpresa que marque diferencia respecto a lo hecho hasta hoy.
En cuanto a su sueño de creer en la grandeza de sus obras emblema y que supone quedarán como constancia sólida de su paso por el poder, no dependerán más de su voluntad, serán: la utilidad, el uso, la necesidad de los pasajeros y del combustible, para el caso de “dos bocas”, los que lo determinen. Aunque el planeta, indiferente, seguirá avanzando hacia un futuro distinto, y las grandes obras, correrán el riesgo de encontrarse de pronto obsoletas.
Triste final para un gasto excesivo, sordo y lleno de errores, la falta de estudios serios mostrará con lujuria excesiva el error de haber sido ignorados, habrá mucho que lamentar, pero para eso, sobrará tiempo, nadie puede creer que López Obrador se aleje del todo de la vida pública del país, pues su vida ha sido y siempre será la política.
Lo peor para él será ver en primera fila, como le pasó al expresidente Luis Echeverría Álvarez, lo que sucederá con lo que considera es su legado, y sin poder hacer más nada, se convertirá en un testigo más del alcance que tendrá lo que hoy se ufana en llamar: “Cuarta Transformación”.
